domingo, 11 de diciembre de 2011

EN BLANCO Y NEGRO


Por María Celsa Rodríguez                               


Cobos cumplió hasta el ultimo minuto su función de Presidente del Senado  así también como   Vicepresidente saliente.
Recibió a la Presidente y al Vice con toda su comitiva en la explanada  del edificio y siguiendo el protocolo de rigor,abrió la sesión asistiendo al juramento de Boudou y de Cristina.Sonrió y aplaudió el desarrollo de la asunción  Y dejo su lugar  con respeto  y estoicismo luego de haber sido  abucheado, incluso ignorado  por  la misma Cristina, que le paso la mano al saludarlo pero mirando para otro lado.Cobos se retiró sin escuchar el discurso,su tiempo había concluido.
Fue un Vicepresidente ausente para  la Rosada,lugar que no pisó en tres años. Dicen que su oficina era un espacio olvidado del cuerpo arquitectónico,ya que se habían hecho reparaciones  en todo el edificio, pero a su despacho  que se le había caído el cielo raso, nunca lo repararon.Lo arreglarían el día que haya un vicepresidente,dijeron.Quizás ahora con Boudou recupere su estado funcional.
Si bien todo era distinto hace cuatro años cuando una Cristina vestida de blanco con donaire  juraba feliz junto a Cobos y recibía la banda y el bastón de su marido el expresidente Kirchner. Hoy cuatro años después,con la ausencia de Él ,alejada de su Vice desde aquella frase "mi voto no es positivo",y vestida de negro en riguroso luto   juraba "que Dios,la Patria y Él se lo demande" y recibía la banda de su hija,rompiendo así con el protocolo, e ignorando a su ya ex vicepresidente con quien mantuvo  una fría indiferencia.Mientras este equilibraba con señorío la compostura,la sonrisa,el sembante tranquilo y el respeto debido.
Ella con la fortaleza  que le dio la experiencia  de bailar con el poder a cuestas y con la soberbia por el apoyo popular que recibió, ante el resultado de las elecciones.Dijo "que gobierna para los 40 millones de argentinos y no para las corporaciones".Cobos con la satisfacción del deber cumplido a pesar de todo y  cargando con el peso del desprecio K,se fue en silencio.
Hoy su nombre es una mala palabra para el oficialismo,pero la historia lo reivindicará  como pasa siempre  con quienes cumplen con su deber sin medir las consecuencias.
A la larga el tiempo le dará la razón y la historia hará justicia.

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