La UE cambia de rumbo y busca hoy una receta contra el paro y la recesión
Por IÑAKI CASTRO CORRESPONSAL
Tras casi dos años hablando de primas de riesgos, fondos de rescate y espirales especulativas, la UE quiere cambiar de melodía. Con una segunda recesión a punto de congelar a todo el bloque, los socios comunitarios pretenden que la cumbre de hoy en Bruselas simbolice un cambio de prioridades que coloque la creación de empleo en el centro del escenario. Todavía está por ver el auténtico calado de las medidas, pero se manejan opciones como la puesta en marcha de ayudas al crecimiento para los países más castigados. La posibilidad de relajar el ritmo de los recortes, una posición que España abandera, planeará sobre el encuentro, aunque no está nada claro que Alemania quiera llegar tan lejos.
La primera cumbre del año de los Veintisiete sentirá de cerca el hartazgo de importantes sectores sociales con los recortes, una medicina aplicada en altas dosis para intentar recuperar la confianza de los mercados y evitar un contagio fatal en el seno del euro. Los principales sindicatos belgas han llamado hoy a la huelga general para protestar contra los ajustes de su Gobierno. La movilización, convocada en un país con una tasa de paro del 7,2% y que en diciembre creó empleo, se interpreta como un toque de atención al Ejecutivo para que no siga metiendo la tijera como le reclama Bruselas.
Con ejemplos como el de Bélgica, los Veintisiete se sentarán a la mesa decididos a cambiar su imagen con medidas más cercanas a la calle. La palanca de este giro será la propuesta elaborada por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, que en apenas tres meses se la juega en las presidenciales francesas. Ambos acordaron un programa de medidas que serán discutidas en la cumbre junto con las iniciativas del líder de la Unión, Herman Van Rompuy. El texto franco-alemán incide en la creación de empleo, pero también apuesta por una progresiva convergencia impositiva en Europa así como la adopción de la tasa a las transacciones financieras.
Como medida más llamativa, Merkel y Sarkozy quieren que los servicios nacionales de empleo sean mucho más eficaces. Para ello, plantean que cada parado reciba en un plazo determinado una oferta concreta de trabajo, un contrato de aprendizaje o formación adicional. Además, abogan por rebasar los límites nacionales y poner en marcha oficinas de empleo comunes en zonas fronterizas para que aumenten las opciones de colocarse.
Según las últimas cifras, en la UE hay 23,6 millones de personas sin trabajo, un 9,8% de la población activa. España comanda la clasificación con una tasa del 22,9% frente al 4% que se registra en Austria.
Grandes desigualdades
El plan franco-alemán también pone el foco en las grandes desigualdades existentes en la propia Unión. Con este objetivo, se prevé la articulación de un fondo especial para fomentar el crecimiento y la competitividad en los tres países rescatados, así como en los más atenazados por la crisis como España. Aunque la cuantía no está definida, el dinero procedería de los 83.000 millones que todavía no se han gastado en los presupuestos plurianuales de la UE del periodo 2007-2013. En su visita del jueves a Berlín, Mariano Rajoy pidió con el respaldo de Merkel que este nuevo fondo se vuelque directamente en la creación de empleo.
Van Rompuy, según explica en su carta de invitación a la cumbre a todos los presidentes, estructurará el debate sobre tres pilares. El primero será el desempleo, aunque más específicamente el paro juvenil. El líder comunitario ha expresado en varias ocasiones su preocupación por esta lacra aludiendo a la situación en España, donde la tasa entre los jóvenes asciende al 49,6% por el 22,3% de la UE. En su misiva, apuesta por utilizar los excedentes presupuestarios de Bruselas para crear «un mecanismo de apoyo a gran escala para que los jóvenes puedan trabajar o formarse».
El expresidente belga también planteará opciones para respaldar a las pymes y ensanchar el mercado único, las otras dos áreas en las que exige una «acción inmediata» para impulsar el crecimiento. La posibilidad de relajar los objetivos de déficit, lo que se traduciría en un ritmo más pausado de los recortes, no aparece en el centro del debate. Pese a las peticiones de España, la UE ya ha dejado claro que la estabilidad financiera sigue siendo prioritaria. En Bruselas, nadie olvida los recientes embates de los mercados y se teme que a estas alturas una suavización de los límites presupuestarios podría enviar una señal muy peligrosa a los inversores.
Regla de oro
Pese a que se intentará cambiar radicalmente el paso, los socios comunitarios no dejarán de lado cuestiones tan primordiales como el pacto fiscal. Está previsto que se alcance un acuerdo definitivo sobre su contenido para que pueda ser rubricado en marzo. El nuevo tratado consagrará la regla de oro en las constituciones nacionales, una medida ya adoptada por España y que impone un techo de déficit del 0,5%. De acuerdo al último borrador, el Tribunal de la UE vigilará la aplicación correcta de esta legislación y podrá imponer multas en caso de irregularidades.
Los socios también darán el último retoque al Mecanismo Europeo de Estabilidad, el fondo de rescate permanente que empezará a funcionar en verano. Ya se ha decidido que solo podrán recurrir a ese salvavidas los países que rubriquen el tratado de disciplina presupuestaria. La gran dificultad, sin embargo, afecta a la dotación del fondo , que asciende a 500.000 millones. Francia y otros países presionan a Alemania para que aumente su capacidad en un intento por finiquitar la inestabilidad en los mercados. Merkel ya ha dicho que la solución está en las reformas, no en la fortaleza del mecanismo.
FUENTE:Publicado en www.elcorreo.com
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