sábado, 7 de enero de 2012

Para el análisis:

La Biblia y los Ovnis: ¿Qué hay detrás de los relatos religiosos?
AIMDigital
Días atrás, Reinaldo Ríos, un investigador de fenómenos extraños y de Objetos Voladores no Identificados (ovnis), expresó que la estrella de Belén pudo ser una nave desconocida que guió a los Reyes Magos hasta donde estaba el niño Jesús.
En diálogo con esta Agencia, la especialista afirmó: “es lo que pensé toda la vida;  nada que se conozca en el cielo acompaña durante nueve meses a alguien”.
“Hoy no podemos determinar por qué se hicieron evidentes esos fenómenos pero el primero dato que podríamos tomar en cuenta como antecedente sería la estrella de Belén”, aseguró a AIM.
En ese sentido, aclaró que “son fenómenos que datan de antaño y hay cuestiones de la propia biblia que no entendemos y que podrían tener relación con la temática”. Por ejemplo, la rueda de Ezequiel “venía envuelta en una nube de fuego y descendió con formas extrañas y figuras representativas”.
“Lo que en su momento no entendimos al leer la Biblia, hoy nos damos cuenta que pueden haber sido relatos referidos a los fenómenos extraterrestres”. De todos modos, “no se debe dejar de incluir lo religioso que es  interpretación particular de cada uno”.
Sin embargo, “la Biblia viéndola desde lo científico como libro de historia  puede entenderse de diferentes formas”, aseveró.
Datos
Los textos bíblicos son fuente de costumbres y cultura. Según muchos estudiosos,  constituyen un auténtico dossier ovni de la Antigüedad “en los que se describen una gran cantidad de visiones tanto de seres como de luces extrañas en el cielo, que interactuaban durante años con la sociedad judía del momento”.
“La Biblia está llena de metáforas que son ambiguas y todas esas luces pueden ser desde fenómenos atmosféricos, hasta símbolos y formas de concebir a un ser superior o simplemente invenciones”
Pero “¿qué sucede cuando lo que se está describiendo detallada y minuciosamente es una nave capaz de volar y moverse?
Es curioso el hecho de que, aunque hace difícil la comprensión de la descripción al intentar contar la visión con el lenguaje de la época; ya desde el principio denomina “carro” identificando aquello con un vehículo.  Leyendo la explicación, parece como si le estuviera describiendo la visión a un ufólogo.
“Yo miré, y vi un viento huracanado que venía del norte, y una gran nube con un fuego fulgurante y un resplandor en torno de ella; y de adentro, de en medio del fuego, salía una claridad como de electro.
En medio del fuego, vi la figura de cuatro seres vivientes, que por su aspecto parecían hombres.
Sus piernas eran rectas; sus pies, como pezuñas de ternero, y resplandecían con el fulgor del bronce bruñido.
Entre los seres vivientes había un fuego como de brasas incandescentes, como de antorchas, que se agitaba en medio de ellos; el fuego resplandecía, y de él salían rayos.
Yo miré a los seres vivientes, y vi que en el suelo, al lado de cada uno de ellos, había una rueda.
El aspecto de las ruedas era brillante como el topacio y las cuatro tenían la misma forma. En cuanto a su estructura, era como si una rueda estuviera metida dentro de otra.
Cuando avanzaban, podían ir en las cuatro direcciones, y no se volvían al avanzar.
Las cuatro ruedas tenían llantas, y yo vi que las llantas estaban llenas de ojos, en todo su alrededor.
Cuando los seres vivientes avanzaban, también avanzaban las ruedas al lado de ellos, y cuando los seres vivientes se elevaban por encima del suelo, también se elevaban las ruedas.
Yo oí el ruido de sus alas cuando ellos avanzaban: era como el ruido de aguas torrenciales, como la voz del Todopoderoso, como el estruendo de una multitud o de un ejército acampado. Al detenerse, replegaban sus alas.
Y se produjo un estruendo sobre la plataforma que estaba sobre sus cabezas.
Encima de la plataforma que estaba sobre sus cabezas, había algo así como una piedra de zafiro, con figura de trono; y encima de esa especie de trono, en lo más alto, una figura con aspecto de hombre.
Varios detalles interesantes se pueden sacar de este relato: la nave venía del Norte. Era un aparato con “alas”. Unas ruedas flotantes acompañaban al vehículo, las cuales eran brillantes y tenían “llantas”, además de estar rodeadas de “ojos””. La Biblia. Libro de Ezequiel.
Al parecer, se trata de una descripción muy “tecnológica” de Dios. Ciertamente, lo que parece estar describiendo, es un artilugio con alas acompañado de una especie de discos voladores. Además, la tecnología voladora, brillante (se deduce que metálica) es totalmente lejana a la época en la que tiene lugar la descripción, de modo que gana mérito el hecho de que Ezequiel pueda transmitir aún hoy día la sensación de estar ante un gran artilugio mecánico en una era anterior a la de Jesucristo.
Queriendo echar abajo las teorías de Erich von Däniken, el jefe del departamento de investigación de proyectos de la Nasa en Huntsville (Alabama), Josef Blumrich, se dedicó a investigar minuciosamente la visión del profeta Ezequiel, de tal manera que finalmente aceptó que se estaba describiendo una nave voladora, de modo que reconstruyó el aspecto de lo que vio el profeta y acabó patentando algunos elementos como la rueda descrita anteriormente, denominándola rueda omnidireccional (omnidirectional wheel).


Obra del artista Aert De Gelder y se titula "El Bautismo de Cristo", pintado en 1710. Se observa claramente un objeto con forma de disco del que parten rayos brillantes de luz sobre San Juan Bautista y Jesús.
FUENTE:Publicado en www.aimdigital.com.ar

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