sábado, 7 de abril de 2012

El stand-up de Boudou divide al oficialismo mientras CFK opta por el suspenso 
Por Guillermo Cherashny
INFORMADOR PUBLICO
El monólogo gracioso de Amado Boudou por cadena nacional, imitando a Cristina con sus stand-up diarios, habría sido, sin embargo, un claro mensaje extorsivo o cuasi mafioso dirigido a ella. Indirectamente le dijo que si él caía, podía arrastrar al gobierno en su conjunto. Inmediatamente se produjo una división en el oficialismo, ya que la Ministra de Seguridad Nilda Garré dijo, entre otras cosas, que el juez federal Daniel Rafecas le merecía todo su respeto. Esto se debería, por ejemplo, a que en enero del 2011 Rafecas manejó con éxito un desalojo pacífico de la ocupación del Club Albariño en Mataderos, donde los vecinos del barrio terminaron a las pedradas con los okupas de Villa Oculta. Finalmente estos últimos se fueron voluntariamente, lo que fue elogiado por Horacio Verbitsky, quien ya antes había aplaudido al juez por prácticamente derogar el delito de calumnias e injurias con un fallo que hizo historia. La fiscal Mónica Cuñarro, también protegida de Verbitsky, respaldó asimismo al magistrado y al fiscal Carlos Rívolo. Es sabido que Cuñarro trabaja junto al senador Aníbal Fernández. Por su parte, Gabriel Mariotto respaldó a Boudou y se hizo eco de las sospechas que éste instaló contra la figura del Procurador General, Esteban Righi. Éste, en mayo del ‘73 y siendo Ministro del Interior de Héctor Cámpora, dejó en libertad a los guerrilleros. Su estudio jurídico, hoy gerenciado por sus socios, su mujer, su hijo y la esposa del Ministro de Seguridad porteño Guillermo Montenegro, fue denunciado por Boudou por tráfico de influencias, es decir que le habían ofrecido “protección de Comodoro Py” para sus más de 20 causas penales que él califico de mediáticas.
La soberbia
Pero también suena la otra campana. Según una versión crítica de Boudou, el estudio Righi, en realidad, le habría ofrecido a Boudou hacerle un favor. La esposa de Montenegro, por ejemplo, sería una antigua relación marplatense del vice y le habría sugerido que intentara cerrar rápidamente sus causas. Se habría tratado de un consejo de amigo, pero el entonces ministro de economía se habría mostrado muy soberbio, porque estaba en pleno ascenso y contaba con el respaldo total de CFK. Era el ministro preferido y tenía acceso a la intimidad presidencial. Luego ella lo eligió como compañero de fórmula sin tener ninguna militancia en el peronismo y la relación siguió viento en popa hasta que aparecieron los nubarrones. En plena campaña presidencial, Máximo Kirchner recibió intercepciones telefónicas de la SI (ex SIDE) en las cuales Boudou revelaba intimidades de su relación con CFK. El episodio terminó en una escena de sainete con Máximo corriéndolo al marplatense por su despacho hasta llegar casi a golpearlo.
De ahí en más empezó una progresiva pérdida de poder. Entre los respaldos que recibió el vicepresidente se encuentran los de Julián Domínguez, Agustín Rossi, y José Ottavis, vice primero de la Cámara de Diputados de la Provincia. Pero hizo ruido el silencio del jefe de la bancada oficial en el Senado, Miguel Ángel Pichetto, de gran sintonía con la Presidente. Tampoco habló, por ejemplo, Estela de Carlotto. Pero la única incógnita importante es lo que piensa la Presidente ante esta situación y las divisiones que el escándalo está produciendo en sus filas. Aunque ella comparte, de más esta decirlo, los ataques a Clarín, Magnetto, La Nación, Perfil y todos los periodistas que no reportan a la Casa Rosada.
FUENTE:Publicado  en www.informadorpublico.com

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