martes, 3 de julio de 2012

Scioli y Cristina se debaten entre el autismo, el poder real, las pagadas traiciones y “Cristina en el País de las Maravillas”
PdeqDigital
Director Responsable: Rodolfo FloridoA nadie le es ajeno que el humor político argentino ha transitado siempre en las conductas sociales y políticas de cuatro distritos electorales. Las Provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En consecuencia es muy difícil saber si el disciplinamiento financiero que ejecuta la Presidente es porque es el único recurso que tiene para sostenerse sin ser virtualmente atropellada por las legítimas ambiciones sucesorias, o porque auténticamente cree y vive en un mundo ideal, alimentado por la obsecuencia casi indigna de dirigentes políticos que son fieras hacia el exterior del gobierno y púberes gatitos repletos de mohines cuando son incluso humillados en público, dispuestos a festejar cualquier dicho presidencial y multiplicarlo hasta el infinito para así obtener un presidencial mimo o siquiera evitar otra pública humillación consentida.  
En su última columna, el muy respetado periodista Nelson Castro, contó una anécdota que ejemplifica este triste espíritu. Dice Castro… “La anécdota ocurrió hace unos días en un programa periodístico. Antes de la salida al aire conversaban dos hombres relevantes de este momento: uno tuvo un papel determinante en la génesis K (¿podríamos imaginar a Alberto Fernández?), el otro, un senador oficialista que está a cargo de los aspectos clave de la administración de su castigada provincia patagónica (¿Podríamos imaginar al Senador Pichetto). Hablaba entonces el legislador de sus preocupaciones: “La situación es delicadísima. La economía no está bien. La Presidenta vive encerrada en su mundo y no escucha. Todo es improvisación”. Minutos después de esta descripción, el senador fue al aire y dijo que no era verdad que el modelo estuviera en crisis, que la Presidenta tiene un perfecto dominio de la situación y que nada es improvisado.
Azorado, el hombre que supo ser ladero inseparable de Néstor Kirchner no pudo callar su desconcierto y le preguntó: ¿a cuál de tus dos versiones debo creer? “A la primera”, respondió el legislador. O sea y que para no forzar interpretaciones… “La economía no está bien. La Presidenta vive encerrada en su mundo y no escucha. Todo es improvisación”. Señalada esta última salvedad, Castro, fiel a su estilo, constructivo por cierto, sugiere citando a Winston Churchill, algo que pareciera muy lejano al particular estilo Presidencial… “La democracia es la necesidad de inclinarse de cuando en cuando ante la opinión de los demás”.
Pero esto pareciera imposible. Legítimamente, la Presidenta puede pensar que las voces de la oposición, son eso, voces de la oposición. Y, por ser tales, carecen de la credibilidad necesaria, tienen intereses creados, sus propios intereses. En eso, Cristina es profundamente peronista. Cuando están en poder pretenden que todo el mundo comprenda la razón única de sus pensamientos y cuando no están, hacen lo indecible y lo inconfesable para vaciar de poder a aquel opositor que haya osado disponer de un rol de conducción nacional que no tenga la matriz del Partido Hegemónico. Obviamente las generalizaciones suelen ser madres de muchísimas injusticias, pero, para muchos conductores del peronismo la democracia es más un medio que un objeto o un fin en si misma. Y ni siquiera está mal que así lo consideren. Bien o mal, las oposiciones que ocuparon el poder entre períodos peronistas, nunca atinaron a convivir con este particular estilo de poder y terminaron encerrados pidiendo republicanismo donde no pueden encontrarlo. Porque la vocación de cacería es, para muchos peronistas, más fuerte que el safari fotográfico. Así, hoy en día, el Peronismo se debate más por la herencia de su propio poder, que por observar a la oposición. Y Scioli es el heredero con más legitimidad y una aspiración evidenciada en sus propias palabras. Lo demás es conocido. Scioli es más peronista que kirchnerista y considera que, desde Perón, no ha existido ningún peronista –ahora tampoco- que tenga méritos suficientes para eternizarse.  
Quizás, el único matiz diferente de Scioli es que, a hecho del timing una entelequia cuasi indescifrable que hace pensar a algunos que es un estadista de nivel internacional y a otros, que es un pusilánime sin valor para ir por el trono servido.
Sea uno, o sea el otro, Cristina Fernández lo trata como si fuese un enemigo de primer orden. Y en su obsesión por licuarlo le termina dando la envergadura que quizás no tenga, o que si, pero que, de una u otra manera, se eleva más por su resistencia a los ataques que por sus propias ofensivas. Daniel Scioli es como fuera la ciudad de Leningrado durante la segunda guerra mundial, aguantó todo, esperando y logrando que la sola resistencia permitiera el paso del tiempo para que el tiempo hiciese la tarea que la ciudad no podía.
Y aquí es donde viene una de las contradicciones del sistema. Aún los mismos kirchneristas que se desesperan por la falta de voluntad por escuchar de Cristina, alientan la exacerbación combatiente de la Presidente para que ella de la batalla de sus propias supervivencias. Muchos, aunque no todos, saben que sus destinos políticos seguirán el camino del destino de la Presidenta. Esos, los incondicionales que insultaron, agraviaron y abusaron del poder delegado, son los que más fogonean el conflicto con todo sucesor natural, porque…, en la sucesión está su propio exilio.
Estos, no quieren ser los Corach, los Kohan, los Santibañez de Cristina. Los otros, los más chicos, seguirán el camino que siguieran ya en otras épocas otros grupos similares como los “Sushi” o la “Coordinadora”. Se perderán en largas reuniones de bar para recordar y analizar errores, buscarán alguna diputación, concejalía o asesoramiento que los ayude siquiera a retener algo de lo obtenido, o verán pasar los años esperando que la Historia los comprenda y los devuelva al lugar que creen haber merecido y que no comprenden haber perdido.
Y, la Presidente, solo dispone hoy de un poder y lo usa. Dinero. Dinero que es menos que el que era pero que es mucho para los que dependen de ese poco que queda. Y este dinero servirá en tanto las traiciones pagadas encuentren la recompensa inmediata. Porque, seamos realistas, los traidores suelen ser los primeros capitalistas. Quieren cobrar rápido sus monedas de oro y no son como Judas que se colgará cuando le pese el precio de la traición. Más bien, si el dinero prometido –todo- no aparece, irán por la bolsa del recaudador.   
La reunión que la periodista Mariana Verón (diario La Nación) refiere en el salón Belgrano del quinto piso del Ministerio de Planificación, cuando De Vido recibiera a 22 intendentes de los distritos más poblados del conurbano para mantenerlos unidos detrás del gobierno nacional a cambio de dinero directo y sin intermediarios para sostener sus municipalidades y obras públicas hechas con fondos de Nación, tiene la matriz del párrafo anterior. El problema es que muchos de esos Intendentes van, tratan de obtener lo que pueden, le informan a Scioli y desconfían porque el dinero es escaso y los anuncios de obras suelen demorar su ejecución. Los Intendentes saben también que Scioli está muy bien en las encuestas y que si decide dar la batalla por la coparticipación (Buenos Aires aporta el 40% de los ingresos y le coparticipan el 20%) puede encontrar un electorado ávido y dispuesto a acompañarlo. De él depende. Porque también sabe que no es necesario ser destituyente para generar efectos destituyentes.
Como Cristina, Scioli suele hablar vía terceros. Así, el presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni se pronunció a través de las redes sociales. “La Provincia de Buenos Aires contribuye con el 40% de los ingresos brutos y recibe el 20% de coparticipación”, dijo via twitter el funcionario, y agregó: “Por el fondo del Conurbano Bonaerense recibe sólo $650 millones, cifra que permanece congelada desde hace más de 15 años”.
Por otra parte, en el encuentro del viernes de la agrupación La Juan Domingo en Miramar, el ex ministro de Economía bonaerense y actual titular de la cartera de Infraestructura de la provincia, Alejandro Arlía, también dio señales de lo que será el reclamo. En el acto aseguró que si la Provincia recibiera los puntos de coparticipación que perdió y el Fondo del Conurbano no estuviese congelado “no tendríamos que pedirle ayuda a nadie, ni sufriríamos el déficit estructural”.
Así de complicada está la situación y faltan más de tres años que, con este clima de confrontación, por más disimulada que se la quiera hacer ver, es una eternidad de imprevistos y potenciales conflictos. La antesala de las legislativas del 2013 serán entonces una prueba más que clave para medir fuerzas o para darle gobernabilidad a un estilo que no acepta nada más que incondicionabilidades, lo que incluye el auto sacrificio cuando la Presidente lo disponga. Así las cosas, no muchos estarán dispuestos a inmolarse en altar de las ambiciones de otros u otras, si perciben que un nuevo tiempo les determinará sus futuros ambicionados. 
Lic. Rodolfo Patricio Florido
FUENTE:Publicado en http://pdeqdigital.com

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