domingo, 12 de agosto de 2012

Empleo, el principal riesgo de la desaceleración

Desde finales del año pasado se frenó el crecimiento de la economía, motivo por el cual resurge la preocupación por la evolución del nivel de empleo. Florencia Cámara - La Voz

Desde finales del año pasado se frenó el crecimiento de la economía, motivo por el cual resurge la preocupación por la evolución del nivel de empleo. Bajo este contexto, las repercusiones sobre el mercado laboral son de importancia para el análisis de los efectos sociales de la desaceleración, fundamentalmente por su estrecho vínculo con la distribución del ingreso y pobreza.
Según los datos publicados por el Instituto de Estadísticas y Censos (Indec), el crecimiento interanual de la cantidad total de ocupados en los 31 aglomerados urbanos relevados por la Encuesta Permanente de Hogares en el primer trimestre del año fue de sólo 0,6 por ciento, el más bajo desde la crisis de 2009. Detrás de este hecho se encuentra una reducción de 158 mil ocupados en el primer trimestre de año respecto al trimestre anterior, acumulando 218 mil trabajadores menos desde el tercero de 2011, cuando comenzó la caída. No obstante, sólo el 24 por ciento de esta merma se tradujo en aumento de la cantidad de desempleados en el primer trimestre. Esto indica que la disminución en el empleo total estuvo relacionada, principalmente, con una salida de personas del mercado laboral.
Explorando el grado de formalidad de los trabajadores, nos encontramos con que en términos interanuales, el empleo registrado también experimentó una desaceleración, aumentando 3,5 por ciento cuando el año anterior lo había hecho a una tasa cercana al seis por ciento. Por otro lado, el empleo “en negro” se redujo 2,5 por ciento interanual. Cabe reflexionar que una disminución del empleo informal es positiva siempre que implique un blanqueo de los mismos. Sin embargo, en situaciones como la actual, probablemente sea una muestra de que cuando el panorama se complica los primeros en sufrir las consecuencias son aquellos trabajadores que no se encuentran bajo el respaldo de las leyes laborales y que, a su vez, son los de menores niveles de calificación y quienes se enfrentan con mayores inconvenientes al momento de emprender la nueva búsqueda de empleo. En suma, es probable que los principales afectados pertenezcan a los estratos más pobres de la población.
El panorama no difiere demasiado en el aglomerado Gran Córdoba ya que la caída interanual del seis por ciento en el empleo total también se debió, principalmente, a un retiro de personas del mercado de trabajo. Es decir, el 89 por ciento de estos trabajadores dejaron de trabajar y, a su vez, no se encuentran buscando un nuevo empleo. Situación que puede ser el reflejo de un desincentivo al trabajo producto del deterioro en el salario real.
En los años venideros, las previsiones de crecimiento económico en Argentina se ubican en torno al dos o tres por ciento, por lo que la creación de empleo se mantendría en niveles exiguos. A su vez, es condición necesaria para alcanzar dicho crecimiento una inversión de mayor calidad. Sin embargo, lo preocupante es que está latente la caída relativa de la demanda por trabajadores con menor formación profesional en relación a aquellos con mayor grado de calificación, lo cual podría ser muy costoso para los sectores sociales más vulnerables de la sociedad.
*Economista del IIE de la Bolsa de Comercio
FUENTE: Publicado en www.lavoz.com.ar

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