viernes, 3 de agosto de 2012

Moria Casán y las joyas perdidas

En perspectiva
Por Gustavo A. Olmedo B
Blog - Ultima Hora.com
El escándalo así como el proceso judicial que se le sigue a la ex vedette argentina, Moria Casán, en un show realizado en Asunción la semana pasada, deja entrever elementos de nuestra cultura, así como de nuestro sistema de justicia.
El impune maltrato verbal sufrido por la fiscala Celeste Campos Ross por parte del mánager de la artista, Luciano Garbellano, durante el careo realizado en la víspera en la Fiscalía de Luque, según expuso la misma afectada, es una señal preocupante.
El hombre ofendió a la funcionaria de Justicia de nuestro país sin ningún tipo de reparos ni control. Además, ni siquiera el juez Alberto Sosa puso límites a los ataques verbales de Garbellano, según el abogado Carlos Rodríguez, defensor del joyero afectado por la desaparición, Armando Benítez.
Lógicamente, las preguntas que nacen espontáneamente, y que bien se reflejan en los comentarios de lectores de los diarios digitales, al igual que los oyentes de programas radiales que analizaban el tema, eran ¿Qué hubiera pasado si un artista o representante paraguayo pasaba por semejante situación en el vecino país o en cualquier otro? Y seguidamente: ¿Por qué la fiscala no fue capaz de imponer respeto y autoridad, en pleno despacho del Ministerio Público?
Aquí no se trata solo de autoestima, sino también de formación profesional. No se puede admitir que durante un careo uno de los investigados trate de "vedette" a la misma fiscala y además la señale como posible cómplice del hecho, como expresó Campos Ross.
En necesario que nos hagamos respetar con altura, promoviendo el respeto y no dejando que cualquiera sobrepase los límites con improperios y mala educación.
Y aquí no se trata de promover la xenofobia, sino la verdadera autoridad, aquella que nace de la formación profesional, de la honestidad y la recta conducta, más aún en el caso de jueces y fiscales.
Si nosotros no tenemos claro nuestro valor, si las autoridades no conocen sus atribuciones y nos las aplican en su debido y justo momento -más aún cuando se trata de personajes famosos o de la farándula extranjera- es poco lo que podemos esperar como presente y futuro. Este tipo de situaciones demuestra que quizás las verdaderas joyas que se perdieron en el país, no sean solo los brillantes de USD 80.000, sino principalmente esa autoestima, ese respeto profundo hacia nosotros mismos; esa conciencia del valor que tenemos como nación, como pueblo, como personas; ese deseo de ser profesionales de nivel, y no mediocres en todos los ámbitos. Y ello no se gana precisamente consumiendo espectáculos con vedettes, sino promoviendo una educación que valore el sacrificio del trabajo y del estudio, el ser más que el tener.

 FUENTE:Publicado en http://blogs.ultimahora.com/post/5981/87/moria-casan-y-las-joyas-perdidas.html

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