miércoles, 12 de septiembre de 2012

Fundación Pensar
Cuánto pagamos de más por un jean, una plancha o una computadora
Relevamiento de la Fundación Pensar. Relación entre Argentina y otros países de Europa y los Estados Unidos. ¿Se cierra la economía? -On24-
¿Se está cerrando la economía argentina? No cabe duda de que sí. Tanto por restricciones a las exportaciones como por restricciones a las importaciones la economía argentina está levantando barreras comerciales y cortando lazos con el mundo exterior. Pero ¿a qué velocidad? Y, ¿seguirá haciéndolo? ¿Se cierra más que economías vecinas, como Brasil? Con el objetivo de responder a estas preguntas hemos elaborado en el Area de Desarrollo Económico de la Fundación Pensar un índice de diferenciales de precios para productos finales importables durables. Así, hemos recabado precios al consumidor final de material de transporte (autos y motos), productos tecnológicos (televisores, computadoras y cámaras fotográficas), electrodomésticos (heladeras, lavarropas y planchas), y textiles (jeans y calzado deportivo) en cinco países (Argentina, Brasil, Chile, Estados Unidos y España), y armado un “índice de protección”.

Creemos que el índice tiene dos utilidades. Por un lado, es informativo para el consumidor argentino, que podrá visualizar el valor de algunos productos en otros países. Por otro lado, este tipo de información es esencial para eventualmente analizar costos y beneficios del proteccionismo, sean estáticos o dinámicos , tarea en la que no nos adentramos aquí.

Pues bien, vayamos a los resultados del índice. Tomando un promedio simple de los 10 rubros mencionados más arriba y de los cuatro países con los que se compara, Argentina tiene precios finales 58% superiores a los extranjeros. Teniendo en cuenta un arancel externo común promedio (para esos productos) de cerca de 20%, y un costo de transporte y comercialización cercano a 5%, indicaría que los precios deberían ser, en promedio, como mucho 25% superiores. El resto puede atribuirse a políticas para-arancelarias, acuerdos especiales (como el de la industria automotriz), impuestos diferenciales entre países, y todo tipo de restricciones a las importaciones. Estas últimas son las que han venido aumentando fuertemento en los últimos años.

Gráfico 1. Sobreprecios argentinos respecto a cuatro países, Brasil, Chile, Estados Unidos y España. Fuente: elaboración propia en base a precios informados en la web.

Pero los diferenciales de precios no son iguales para todos los países comparados. Previsiblemente, las diferencias son mayores con Estados Unidos (un sobreprecio en Argentina de 105%) y Chile (un sobreprecio de 76%), dos países con aranceles promedios bajos, y presumiblemente con trabas para-arancelarias menores. Con respecto a España y Brasil, los sobreprecios argentinos son menores, de 34% y 16% respectivamente, pero dadas las características tradicionalmente proteccionistas de ambos países, son llamativos.

Dentro de los productos relevados, ¿cuáles presentan sobreprecios mayores? Tomando el promedio de los cuatro países comparados, son mayores para electrodomésticos (94%) y productos tecnológicos (68%), más precisamente para heladeras (129%), planchas (128%), televisiones (86%) y cámaras fotográficas (76%).

Gráfico 2. Sobreprecios argentinos respecto al promedio de cuatro países, por rubro. Fuente: elaboración propia en base a precios informados en la web.

Una característica interesante de todos estos sectores con altos sobreprecios es que presentan rápido cambio técnico, lo que lleva a disminución de costos de producción (a igual calidad de producto), y por tanto a menores precios internacionales. Bajo proteccionismo comercial durante cierto lapso, los consumidores pueden no reconocer fácilmente que los precios internos podrían ser bastante menores con reducidas restricciones a la importación y por tanto pueden aceptar pagar un porcentaje de su ingreso bastante mayor que el que pagarían con mayor apertura comercial.

Con respecto a transporte y textiles, observamos que existe gran heterogeneidad según el país de comparación. El sobreprecio en autos es cercano al 40% con respecto a Estados Unidos y Chile, en tanto que son un 20% más baratos que en Brasil (mientras sean de producción nacional). Las motos también parecen ser más baratas que en Brasil y España y no mucho más caras que en Chile y Estados Unidos. Los pantalones “jeans” se encuentran mucho más caros que en Estados Unidos (sobreprecio de 119%), algo más caros que en Chile (31%), prácticamente de igual precio que en España, y un 12% más baratos que en Brasil. Algo similar sucede con el calzado.

Dentro de cada categoría (autos, motos, etc.) hemos recabado precios para tres o cuatro productos específicos (Fiat Uno Attractive, 3 puertas, 1.4; Toyota Corolla Xli M/T 1.8L, etc.). Algunos de estos productos son más populares y otros son más exclusivos. Cuando se clasifican los productos en estas dos categorías, ¿existe alguna diferencia de sobreprecios entre ambas? Sí, los sobreprecios en productos caros o exclusivos parecen ser mayores (85%) que en los productos populares (55%). El único reparo a esta conclusión es que los productos populares no son exactamente comparables entre países pues el mismo exacto producto (marca, modelo, características) no suele estar en todos ellos. En estos casos hemos tomado, en general, un producto al menos de tan buena calidad como el Argentino. Aún así, algunos productos populares tienen sobreprecios exorbitantes, como, por ejemplo, heladeras (107%) y jeans (79%).

En suma, los sobreprecios por cerrazón de la economía, sea arancelaria como para-arancelaria y cuotas, son importantes. Este índice ayudará a medir los niveles de apertura/proteccionismo, brindará información a los consumidores, y es un paso en la medición de costos y beneficios del proteccionismo. Por otro lado, si se estima, después de todo, que es beneficioso para el país levantar barreras comerciales respecto al exterior, los beneficios se obtendrán bajo, por lo menos, dos condiciones: sobreprecios pequeños y calidad aceptable de los productos. Ninguna de esas condiciones se están dando en la actualidad. El método más efectivo para obtenerlos es muy probablemente una mayor competencia interna (ya que no la hay con el exterior), la cual se consigue con mayor defensa del consumidor y con fuertes leyes anti-trust que se cumplan. En una oración: si se quiere hacer proteccionismo en serio, promuevase la competencia interna.
Fuente: Publicado en On24.com.ar

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