viernes, 7 de septiembre de 2012

Ilustración Para Cristina Fernández el ocaso del poder puede ser intolerable

PdeqDigital  El 83% no quiere el voto adolescente… el 64% no quiere la re reelección…, sostener el centro de la escena les está costando un error tras otro en lo que respecta a escuchar la voz del pueblo. Pero ella con su silencio insiste. Obviamente no le costaría nada afirmar taxativamente… “no voy a intentar ser re reelecta, en el 2015 me voy a mi casa”… pero no lo hace.
Su particular estilo de ejercer el poder, su propio temperamento y su desconfianza absoluta a que cualquiera intente ocupar el poder que ella detenta, la expone muy probablemente a imaginar escenarios intolerables. La vida y las ausencias la dejaron en un lugar quizás impensado cuando los planes se hacían de a dos.  
Las caravanas, aplausos y festejos de sus acólitos, desaparecerán. Muchos, sino la gran mayoría, comenzarán a buscar nuevos rincones desde donde sostener y / o retener, algo de la bendición del poder otorgado.
Hablar casi diariamente dejará de ser un ejercicio hegemónico donde todos escuchan y nadie pregunta, para ingresar al mundo de los mortales y tratar de coordinar entrevistas periodísticas con muchos programas y comunicadores que fueron despreciados, injuriados o denostados. Será invitada aunque muy probablemente no acepte las invitaciones. Sabe que será respetada pero que 12 años de preguntas acumuladas sin respuestas darán a luz. Y ella, pareciera, no estar ya acostumbrada a esa mortalidad. En otros tiempos, antes de los Gobiernos de su marido y los de ella, iba a esos programas, los de aire y los de cable. Por aquellos tiempos el rol de Senadora opositora le resultaba cómodo. Pero aquellos tiempos parecen un pasado impensable. Y los años de pontificación, denostación y agresiones dejaron sus huellas.
Claro que durante un breve tiempo estarán algunos de los periodistas del oficialismo… como también es claro que algunos darán paso al nuevo oficialismo (quizás no tan militante como este) mientras que otros tratarán de trasmutar sus festejos híper cristikirchneristas por posiciones un tanto más independientes a la espera que…; cual hijos pródigos, sean recibidos en algún medio de prensa. Obviamente habrá algunos pocos que se sostendrán coherentemente en sus creencias y acompañamiento a la Presidente ida. No serán muchos, pero serán los mejores e intelectualmente más honestos.
Surgirán nuevos programas periodísticos del Cable, donde buscarán un refugio y podrán intentar construir con dificultades las producciones que no encontrarán fácil que los invitados del nuevo poder quieran dar notas a quienes antes no los invitaban y además los editaban para ridiculizarlos.
Tendrá custodia pero ya no existirán los coches oficiales, ni la flota de aviones Tango Presidenciales, ni gastos reservados, ni un Secretario Privado que corra con los gastos, ni cumplibles ordenes a Intendentes y Gobernadores para que preparen las escenificaciones y el público para su llegada.
Cualquier casa por importante que sea parecerá una choza al lado de la quinta Presidencial de Olivos con docenas de empleados públicos dispuestos a cumplir el más mínimo gesto. Será así su propio dinero el que sostenga el status alcanzado o el que acepte las nuevas y más económicas realidades.
No habrá empresarios, Presidentes ni firmas multinacionales que atiendan el teléfono de manera inmediata y que estén dispuestos a mostrar su mejor cara ante cualquier idea o pedido. No podrá retar en la certeza de que la respuesta no llegará de manera inmediata.
El Poder es inevitablemente efímero y hasta los Dictadores –obviamente no es el caso- transitan el camino de la pérdida, con mayor o menor dignidad y algunos sin ninguna.
¿Qué todos los ex Presidentes Constitucionales pasaron por esto?
Es cierto. Muy cierto. Como también es cierto que el duelo de la pérdida suele ser proporcional al;
•    nivel de aferramiento del mismo.
•    modo de cómo se transito el uso del poder.
•    cuantos vacíos personales llenó la sensación de omnipotencia que todo poder genera.
•    cuantos heridos sin causa quedaron atrás esperando su momento de revancha.
•    percepción sobre si mismo/a respecto al resto de los aspirantes.
•    y cuanto de la autoestima estaba depositada en la construcción y el uso del poder transitorio.
Así es y así será siempre.
Por lo tanto, el duelo por el Poder perdido nunca será lo mismo que el duelo por el Poder dejado. La historia reciente está repleta de ejemplos positivos como Michelle Bachelet o Lula, que transitaron y dejaron el poder con una dignidad tal que; a nadie le llamaría la atención que retornaran al mismo. Y eso sin contar que el camino de salida estuvo tapizado de rosas por su propio pueblo, aún aquellos que no los votaron, y por sus clases políticas que los tomaron como ejemplos del diario transcurrir y de las transiciones. O un “Pepe” Mujica que ni siquiera aprovecha las legales y legítimas ventajas de vivir fuera de su chacra de Rincón del Cerro en las afueras de Montevideo. Para ellos/as no hubo “síndrome del pato rengo” y para Mujica no lo habrá, porque afirmó cuando asumió, que aceptaba la carga pública pero que era su último servicio a la Nación.  
Así las cosas, excepto que la Presidente alcance el equilibrio de que hubo Historia antes que ella y habrá Historia después de ella, se le dificultará muchísimo transitar los años venideros. Ojalá no sea así y encuentre la paz de quienes transitan la vida cosechando experiencia en sus errores en lugar de insistir en ellos.
Un matemático (Wiener) y un escritor ruso (Solzhenitsin) tuvieron dos extraordinarios pensamientos sobre el Poder sobre los que vale la pena reflexionar.
Dijo el primero… “Hemos modificado tan radicalmente nuestro entorno que ahora debemos modificarnos a nosotros mismos para poder existir dentro de él”…, dijo el segundo… “Al negarnos a aceptar un poder superior inmutable que nos supera, hemos colmado el vacío a golpe de imperativos personales y, súbitamente, nuestra vida se ha vuelto espeluznante.”
Lic. Rodolfo Patricio Florido- PdeqDidital

No hay comentarios:

Publicar un comentario