miércoles, 7 de noviembre de 2012

En La Formosa De Gildo Insfran

El sistema de salud se cae a pedazos. El renunciante, tiene reemplazante y nadie quita mérito a su nominación a peor Ministro de la Historia.

Diario Opinión Ciudadana El sistema sanitario de la provincia se está desmoronando como el más endeble barranco que cede ante un caudaloso río, mientras sus máximas autoridades tratan infructuosamente de presentarlo como un modelo y ejemplo a seguir, exhibiendo como su mejor estandarte al elitista Hospital de Alta Complejidad, cuyas estadísticas reales sobre mortalidad algún día tendremos que saber; dato celosamente guardado bajo siete llaves.
La prueba son los hospitales del interior de la provincia y los centros de salud de la ciudad capital, que funcionan en forma deficiente o directamente lo hacen como primarias salitas de barrio que hacen las veces de botiquines de primeros auxilios, pero sin remedios.
La publicitada red sanitaria, difundida hasta el hartazgo por la prensa oficial, es una simple teoría o expresión de deseos, ya que en la práctica lo que existe es un gran cuello de botella o embudo asistencial que desemboca en el colapsado Hospital Central, adonde van a parar los pacientes de toda la provincia sea cual sea la patología que les aqueja ¿Entonces para qué están los hospitales del interior si al fin y al cabo, accidentados y enfermos son indefectiblemente derivados al Central? ¿Y los centros de salud de los barrios? Se han convertido en pequeños depósitos receptores de personas dolientes que terminan siendo llevadas al nosocomio de la calle Mitre.

LA MUESTRA DEL BOTÓN
Quien opine lo contrario solo tiene que ingresar al Centro de Salud del barrio 2 de Abril, referente de populosos sectores que crecen a su alrededor: 2 de Abril, La Paz, Venezuela, Federación, San Pedro, Juan Manuel de Rosas, etcétera.
Su estado edilicio es paupérrimo, sus paredes desnudas sufren los estragos del paso del tiempo y la falta de mantenimiento, el cielorraso perforado de machimbres debilitados amenaza con desplomarse el día menos pensado y el mobiliario para atender a los pacientes se asemeja a un hospital de campaña en plena guerra.
En medio de este desolador panorama, enfermeros y médicos tienen que cumplir la humana misión de curar - o al menos intentar -, ya que al rosario de carencias que podrían enumerarse, hay que agregar la falta de insumos básicos: jeringas, gasas, desinfectantes, analgésicos, cintas adhesivas, etcétera.
Los vecinos conocedores de esta precaria situación de asistencia sanitaria, concurren a la sala provistos de sus botellitas de antisépticos, vendas y demás elementos para realizar una simple curación. Al finalizar el tratamiento no son pocos los que deciden dejar dichos elementos en la sala a modo de donativos para que puedan ser útiles a otros pacientes de la zona.
Eso sí, durante nuestra visita a este Centro de Salud pudimos apreciar colgando de una de las paredes del improvisado consultorio de atención médica, un costoso banner con la fotografía del gobernador Gildo Infrán en tamaño 30 x 60. No sabemos si la fotografía está colocada allí para tapar los huecos y rajaduras de la pared o para cumplir con el ritual de venerar como un Dios omnipresente al eterno mandatario provincial.
Este es el consultorio donde atienden a los pacientes. Adentro hay una camilla dentro de un biombo, un escritorio con una silla donde se sienta el médico y detrás se ve una pileta de lavar que no se para que usan.

FUENTE: Diario Opinión Ciudadana

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