La nueva dueña del poder
Por Tomás Luciani.
En pocas horas, Alperovich tuvo que ceder a Susana Trimarco buena parte del poder que había acumulado en una década. Un tsunami político con rumbo incierto.“Voy a hacer todo lo que ella me pida”, remarcó el gobernador José Alperovich luego de reunirse con Susana Trimarco.
En pocas horas, la mamá de Marita Verón se transformó de hecho en la dueña del poder en Tucumán.
Con
el aval rotundo de la opinión pública sin excepciones, de todo el arco
político provincial y nacional, y fuertes respaldos internacionales que
incluyen hasta la Casa Blanca, nadie se atrevería hoy a cuestionar a
Trimarco.
Ayer se vio como, luego de cometer su enésimo desliz
verbal, la senadora Beatriz Rojkés corrió a pedirle disculpas. Rojkés
tuvo que soportar muda la "bajada de línea" que le hizo Trimarco en un
intercambio radial:
"Vamos a sacar toda la basura que tiene rodeado al gobernador."
"Acá el gobernador tiene metidos delincuentes dentro de la Justicia."
"Tenemos
un presidente de la Corte que ha sido funcionario de ustedes. ¿Qué les
pasa? La droga y la prostitución en esta provincia, los robos, todo lo
que pasa."
Un tsunami atraviesa la provincia. Y lo más preocupante para Alperovich es que no sabe hacia dónde se dirige la crisis.
Durante
largos meses se generó una enorme expectativa sobre el caso Marita
Verón, alimentada entusiastamente desde el oficialismo, pero según los
jueces no se ofreció prueba suficiente para castigar ni siquiera a uno
de los 13 acusados.
La ineficacia de la investigación está a la vista. Alperovich le vendió a la Casa Rosada una historia mal escrita.
Hoy
Tucumán está en los noticieros mundiales por un hecho nefasto, como
hace diez años, y el gobernador ingresa en su etapa más difícil.
En
toda la Argentina su imagen se encuentra muy estigmatizada, mientras
crece la conciencia de que Tucumán es un feudo decadente donde ocurren
iniquidades de todo tipo.
La propia Trimarco se encargó de
ilustrar a la opinión pública sobre la inseguridad, las drogas, la
prostitución y las mafias que campean en la provincia. Luego, se dedicó a
destrozar la gestión de seguridad del ministro Mario López Herrera,
sostenido a capa y espada durante años por Alperovich.
El hasta anteayer único dueño del poder ahora enfrenta graves desafíos.
Por
un lado tendrá que compartir su gestión con Trimarco. Inevitablemente,
se verá obligado a arrojar lastre del gabinete, y a atacar desde su
Legislatura a su Justicia, diseñada a su imagen y semejanza.
Paralelamente,
el gobernador tendrá que reposicionarse ante la Casa Rosada -donde se
lo acusa por impericia y muchas otras cosas más-, y tratar de aventar
semejanzas con otros líderes norteños que quisieron vivir para siempre
en el poder (como Ramoncito Saadi), y terminaron eyectados por casos
judiciales que presuntamente les eran ajenos.
Aunque suene
increíble, el fantasma de la langosta federal comenzó a ser tema de los
corrillos políticos. Como hace más de 20 años, cuando intentaba gobernar
el ingeniero José Domato... Fuente: Contexto
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