La trama oculta de los saqueos
Por Antonio Lizzano
El jueves por la tarde, la ciudad rionegrina de Bariloche fue tierra de nadie. Los saqueos
a supermercados y actos de vandalismo contra comercios, a los que se
sumaron los enfrentamientos entre policías y saqueadores, con un saldo
de más de 30 heridos, sobrepasaron a la policía local y ante esa
situación el pánico de los funcionarios políticos fue tan grande que le
pidieron al Gobierno nacional de la Presidenta Cristina Fernández de
Kirchner la intervención de la Gendarmería. La magnitud de los sucesos
también preocupó a la Nación, que envió a Bariloche al secretario de
Seguridad nacional, Sergio Berni, y a un grupo de 400 gendarmes. El
contingente arribó a destino pasadas las 23.30 y fue dividido por
grupos, que fueron trasladados a las zonas más conflictivas de la
ciudad, lo que produjo que la policía de Bariloche retomara el control
de la ciudad.
La repercusión nacional que tuvieron los saqueos
en Bariloche no solo fue mediática. Casi como si se tratara de un
efecto por contagio, el mismo jueves por la noche se produjeron saqueos
a supermercados minoristas y asaltos a camiones en la zona de Campana.
El viernes tampoco fue un día tranquilo, ya que en durante la mañana se
fueron conociendo noticias de saqueos
o intentos de saqueo en distintos distritos de conurbano. Uno de los
más graves se produjo en San Fernando, donde también los gendarmes
debieron auxiliar a los policías bonaerenses.
“Más allá de las acusaciones cruzadas que se lanzaron el kirchnerismo
y sus opositores, lo cierto es que los hechos agarraron al Gobierno
nacional totalmente desprevenido y eso incluye a las máximas autoridades
políticas del Ministerio de Seguridad: la ministra Nilda Garré y su
segundo, Sergio Berni. Y en el caso de estos últimos el dato es más
llamativo porque de ellos dependen, entre otras fuerzas de seguridad, la
Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura. Por lo tanto, es
imposible pensar que las áreas de Inteligencia de la Federal y la
Gendarmería no tuvieran ningún tipo de información de que se estaban
preparando saqueos. En realidad, tenían datos de que algo así podía
pasar, pero por la mala relación que existe entre estas fuerzas de
seguridad y sus jefes políticos, los datos nunca llegaron a Garré y a
Berni”, le detalló a Noticias Urbanas un integrante de una de las
fuerzas de seguridad.
El envío de gendarmes a Bariloche no hizo más que aumentar el
malestar de los uniformados, ya que debido a la gravedad de los sucesos,
los 400 efectivos permanecerán unos días en la ciudad rionegrina, con
lo cual es muy probable que pasen la Navidad lejos de sus hogares. La
Gendarmería siente que el Gobierno nacional la traicionó, ya que la
propia Presidenta en un discurso del 26 de junio de este año aseguró que
esa fuerza no actuaría más en conflictos en las provincias, después de
que once efectivos de Gendarmería que venían de participar en Chubut de
la custodia del yacimiento petrolero “Cerro Dragón” perdieran la vida en
un accidente entre dos micros y un camión.
“No se someterá más a la fuerza a situaciones que son responsabilidad
de las provincias. Van a tener que procesarme a mí, porque no voy a
permitir que ningún gendarme tenga que resolver un conflicto del que es
responsable el Gobierno provincial”, afirmó Cristina Fernández.
La magnitud y gravedad de los incidentes de Bariloche, que
desbordaron a la policía local, no le dejó otra opción a la Nación que
recurrir a los gendarmes. A esos mismos uniformados que debieron
realizar una huelga histórica en los primeros días de octubre, debido al
recorte de salarios que había sido impuesto por un decreto del Gobierno
nacional que llevaba las firmas de Cristina y Garré.Fuente: Noticias Urbanas
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