Medios Públicos, Medios Privados
Leonardo Girondella Mora
La reclamación acostumbrada en contra de los medios noticiosos afirma que estando en manos privadas, ello hace
probable la distorsión de las noticias —una desviación informativa que
sería producida por los intereses de sus propietarios.
Esta protesta, que no está alejada de la realidad, lleva a proponer
un cambio en la propiedad de los medios noticiosos —una modificación que
los llevaría a ser más propiedad pública que privada y así remediar la
posible distorsión informativa mencionada.
En lo que sigue examino esta propuesta destacando lo que considero son los puntos esenciales que contiene.
• Ante todo, no es una reclamación desencaminada. Todos los medios
noticiosos pueden tener sesgos informativos importantes, sin excepción.
Es esto mismo lo que hace a la solución de la propiedad pública una
propuesta débil.
También esos medios públicos están sujetos a introducir
sesgos informativos que distorsionen las noticias —sería
extraordinariamente ingenuo suponer que un canal de televisión manejado
por un gobierno buscara y reportara noticias de escándalos en su
interior.
• El diagnóstico y la solución tienen otra debilidad significativa
—descuidan que los sesgos de los medios son inevitables, sin importar
quién es su propietario, pero también ignoran que esos sesgos no sólo
pueden obedecer a intereses de sus propietarios. También pueden ser
causados por visiones ideológicas.
Una estación de televisión, por ejemplo, cuyo permiso de operación
depende de un favor gubernamental tenderá a evitar noticias que sean
negativas a ese gobierno del que depende —como en el caso de Televisa
durante los gobiernos del PRI el siglo pasado. Este es un sesgo debido a
intereses propios.
Pero también son posibles y frecuentes los sesgos producidos por
simpatías políticas y creencias políticas. El caso más citado que
conozco es el de medios noticiosos estadounidenses principales, muy
inclinados a creencias progresistas que favorecen a los Demócratas y
dañan a los Republicanos.
En México y otros países, el lector puede con seguridad nombrar a
conductores de noticias con simpatías marcadas hacia ciertos partidos y
con tendencias políticas notorias. Me parece que esto es inevitable. La
gente dedicada a medios noticiosos es gente interesada en la política y
los interesados en la políticas tienen preferencias ideológicas
marcadas.
• La propuesta de crear medios masivos públicos suele incluir medios
noticiosos manejados por entidades gubernamentales con la esperanza muy
ingenua de que ellos proveerán información objetiva, real y promotora de
valores cívicos.
Pero también incluye la idea de crear medios masivos dados a ciertas
comunidades o grupos que lo consideran un derecho social —siendo el caso
que conozco el de exigir al gobierno proveer de medios masivos propios a
comunidades étnicas que los reclaman para la promoción de su cultura y
costumbres.
Estas peticiones ponen sobre la mesa un aspecto poco considerado en
estas cuestiones —los costos de apertura y operación de tales “medios
sociales” y quién los absorberá. En una empresa privada, son sus
propietarios quienes corren los riesgos de inversión, lo que no es claro
en el caso de propiedades públicas.
Un canal de noticias de propiedad estatal es financiado con recursos
públicos provenientes de impuestos —lo que abre la pregunta de si eso es
legítimo, pues quien paga impuestos estaría cubriendo el precio de un
medio que quizá no vea y sin garantía de no ser sesgado.
Un medio cualquiera, como una estación de radio dada a una comunidad
indígena, consumiría recursos públicos con impuestos de personas que no
tienen beneficio alguno de ese medio —lo que también cuestiona la
legitimidad de esta posibilidad.
La única solución válida parece ser la de crear medios sostenibles
por sí mismos y no con fondos públicos —sea por venta de tiempos
comerciales dentro de su programación o por aportaciones voluntarias de
su audiencia.
He examinado la propuesta de combatir los probables sesgos
informativos en medios privados por medio de la existencia de medios
públicos de propiedad estatal, encontrado que no es ella una solución
que remedie el problema en cuestión —en realidad lo podría empeorar.
Sin embargo, es posible encontrar otra vía de respuesta a ese
problema real, la de promover y facilitar la existencia de una
multiplicidad de medios noticiosos que en lo individual tengan poco
poder y dependan de las preferencias de audiencia. FUENTE: CONTRAPESO.INFO
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