Capitalismo y Moral
Leonardo Girondella Mora
En lo que sigue examino la relación que existe entre capitalismo y moral —poniendo, sobre todo, en tela de juicio la noción común de que el capitalismo es esencialmente inmoral.
La realidad es que entre capitalismo y moral existe una conexión por demás particular y que exploro en los siguientes puntos.
• El capitalismo, en su esencia más pura, sostiene a la libertad como
el más alto de los valores esenciales del ser humano —su posibilidad y
capacidad para actuar de maneras distintas decididas por cada persona.
Si el capitalismo defiende a la libertad del ser humano, igual para
todos, por necesidad lógica tiene que creer y fomentar reglas o
principios que regulen esa libertad —formas de actuar que sean
congruentes con esa libertad.
En este sentido, el capitalismo, para sorpresa de muchos, no sólo no
es inmoral, sino que promueve la existencia de un código moral coherente
con el respeto a ese valor humano —considerando malo todo aquello que
ataque a la libertad y bueno a lo que la respete y promueva.
• A pesar de esa innegable relación positiva entre moral y
capitalismo, existe una faceta curiosa en esa conexión y que no es
sencilla de comprender en su inicio.
El capitalismo, sus instituciones y sus organismos, funcionan de tal
manera que tienen poca dependencia de las motivaciones morales de las
personas. La afirmación es extraña pero tiene su justificación en un
sistema de libre mercado en el que existe competencia.
Cuando varias firmas compiten con productos sustitutos está en su
mismo interés y beneficio el actuar buscando la preferencia del
consumidor con buen precio, calidad esperada, servicio bueno —de lo
contrario, perderá clientes y bajarán sus ventas.
Es la idea misma muy conocida de que no es la bondad del panadero la
que coloca el pan en la mesa de quien lo necesita. Es decir, bajo
condiciones de libertad económica que creen libre concurrencia en los
mercados, los productores tendrán un incentivo fuerte para complacer al
consumidor y tratarlo bien.
• Los dos puntos anteriores muestran una relación peculiar entre
moral y capitalismo y que va en contra del clisé usado con frecuencia
para atacar al capitalismo —el de suponer que por necesidad el actuar
económico del capitalismo es inmoral sin remedio.
La base de esa acusación es muy directa: la motivación de ganar
dinero es moralmente reprobable, o al menos despreciable. Ya que el
capitalismo tiene como motivación central el tener un beneficio
económico, se concluye que es un sistema despreciable e incluso inmoral.
¿Es ganar dinero inmoral en sí mismo?
Responder que sí, haría inmorales a los ingresos de toda persona, no
importa quién sea, trabajador o empresario o gobernante. En cambio, lo
que sí puede ser reprobable es la manera en la que se obtiene
un ingreso —como en el caso del ladrón, o del defraudador, lo que se
reprueba no es la obtención de dinero, sino la manera en la que eso se
hace.
¿Es inmoral toda ganancia empresarial?
No necesariamente, depende de los medios usados para lograrla —si
para ella se usa el engaño y el incumplimiento de contratos, lo será.
Pero en el caso de una empresa que vende productos que el público desea y
con los que está satisfecho, no hay nada inmoral —incluso sería
positivo moralmente.
• Los precios logrados en un mercado capitalista y libre contienen un
elemento de justicia muy fuerte que impide calificarlos de inmorales
por altos o bajos que sean. El acuerdo mutuo y voluntario de
intercambiar bienes entre dos personas indica que ambas encontraron que
el precio les convenía —de lo contrario no habría habido compra-venta.
En los puntos anteriores he querido poner en tela de juicio la idea
de que el capitalismo es esencialmente inmoral —exponiendo razones que
justifican que no lo es y que, para sorpresa de muchos, tiene un
contenido moral.
En sus procesos, el capitalismo orienta a la actividad económica a
actuar de manera honesta y virtuosa, incluso a pesar de quien interviene
en ellos.
En su esencia, el capitalismo fomenta y respeta una base axiológica
sustentada en la libertad a la que considera como parte de la naturaleza
humana. Fuente: Contrapeso.info
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