¿Se necesita una sociedad abierta para imaginar una empresa abierta?
Escrito por Juan Sobejano
El otro día mi amiga Delfina Zagarzazu me hizo una pregunta por Twitter: “¿Se necesita una sociedad abierta para imaginar una Empresa Abierta?”
La verdad es que la pregunta tiene tela, sobre todo por Twitter. La
pregunta es un tanto imprecisa porque falta, fundamentalmente, definir
un concepto, el de Sociedad Abierta. No es culpa de Delfina, sino de mi
falta de reflejos al no pedirle la precisión en el momento y luego, en
la reflexión, dejar que afloraran estas dudas. Por eso creo que sería
interesante acotar el concepto y lo voy a hacer en torno a dos campos:
el político/social y el tecnológico, que al final son ramas del mismo
tronco.
La Sociedad Abierta político/social
Este es un concepto que nace con Henri Bergson y que toma impulso con Bertrand Russell y, sobre todo, con Karl Popper y su obra La Sociedad Abierta y sus Enemigos.
Básicamente propone la existencia de gobiernos transparentes,
tolerantes y flexibles, atentos a las necesidades de los ciudadanos y
con capacidad y deseos de respetar los derechos de los mismos dentro de
un entorno de igualdad. Entronca con las nuevas corrientes de Open Government y otros movimientos sociales, tanto liberales como de izquierdas.
Centrándonos
en lo que nos preocupa, me parece muy interesante e importante el tema
de la transparencia. Entiendo que los autores, cuando hablaban de
Sociedad Abierta, no pretendían centrar el modelo en el tipo de
gobierno, sino en la sociedad en general, en su capacidad para mantener
entornos de transparencia, tolerancia y flexibilidad. Un modelo así sin
duda facilita la transmisión de información por toda la sociedad,
incrementando la capacidad de generación de ideas y de compartirlas.
Los gobiernos abiertos inciden en el ciudadano, por encima del
mantenimiento de las propias estructuras políticas y tienen un
importante aliado en lo que Manuel Castells llamó La Sociedad Red.
Son sociedades en las que la información viaja de manera natural por
los nodos que la forman, teniendo valor por sí misma y no por los
llamados principios de autoridad,
filtros que en ocasiones se desarrollan ante la necesidad de
seleccionar la información aparentemente más deseable entre tanta infoxicación.
No voy a entrar ahora en explicar el ecosistema de información que
tenemos, pero es evidente que tiene algunas debilidades en cuanto a la
abundancia y falta de selección de esa información, debilidad en cuanto a
la imposibilidad de acceder a toda la información relevante, no en
cuanto a la abundancia en sí.
En este entorno la propia dinámica favorece sin duda la aparición de
empresas que se insertan en este tipo de sociedades y participan de sus
modelos de uso y desarrollo. Resulta más fácil desarrollar estrategias
abiertas dentro de la empresa si nuestro entorno favorece esas dinámicas
que en sociedades más cerradas y que controlen la información.
La Sociedad Abierta tecnológica
Me quiero referir ahora a un tipo de sociedad que se basa en el uso
de herramientas y tecnologías que favorecen la apertura y el compartir
la información de la que hablamos. Y me quiero referir a ella para decir
que es irrelevante. La existencia de ese tipo de tecnología es
irrelevante para la existencia de una Sociedad Abierta o una Empresa
Abierta. Es cierto que puede (y de hecho lo hace) facilitar y potenciar
la apertura, el compartir información, la creación y aparición de redes…
pero no son críticos para la existencia de ese tipo de sociedad y/o
empresa. De hecho los autores que he mencionado al principio que
definieron el concepto de Sociedad Abierta nunca utilizaron ni
conocieron Internet o los Medios Sociales.
Resulta
por tanto clave tener en cuenta que el desarrollo de un modelo de
Empresa Abierta no depende del uso de determinadas herramientas, aunque
como digo pueden facilitarlo y acelerarlo.
Así que, respondiendo a la pregunta de Delfina ¿Se necesita una
Sociedad Abierta para imaginar una Empresa Abierta? Mi respuesta es no,
no son imprescindibles. Recordemos que una de las características
fundamentales de la Empresa Abierta
es la porosidad de sus “fronteras” la capacidad que tienen para hacer
que circule la información y el conocimiento tanto de dentro afuera,
como de fuera adentro. Y aquí está una de las claves, porque si podemos
generar flujos de información
que me permitan captar información del exterior para integrarlo a mis
procesos estaré plantando la semilla de la Empresa Abierta. Es posible
que la sociedad u otras empresas no hayan generado esa capacidad o
apuesten por ese modelo de creación común, pero sí que mi empresa haya
sido capaz de ampliar sus fuentes de información hacia el exterior.
Es decir, no se necesita una Sociedad Abierta para imaginar una
Empresa Abierta, pero sin duda la potencia y ayuda a su natural
desarrollo. Al final la decisión de ser una Empresa Abierta o no es de
la propia organización (aunque está claro que el entorno va a influir), y
si así lo decide va a tener recursos para, si no desarrollar todo el
potencial de la estrategia abierta, sí implementar algunas dinámicas y
modos de gestión que la van a enriquecer y permitir mejorar sus
procesos, productos y resultados.
FUENTE: Publicado en http://www.juansobejano.com/2013/04/02/%C2%BFse-necesita-una-sociedad-abierta-para-imaginar-una-empresa-abierta/
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