Por Bill Bonner
Las subidas de la última semana en
las Bolsas parecen haber dejado atrás el fantasma de la crisis de los
países emergentes, pero en este mundo nunca se sabe y
nosotros no somos más optimistas hoy que hace una semana. Sin embargo,
hemos pasado la semana en la India ajenos a todo esto
"No investiría ni un centavo en la India" nos dijo nuestro amigo Jim Rogers, co-fundador del fondo Quantum con George Soros. Puede que sepa algo que nosotros no sabemos. Pero como decimos siempre, nosotros sabemos tan poco que
cualquiera puede saber más.
La India era rica hace 500 años, con
un PIB per cápita entre los mayores de todo el mundo (de acuerdo a
ciertas estimaciones que muy probablemente no sean fiables). Ahora es
pobre. ¿Podría volver a ser rica, o al menos más rica de lo que es
ahora?
Nosotros no lo sabemos, pero decidimos viajar a Mumbai via
Zurich. Es difícil de encontrar un contraste mayor. Zurich es impecable:
organizado, eficiente, fiable. Mumbai por el contrario es sucio,
desorganizado
e, incluso, caótico. Zurich es una de las ciudades más ricas del mundo;
Mumbai es una de las más pobres.
¿Qué las hace tan diferentes?
¿Raza, cultura, clima? Responder a estas preguntas supondría una larga
discusión sin conclusiones reales.
Hay muchas teorías. El estudio
de las razas era popular antes de la Segunda Guerra Mundial. Antes de
eso (y después) es estudio del clima era una explicación habitual. Pero
ninguna de ellas puede explicar la pobreza de la India.
Fíjese en
los inmigrantes indios en Estados Unidos, África o Reino Unido. Fuera de
su país de origen son uno de los grupos étnicos de más éxito. En cada
tipo de trabajo -arte, ingeniería, negocios, academia- los indios
sobresalen. Incluso el nuevo CEO de Microsoft es de la India.
Respecto
al clima, las teorías cambian conforme pasa el tiempo. Cuando Egipto,
Grecia y Roma eran los grandes imperios del mundo,
los intelectuales argumentaban que el clima frío era contrario al
desarrollo de la civilización. Entonces, cuando el centro del progreso
se fue desplazando al norte, también lo hicieron las diferentes teorías.
En la actualidad, la idea más común entre la gente de los climas más
fríos es que el calor hace a la gente perezosa.
El calor puede que
haya influido antes de la implantación masiva del aire acondicionado.
De hecho, en Estados Unidos el Congreso y otros órganos de Gobierno se
tomaban el verano entero de vacaciones para huir del calor asfixiante de
Washington D.C. Sin embargo yo me crie a 60 kilómetros de Washington
D.C. y no recuerdo que el calor nos impidiera trabajar muy duro a mí y a
mi familia. Trabajábamos durante los cálidos meses de verano en las
plantaciones de tabaco.
E incluso hoy, ciudades tan cálidas como
Miami y Singapur florecen mientras otras como Detroit o Vladivostok van
camino de la ruina. Por lo general Rusia es un lugar frío, pero
difícilmente lo podemos considerar como un país rico. Por el contrario,
Australia es bastante cálido y a la vez bastante rico.
Una causa
obvia del retraso económico es el Gobierno. Cuanto más ambicioso y
agresivo es éste, peor le irá la economía. China, inmediatamente después
de la Segunda Guerra Mundial, era uno de los países más pobres del
mundo. Uno podría haber culpado de ello a sus características
culturales, pero hubiera estado equivocado.
Millones de ellos
huyeron a Hong
Kong, que por aquel entonces no era más que una roca a orillas del mar
que gozaba de la protección del Gobierno británico frente a la amenaza
del Gobierno comunista de Mao Zedong. A finales de los años 40, los
chinos que huyeron a Hong Kong llevaron su cultura con ellos.
John
Cowperthwaite era un funcionario británico encargado de la
administración colonial de Hong Kong desde 1961 hasta 1971.
Cowperthwaite se negó a interferir en la vida cotidiana de los
ciudadanos de la colonia, ni
siquiera permitió la recolección de estadísticas sobre el desempleo o
sobre los ingresos. No quiso llevar a cabo ningún tipo de política
gubernamental para mejorar el nivel de vida de los ciudadanos bajo su
administración.
Por el contrario, en el resto de China ni una
flecha podía ser disparada sin el consentimiento del Gobierno comunista.
Había grandes programas económicos para resolver cada problema. Había
cantidad de "grandes saltos adelante", "revoluciones culturales" y
"planes
quinquenales".
Mientras la China comunista se fue haciendo cada
vez más pobre, Hong Kong se hizo tremendamente rico en cuestión de años.
Ya para 1996, los habitantes de Hong Kong tenían una renta per cápita
un 37 por ciento superior al de los británicos, sus colonizadores y
protectores.
Un Gobierno alcanza el punto de utilidad marginal
negativa (punto en el cual llevar a cabo una acción causa daño y no
beneficio) muy rápidamente. Un poco de Gobierno -derechos de propiedad,
contratos
legales y seguridad- es suficiente. Pero cuando el Gobierno se mete en
nuestras vidas, el efecto es desastroso.
Los indios tienen un
Gobierno muy intervencionista, una reliquia de la estalinización del
país bajo el mandato de Indira Ghandi. Después de la Segunda Guerra
Mundial, la élite india enviaba a sus hijos -incluida la señora Ghandi- a
estudiar a Inglaterra. Allí, aprendieron las ideas y políticas que
retrasaron el crecimiento del Reino Unido durante casi una generación
entera, de
la Segunda Guerra Mundial hasta los años 80. Al volver a India, se
trajeron a Keynes y a Marx en la maleta.
La señora Ghandi heredó
de Jawaharlal Nehru, su padre, el trabajo de gobernar el país. Con ella
legaron seis planes quinquenales consecutivos, aunque con tan solo uno
es suficiente para destrozar a la economía. Sin embargo, la economía
india soporto seis planes y milagrosamente sobrevivió.
Restos de
tan dañina medicina aún son visibles hoy. Uno ya los experimenta incluso
antes
de llegar a la India. Hay que aplicar para una visa, rellenar el papeleo
con su pérdida de tiempo y los burócratas indios se toman muy en serio
su papeleo. ¡Incluso mi solicitud de visa fue rechazada cuando una parte
de mi firma se salió del recuadro asignado para ello!
Saludos.
FUENTE: Publicado en El Inversor Global - Enviado por mail el Newsletter Semanal
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