Feriado largo en la Argentina. Festejamos el día del trabajador sin
trabajar. Mientras, nuestro país se debate entre la pobreza y la pobreza
extrema. ¿Qué está pasando en nuestro país que genera cada vez más
personas en la indigencia?
Por Federico Tessore
Los inversores argentinos llevan en masa su dinero al exterior. Según
el INDEC, los argentinos guardan más de US$ 200.000 millones en el
exterior. Según las consultoras privadas esto es más del doble. Más allá
de la cifra concreta, se trata
de mucho dinero. Más del 70% del dinero de los argentinos está afuera.
Mientras
esto ocurre, la pobreza no baja en nuestro país. Uno de cada tres
argentinos es pobre. El Gobierno actual no quiere reconocer esta
realidad y se suma a los de los últimos cuarenta años que se dedican a
hacer dinero para ellos y sus amigos y no para atacar el problema de la
pobreza.
La
Administración que hoy dirige el país se conforma diciendo que ellos
pudieron bajar la pobreza que recibieron cuando se dio la salida de la
convertibilidad, luego de la renuncia de De la Rúa en el año 2001.
Durante el año posterior, 2002, la pobreza llegó al 50% de la población.
Hoy, ésta estaría en el 28%, según consultoras privadas, más alta que
el 26% de pobreza que teníamos durante el Gobierno de Menem, pero más
baja que cuando el Gobierno de Kirchner comenzó.
Pero mire cómo son las
vueltas de la vida, que
durante la gestión de Menem se tenía el mismo argumento que el Gobierno
de Cristina tiene hoy. Menem decía que él había bajado la pobreza
superior al 50% que había recibido luego de la hiperinflación de 1990.
Ellos la habían bajado a 26%.
El patrón es el mismo. Menem y
Kirchner recibieron países destruidos, lo reconstruyeron temporalmente,
redujeron la pobreza y el desempleo, y luego entregaron el país a punto
de estallar
nuevamente...
Bueno, técnicamente Cristina aún no entregó el país
al próximo presidente, pero está claro que no tiene más de un año y
medio de mandato y que lo que le va a dejar a su sucesor, salvo un
milagro, no será nada atractivo.
Está claro que si bien el patrón
es el mismo, existen diferencias. La diferencia es que Menem "salvó" al
país con políticas teóricamente liberales y Kirchner "salvó" al país con
políticas teóricamente de izquierda.
Más allá del discurso del
momento, la dinámica es la misma: la pobreza parece un problema
estructural que sólo se puede bajar en forma temporal. No supimos
implementar estrategias para erradicar este problema de una vez por
todas.
¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué somos cada vez más pobres?
Por
supuesto que existen decenas o cientos de variables que influyen sobre
este resultado, pero creo que hay un factor fundamental, una variable
principal que es la más influyente sobre este problema: es el conflicto
de
intereses que existe entre el negocio de los políticos y la creación de
la riqueza.
Recordemos que la única forma de crear riqueza es
creando compañías exitosas que vendan productos y servicios en el
exterior. No hay otra receta y esto hasta lo entendieron países
tradicionalmente "enemigos" de las empresas como China, Perú o India.
El
problema es que crear empresas exitosas no es fácil. Para crearlas se
necesitan tres cosas básicamente, que son un clima de negocios que
permita la
creación y el desarrollo de esas empresas, capital y recursos humanos.
De
estos tres elementos necesarios, a nuestro país le sobran dos, el
capital y los recursos humanos. Sí, ya sé, el cuento de los políticos es
que el mundo desarrollado no quiere darnos su capital y nos condena a
la pobreza porque nosotros no tenemos dinero, pero la realidad es que
también nos sobra capital. Piense, el PBI de la Argentina está en torno a
los US$ 450.000 millones y según las consultoras privadas esa
misma cantidad de dinero tienen los argentinos guardados en el exterior.
¿Está
seguro de que nos falta capital? No, para nada, nos sobra. Recursos
humanos también tenemos, aunque la calidad de los mismos va
deteriorándose a medida que pasan los años de decadencia. Sin embargo,
aún el argentino puede destacarse cuando se decide a trabajar.
Entonces,
lo único que nos falta para derrotar la pobreza es crear un clima de
negocios propicio para que las empresas puedan desarrollarse. Hoy
los políticos han creado un Estado tan grande y tan influyente que es
casi imposible crear y desarrollar una empresa en nuestro país sin
pedirle un favor al funcionario de turno.
Durante los últimos años
me ha tocado crear compañías y negocios en más de diez países
diferentes. Desde Estados Unidos hasta Paraguay o España. En ninguno es
tan difícil hacerlo y luego llevarlo adelante como en nuestro país.
Nuestros
políticos han creado tantas regulaciones, requisitos y reglamentaciones
que hoy casi nadie comienza un nuevo negocio en la Argentina. Y lo grave
es que en esta economía digital, donde los negocios pasan por Internet,
cada vez más empresas pueden evitarlo. Por lo tanto, cada vez más
argentinos llevan sus firmas al exterior y cada vez menos extranjeros
traen sus empresas a nuestro país.
Si alguna vez los argentinos
productivos le encontramos la vuelta para desmantelar el fabuloso
negocio de los políticos, nuestro país podrá levantar vuelo y nunca más
detenerse.
Mientras que la mayoría de los ciudadanos de este país crea que la
solución a nuestros problemas viene por el lado de más Estado y más
políticos, seguiremos el patrón de los salvadores temporales como Menem y
Kirchner.
Mientras esto ocurre, ¿qué podemos hacer? En primer
lugar trabajar por nuestra propia libertad financiera. Generar los
ingresos y los ahorros necesarios que me permitan vivir como deseo, sin
depender de nuestros políticos. Y en segundo lugar, colaborar en la
divulgación de
esta "magia oculta" que parece ser el crecimiento en nuestro país.
Si
logramos nuestra independencia financiera y además convencemos a cada
vez más personas de cómo podemos crecer, el final de esta pesadilla
estará mucho más cerca.
Le deseo un excelente fin de semana, Federico Tessore
FUENTE: Publicado en El Inversor Global - Newsletter Semanal - Enviado por mail
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