domingo, 13 de julio de 2014

La Degradación como Hábito

Por Enrique Guillermo Avogadro
"Llegará un día en que nuestros hijos, llenos de vergüenza, recordarán estos días extraños en los que la honestidad más simple era calificada de coraje" Yevgeny Yevtushenko

¡Qué semanita! El miércoles, la selección nacional le dio un respiro a los argentinos y, con la victoria y la consecuente clasificación para el partido final de hoy, trajo alegría a un pueblo acongojado por una realidad que, cada día, lo aprieta cada vez más. El proceder de Mascherano dijo mucho de la recta moral y de las virtudes simples, escondidas detrás de nuestra tradicional viveza criolla, que tanto nos perjudica en el mundo. Tengo que confesar que me equivoqué cuando comparé al equipo argentino con la sociedad, es decir, muchas estrellas individuales y poca posibilidad de trabajar juntos, lo cual fue claramente desmentido en la arenga de este jugador al plantel.
Gracias a Dios, comenzó con la entrevista que logró Jorge Lanata de Catalina Hornos (clickear: http://tinyurl.com/phhyoqs). Esta joven, especialmente en un momento en que sentimos tanta vergüenza y un profundo asco por la situación a la que nuestra propia anomia nos ha llevado, me hizo recordar que aún quedan reservas morales y sociales que nos permitirán reconstruir la nación que supimos ser. Para fortalecer esa esperanza, releí la carta con la que Elpidio González, Vicepresidente de Marcelo T. de Alvear (1922/28), renunció a percibir la pensión que le correspondía por haber ejercido tal cargo; la pongo a su disposición, porque revela cómo éramos hace tiempo.
El lunes, la embestida de Giles Carbó contra el Fiscal Campagnoli terminó en un nuevo papelón, tanto por la postergación de la discusión acerca de la composición del fracasado jury de enjuiciamiento cuanto por el pedido al FBI norteamericano para que identifique a quienes, en Twitter, se expresaron críticamente contra algunos de sus miembros, solicitud que fue, como era imaginable, rechazada y, además, desmentida por el oficialismo.
El 9 de Julio, la Presidente demostró el profundo desprecio que siente por todos los argentinos o, quizás, su miedo cerval a los ventiladores. Aún con la preocupación acerca de lo que puede decir si va preso, encomendar al delincuente Guita-rrita encabezar el acto de conmemoración de nuestra independencia fue un verdadero cachetazo a la dignidad de todos, incluidos los funcionarios a los que envió a poner la cara y soportar los dislates que, con tono épico y triunfal, gritó Boudou en un espacio pequeño y cerrado. Porque, convengamos, una cosa es que Cristina lo siga bancando y otra, muy distinta, es que nos infiera la ofensa imborrable que constituye este gesto. ¿Qué habrán sentido los peronistas mientras este ladrón se arropaba en la gestión del General muerto? Realmente, hemos caído muy bajo, y la degradación se ha transformado en costumbre.
Tal como previmos, la gravísima crisis económica a la que la mala praxis, la ignorancia y la maldad de este gobierno nos ha llevado innecesariamente, ha comenzado a sentirse fuertemente sobre el poder adquisitivo de los salarios y sobre la estabilidad de los puestos de trabajo y, en el caso de los jubilados, literalmente sobre la posibilidad de sobrevivir al hambre y la marginación. Las cúpulas sindicales enroladas en la CGT de Caló dejaron de luchar por la suerte de sus afiliados, y éstos han reaccionado apoyando a las comisiones internas, en general provenientes de la izquierda más combativa. El martes, en la ruta Panamericana y en la Gral. Paz, como antes en muchas provincias, se cayó para siempre otra máscara del “relato”, la no “criminalización” de la protesta social, y una vez más se debió recurrir a la inmisericorde Gendarmería para liberar los caminos.
Espero, arriesgándome a que me apliquen la ley de 1951 que reprime a quien atente contra los intereses nacionales, que las visitas de Vladimir Putin y Xi Jinping no representen la llegada de veinte mil millones de dólares frescos a las arcas del Gobierno; aparentemente, y dado el proyecto que tiene media sanción del Senado, no será así sino que, al menos en el caso de China, se tratará de un depósito en yuanes en el Banco Central –y de pesos en su homólogo- para que sirvan como alternativa al dólar en el comercio bilateral y que, la semana próxima, cuando pase por Diputados, estarán fuera del alcance de los tribunales locales de ambos países. Porque, si fueran destinados a gastos generales, seguramente serán robados por los Kirchner para intentar mejorar la alicaída economía personal de los argentinos y, en su imaginación, permitir que el ¿Frente para la Qué? volviera a ganar las elecciones.
Si la excusa para pedir esos fondos pasa por las represas Cepernic y Kirchner en Santa Cruz, será todavía peor. Serán construidas, con enormes sobreprecios como siempre, por las empresas de Lázaro Bóvedas Báez y Gerardo Cablecito Ferreyra, testaferros de doña Cristina y de Carlos Chino²Zannini; pero, además, no tienen garantizada, por escaso caudal, la generación de energía hidroeléctrica, estarán ubicadas tan lejos de las redes de transporte que se requerirá una fortuna para conectarlas al sistema y, en el orden de prioridades, están ubicadas después de los treinta primeros e indispensables proyectos energéticos.
Seguirá así la saga de los negociados con Venezuela, donde ya se abrió una investigación por sobreprecios del 80% en el arroz argentino –entre otros productos- vendido a organismos oficiales, tal como denunciara, hace años, el Embajador Eduardo Saduz, desplazado precisamente por hacerlo. En el affaire están complicados el todavía Ministro De Cobrado y los encantadores integrantes de la “embajada paralela”.
Llegó el nuevo aumento de los precios de los combustibles que, como de costumbre, encabezó YPF; ya llega al 140% en dos años, cuando el Congreso, con festejos similares –en cantidad y en identidad de aplaudidores- a los que recibió la declaración del default por Rodríguez Saa, logró la teórica “soberanía energética”. Volví a recordar, entonces, cuál fue la realidad de la estatización de las acciones de Repsol que representan el 51% del capital de la empresa, mientras no se tocó, por ejemplo, el 25% que aún pertenece a la sociedad australiana que formaron los Eskenazi en Australia, y cuyos verdaderos dueños se desconocen. Es decir, estos aumentos –además de realimentar la inflación- benefician, otra vez, a quienes están detrás de esta familia de banqueros, dueña del Banco de Santa Cruz, que operó los fondos desaparecidos de la provincia; como los Kirchner me enseñaron a ser peor pensado, me pregunto: ¿se probará, algún día, que esas acciones forman parte de la herencia de don Néstor (q.e.p.d.)?
Con más decencia y sentido común que la enorme mayoría de los diputados ¿opositores?, la Asociación Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, presidida por Nora Cortiñas, repudió la constitución del “pañuelo” en emblema nacional; resultó hasta extraño comparar esa actitud con la patética e infantil justificación de Tonelli y Pinedo, del Pro, por la estupidez cometida y el agravio infligido a los símbolos patrios. Alejandro Fargosi, el mismo 9 de julio en La Nación (clickear:http://tinyurl.com/n9yqt9h) puso los puntos sobre las íes, y su nota merece un aplauso ciudadano.
Hoy, como todos nosotros, estoy rezando por una victoria esta tarde ante el fuerte equipo de Alemania. Sin embargo, si el Gobierno pretendiera adueñarse del eventual triunfo para continuar su tentativa de colonización de la voluntad de los votantes, se equivocará: no quedan muchos que estén dispuestos a tolerar más. Cuando los festejos terminen, volveremos a mirar hacia la Casa Rosada para exigir un imposible cambio en la desastrosa gestión, en los imperiales modos, en la rampante corrupción, en la permanente inseguridad y en el trato despreciativo y agraviante a la ciudadanía.
Pero, mientras tanto, disfrutemos de un partido que, cualquiera sea el resultado, confirmará que el fútbol argentino recuperó unos laureles perdidos hace tiempo, de los cuales la sociedad en general no puede vanagloriarse.
Bs.As., 13 Jul 14
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado 
ENVIADO POR SU AUTOR

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