Por Guillermo Cherashny
INFORMADOR PUBLICO
Las cuentas siguen sin cerrar
La ignorancia y la improvisación que en el tema petrolero caracterizan a CFK y Kicillof contrastan entonces con la idoneidad y las buenas intenciones de Galuccio, muy bien considerado en ese mercado. El otro actor en este tema, Julio de Vido, habla cada vez menos con la presidente y no encuentra la forma de su pérdida de poder real.
Kicillof dedicaría ahora buena parte de su tiempo a investigar los daños ambientales de las petroleras, apoyando la campaña orquestada por su asesor Emanuel Agis y la Asociación de Superficiarios de la Patagonia La nueva estrategia consistiría no sólo en abarcar los daños que supuestamente produjo Repsol sino abarcar también a todas las petroleras que trabajan en el país. El gobierno es consciente de que YPF sólo controla el 30% del mercado de petróleo y gas y opta, como en todos los temas, por investigar el pasado sin mirar el futuro, un camino más que dudoso para llegar al autoabastecimiento. Es indudable que a Galuccio no le van a permitir que dé señales de precios a las empresas que quieran invertir, tomando en cuenta que a las empresas que extraen gas en boca de pozo se les paga en promedio 2 dólares con 70 centavos el millón de BTU pero a los usuarios se les cobra 50 centavos de dólar. Asustado por las consecuencias de un verdadero ajuste, el gobierno detuvo la eliminación de los subsidios en la Capital Federal y el conurbano. De este modo, si se les pagara a las empresas lo mínimo que reclaman, es decir, 5 dólares por cada millón de BTU, el desfasaje entre lo que percibirían los productores y lo que se les cobra a los usuarios sería el doble que ahora. Pero Kicillof no hace estos cálculos y lo único que parece importarle es que no aumenten las tarifas domiciliarias, que es sólo una parte del problema.
Fuente:Publicado en www.informadorpublico.com
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