jueves, 2 de agosto de 2012

El descontento de algunos Ministros con Cristina y con sus treguas truchas
El descontento de algunos Ministros con Cristina y con sus treguas truchas
PdeqDigital  Dos cosas comienzan cada vez más a molestar a algunos funcionarios nacionales. Estar obligados a asistir a las Cadenas Nacionales donde pueden terminar ridiculizados y las operaciones de tregua que los mandan a negociar para luego dinamitar todos y cada uno de los acuerdos. Claro que esto sucede por su propia voluntad y porque temen que contradecirla les implique perder sus trabajos o un reto en público cual maestra ciruela al peor de la clase.
Lo cierto es que esta Cristina teatralizada que oscila entre el luto, la cumbia, y el humor con doble sentido, comienza a asustar a muchos que comienzan a preferir o a expresar -tras bambalinas-… ojalá no me llegue la invitación.
Claro que quizás también estén comenzando a preocuparse por sus propios destinos políticos ante la caída de 30 puntos de aceptación que acaba de reflejar la encuestadora Poliarquía. Al fin y al cabo, muchos de ellos querían ir atrás de la estela del barco de Cristina cuando veían que los podía depositar en buenos puertos personales. Ahora, pareciera que algunos comienzan a mirar bien donde pueden estar los salvavidas. Mientras tanto, sonríen, aplauden y sin que nadie los vea, cruzan los dedos esperando que la invitación no les llegue y la Presidente no recabe en ellos.
Temen también que les ordenen operaciones políticas de seducción sobre algunos sectores internos del peronismo o del sindicalismo y que cuando logran el acercamiento, la Presidente u otro operador de ella, dinamita todo el esfuerzo y el efecto colateral termina siendo que al primer operador, luego, no lo quiere recibir nadie.
José Antonio Díaz, el periodista del diario Perfil cuenta lo siguiente:
Al menos dos ministros y tres gobernadores preferirían no ser invitados a las actuaciones presidenciales frente a la cadena nacional. El riesgo de quedar involucrados en chistes o chicanas como los que ensaya Cristina Fernández en público para sobreactuar su optimismo o autoridad, atemoriza cada vez más a los funcionarios. Sobre todo después del chiste “subido de tono”, según ella misma alardeó, sobre la fabricación de “pomos” en una planta de Haedo (y cuyo video debió bajar la oficina de Presidencia).
La Presidenta ya retó a Aníbal Fernández o se burló, sucesivamente, de colaboradores como Carlos Zannini, Oscar Parrilli, Amado Boudou y hasta Axel Kicillof para demostrar que su poder es omnímodo. “Siento que ya no se trata de discursos sino de escenificaciones -se queja un ministro encargado de poner la cara por las peores políticas públicas del Gobierno, pero a quien se le confía montar operaciones políticas contra Daniel Scioli-. No tengo ningún interés en que la Presidenta hable de mí, ni bien ni mal”. Es muy imaginable quien es… ¿Noooo?
Uno de los mayores encuestadores oficialistas -sin llegar a decirle toda la verdad- informó hace unos días a Cristina que su imagen negativa no solo creció el doble que la de Scioli sino que su “rating” en la cadena nacional tiende a desplomarse. “La Nación solo tiene dos cosas para darme: apoyo electoral y plata -reflexiona uno de los gobernadores que pretendió lanzarse como sucesor de Cristina en el 2015-. Ya les dije (a los funcionarios “cristinistas”) que lo único que puedo aceptarles es plata. Y como plata no tienen…”.
Hasta ahora, la primera recomendación de Zannini para que Cristina baje su nivel de exposición -ante la falta de repercusión de los últimos relatos presidenciales- no tuvo eco. Cristina le pidió el cronograma de sus próximos actos a razón de dos o tres por semana. Y hasta le pareció divertido hablarle a los dirigentes de la AFA y de los clubes el lunes 30. Lástima que confundió a los hinchas con los barras bravas y que tenía tanta crema en los dedos que el aparato de seguridad para prohibir el acceso de los violentos a las canchas, no reconocía su huella. Ahora, todos los prohibidos sabrán que es cuestión de ponerse crema en las manos y el aparatito dejará de funcionar.
Y lo vio todo el país por Cadena Nacional. Encima Randazzo puso los dedos y la maquina no le dejó entrar a la cancha. Más vale que arreglen los aparatitos.  
Luego, la Presidente comparo su dolor de perdida con el dolor de los padres de Wanda Tadei. Dijo…: “Los que perdemos a alguien sea en un accidente, asesinado o por enfermedad sufrimos lo mismo”. Señora. No es así. No es lo mismo perder un padre o una madre por vejez, que un hijo o una hija por un asesinato, o una esposa o esposo por una enfermedad tratable pero fuera de las posibilidades de una familia normal. Señora, nada es lo mismo. Usted no está en la cúspide del dolor.
FUENTE:Publicado en  http://pdeqdigital.com

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