La Secretaría de Comercio Interior limitará el ingreso de materiales editoriales y de impresión a través de una medida paraarancelaria medioambiental.
Sólo podrían entrar a la Argentina productos con 0,6 gramos de plomo por cada 100 gramos, un estándar imposible para al industria
iProfesional.com
El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, continúa en la cruzada para nivelar la balanza comercial. La más reciente embestida es contra las importaciones de libros y artículos de impresión.
A través de la disposición Nº26 de 2012 de la Secretaría de Comercio Interior, publicada este 5 de
marzo en el Boletín Oficial, se limitará el ingreso de productos editoriales que no cumplanconrestricciones ambientales de contenido de plomo.
Las empresas que importan materiales como libros, diarios, periódicos, cajas, cartones, cartulinas,
etiquetas, folletos, bolsas, placas, cheques, postales, papeles para decorar, calcomanías, impresos publicitarios y naipes, entre otros, de no cumplir con una condición arancelaria de presencia de plomo máximo -que es de 0,06 gramos por cada 100 gramos- no podrán ingresar por la Aduana estos
productos.
Para las editoriales, que esperaban una medida de este tipo desde hace semanas, aseguran que la restricción ampara la decisión final de obligar a las compañías a producir dentro del país, según informó el martes el diario Ámbito Financiero.
La Secretaría impondrá una fecha tope, a partir de la cual los importadores deberán presentar una declaración jurada para asegurar que los ingresos no superan el límite de plomo impuesto.
Según el cronograma, desde el 12 de julio próximo deberán presentar la declaración jurada los
importadores de libros cajas y cartones y de etiquetas. Desde el 12 de marzo del 2013, lo mismo
sucederá con los importadores de folletos, cajas de papel, bolsas en general, envases, fundas para discos, cuadernos, impresos y lacas. Y finalmente, el 12 de noviembre del año próximo, la misma suerte correrán los diarios y publicaciones, importadores de sobres, papeles para regalos, papeles para decorar y revestimientos, álbumes de estampas, tarjetas postales, de felicitaciones y personales, calendarios, catálogos comerciales,
impresos publicitarios y naipes.
De la embestida, sólo quedan fuera los pequeños importadores, y se afecta directamente a las pequeñas
y medianas editoriales y comerciantes de artículos impresos de nivel industrial.
Por otra parte, señala ambito Financiero, los fabricantes internos no tendrán esas restricciones sobre el contenido de plomo.
A fines de 2011, la Secretaría de Comercio Interior frenó en la Aduana la totalidad de los libros de
cualquier tipo, calidad y autor. Tras una larga negociación con las editoriales, éstas se comprometieron a aumentar la producción local, y a cambio se liberaron algunos de los materiales.
Sin embargo, muchos de los libros de idiomas extranjeros que los colegios comenzaron a pedir al
comienzo de las clases, directamente no se encuentran por estar descansando en la Aduana, informa
Ámbito Financiero en su edición de hoy.
FUENTE:Publicado en www.iprofesional.com
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