lunes, 11 de junio de 2012

Cómo mentir diciendo la verdad
Por Carlos Vilchez Navamuel
INFORMADOR PUBLICO
Adelino Catan, profesor de Poética y Retórica en la Universidad de Padua, en su libro “Los usos de la Retórica”, nos dice entre otras cosas que “una media verdad equivale a una noticia falsa” porque “la verdad no es tal cuando aparece incompleta”.
Enunciado que expresa muy bien lo que muchos políticos, dirigentes sindicales y una enorme cantidad de periodistas acostumbran hacer con el juego de las palabras para decir verdades y mentiras a medias, de allí que los simples lectores, radioyentes o televidentes debemos aprender a interpretar estos juegos profesionales, gremiales y politiqueros que se utilizan para sus propios intereses.
Por su brillante forma de expresarse y su claridad destacamos a continuación algunos párrafos y enunciados que a nuestro entender son invaluables.
Se pregunta Catan: ¿Es lo mismo engañar que callar algo? Su respuesta es clara: “La formación en el debate tendría que incluir la familiaridad con el perverso mundo del decir y no decir.” Y añade “El hechizo de la palabra seduce, persuade y transforma con tanto poder como la coacción, pero con otra apariencia. Como ya se ha dicho, los que construyen teorías sobre el acto lingüístico no han hecho otra cosa que expresar y articular ese descubrimiento antiguo en forma de conceptos tales como presuposición e implicación que permiten utilizar hechos ciertos para inducir la creencia de datos falsos -y preformativo- concepto agustiniano relacionado con el aspecto operativo del decir que se transforma en hacer, con el hacer cosas con las palabras”.
El profesor Cattani nos dice también que: “Uno de los instrumentos de persuasión es la mentira, cuya existencia está estrechamente asociada la del lenguaje, que al sustituir a las cosas hace posible la simulación, y una de sus manifestaciones más intrigantes es sin duda la posibilidad de mentir diciendo la verdad. La mentira es, como se sabe, cosa inconveniente.”
Agrega Adelino: “No decir falsedades es tanto una norma ética y religiosa como de convivencia cívica; sin embargo, no siempre conviene decir la verdad. Existe una hipocresía sana que también garantiza una convivencia aceptable. Maquiavelo y Baltasar Gracián son dos célebres partidarios de la simulación dolosa cuando el engaño es censurable, jocosa cuando es hermoso y divertido, piadosa cuando beneficia también al engañado.”
Carlos Vilchez Navamuel
  Fuente:Publicado en www.informadorpublico.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario