jueves, 9 de agosto de 2012

Se necesita desesperadamente una oposición
PdeqDigital
Lic. Rodolfo Patricio Florido


La precisa el oficialismo, la precisa la sociedad, la precisa la historia y la precisa el futuro. Una democracia sólida se construye con la alternancia. Y no es que la alternancia implique la necesaria presencia ejecutiva de quien no tiene respuestas nuevas a problemas viejos. Es que la alternancia define la esencia misma de la democracia. Si NADA es superador de lo presente, NADA será el resultado. Estar de acuerdo o en desacuerdo -con todo o algunas cosas-, con el gobierno, de nada sirve si el desacuerdo es una expresión sin contenidos de superación y propuestas concretas.
Y todo termina siendo como el problema que aqueja siempre (y lo digo con profundo respeto y hasta admiración) a la Dra. Elisa Carrió. Los diagnósticos y la descripción de las enfermedades del actual esquema de poder cristikirchnerista son excelentes, pero existe una ausencia impresionante de esquemas de propuestas y construcción de poder alrededor del diagnóstico.
Ilustración
Podrá y podrán decir que las propuestas están escritas en tal o cual proyecto o en tal o cual Fundación partidaria, pero lo cierto es que nadie o muy pocos las conocen y que su comunicación no existe. De hecho, cada vez que la oposición va a la televisión, termina describiendo sus oposiciones a las acciones gubernamentales sin describir ni una estrategia ni una acción concreta que permita imaginar opciones superadoras al presente.
Así, no importa cuan bueno o deleznable sea el presente, sino que la sociedad percibe que el presente es lo único que tiene y el futuro es una gran entelequia.
Podrá afirmarse que el periodismo los invita para expresar sus desacuerdos y no sus propuestas. Es cierto. Como también es cierto que eso es perfectamente modificable si los dirigentes opositores pudieran mostrar más propuestas que desacuerdos. De lo contrario, terminan girando siempre sobre el guión que propone el oficialismo, en el mejor de los casos para corregirlo, pero siempre dentro de una obra de teatro que no es suya.
Impresiona la anemia de ideas, como también impresiona la capacidad para siquiera no perder la titularidad de sus propias ideas cuando estas fueron tomadas por el gobierno y transformadas en acción. Un ejemplo claro es la “Asignación Universal por Hijo”. Si se hiciera una encuesta sobre la titularidad del proyecto original, sería impresionante la referencia al Gobierno Nacional como el impulsor y ejecutor de la “Asignación”. Muy poca gente sabe que el proyecto parió entre la CTA y el ARI y durante mucho tiempo el oficialismo ni siquiera lo quiso tratar en el parlamento. Luego, el oficialismo lo ejecutó –a su manera- y se terminó apropiando de un concepto que ni siquiera le interesó antes.
Es como si la Historia conocida no sirviera de nada. El Socialismo fue el impulsor original de muchísimas leyes laborales que no encontraron nunca eco legislativo, hasta que Perón se los apropió, e instaló que fueron los grandes reformadores de los derechos de los trabajadores. Entre la picardía y las convicciones de Perón y la falta de inteligencia política para construir poder del Socialismo de principios y mediados del siglo pasado, el peronismo quedó como el único preocupado y ocupado por los sectores sociales más débiles.
Lo mismo pasó con el voto femenino. Todo el mundo cree que la impulsora del voto femenino fue Eva Perón. Sin restarle merito alguno por haber sido finalmente la que logró que se instalara, no es menos cierto que la ceguera de muchos y la negligencia político de otros, le restó, también al Socialismo el merito de haber luchado desde 1907 para obtener el voto femenino que nadie quiso votar. Una de las primeras mujeres argentinas, que se arriesgó a incursionar en ese ámbito, tradicionalmente masculino, fue Alicia Moreau de Justo, una londinense, nacida en 1885, que adoptó a la Argentina como su patria, cuando emigró a esa tierra siendo muy pequeña. Mientras estudiaba conoció a otras mujeres con ansias de superación, como Fenia Chertkoff, de origen ruso. Con ella, y otras compañeras, Alicia Moreau, fundó en 1902, el “Centro Socialista Feminista” y “La Unión Gremial Argentina”. En 1905, Elvira Dellepiane de Rawson, fundó el Centro Feminista. En 1907, Alicia Moreau, acompañada por Sara Justo, Julieta Lanteri y Elvira Rawson de Dellepiane, inauguraron el Comité Pro-Sufragio Femenino, alentando la participación de la mujer en la vida política, a través de la realización de campañas en favor de sus candidatos.
En 1920 se realizó, auspiciado por la Unión Feminista Nacional, fundada por Alicia Moreau de Justo dos años antes, un simulacro de comicios, mientras se efectuaban las elecciones municipales, en el que también participaron el Partido Feminista Nacional, conducido por Alfonsina Storni y María Luisa Lanteri, y el Comité Pro-Derechos de la Mujer. Triunfó el Partido Socialista, por 2000 votos sobre un total de 3878 emitidos. También los diputados socialistas Mario Bravo y Alfredo Palacios, presentaron proyectos de ley sobre el tema, pero nunca vieron la luz.
La provincia argentina, pionera en otorgar el derecho de voto a la mujer, fue San Juan, en el año 1927, pero esta ley, cuyo proyecto perteneció al gobernador, Aldo Cantoni (socialista luego Bloquista), y que permitió a dos mujeres acceder a cargos públicos, una como intendente y otra como diputada, fue derogada tras el golpe militar de 1930.
Pero… ¿Quién sabe o a quien le importa todo esto? Ceguera opositora, desprecio por lo que observaban más como fascismo que como una expresión política de esencia popular, intelectualismo inconducente y muchas otras razones, hicieron que la Historia perdiera el rumbo de su evolución y que abriera las puertas al Golpismo que se inició con Uriburu en 1930.
Lo más triste de recordar esta historia es que; aún hoy, la oposición es más responsable del tipo de oficialismo que la argentina construye que el propio oficialismo de sus aciertos y errores. Es tal su incapacidad por superar sus propios fracasos y miserias internas que expone al país al crecimiento de pensamientos hegemónicos y / o a fracasos colectivos que; pueden encontrar rumbos de cambio, pero, –a fuerza de ser sincero- sin la certeza de que implique mejoras concretas en la vida y las libertades ciudadanas.En otras palabras…; el oficialismo cristikirchnerista es como es, más por la falta de una oposición renovada, inteligente y superadora de sus propias inconducencias, que por sus méritos propios.
Por último; gran parte de la oposición debería reflexionar; sobre como se maneja con tiempos de cálculos políticos propios, esperando más el agotamiento y el error del oficialismo que la construcción concreta de sus ambiciones. Su inercia constructiva es tan pesada y personalista que puede terminar construyendo la hegemonía que en teoría denostan.
Publicado en www.pdeqdigital,com

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