Editorial
EN HUELGA
Por María Celsa Rodríguez
Hay huelga de iniciativas por parte del gobierno. Las flacas posibilidades de despertar del letargo en que han caído sin reaccionar ante una realidad que está indicando en el marcador económico que los números están en rojo, nos acerca a esa ecuación.
Se creen dueños de todo y solo son inquilinos del poder que les dio el pueblo.
Pero también hay huelga de iniciativa por parte de la oposición. Nadie parece tomar la posta y elevarse por encima de la horizontalidad política en que están todos. Nadie quiere sobresalir y convertirse en el David frente al gobierno, todos parecen conformarse con ver mirar el espectáculo sin ninguno convertirse en protagonistas. No aparece un Capriles dispuesto a torearle al oficialismo. Solo hablan para la foto, pero muchos que se apostan en la vereda frente al kirchnerismo, se los vio festejar el triunfo de Chávez. ¿Cómo se entiende eso?
Un país con una inflación del 27,6 %, con alto índices de criminalidad en las calles, y una corrupción galopante. Si bien para contrarrestar esto, hay cosas buenas que rescatar: como la reducción de la pobreza y de analfabetismo. Aunque demasiadas que cuestionar: como la huelga a las libertades individuales.
A pesar de todo, los venezolanos se declararon nuevamente a favor de ello y dijeron "si" a vivir en huelga de libertad, escapando a zancadas a todo pensamiento neo liberal que cambie la historia interna de Venezuela
Si bien el resultado electoral ocurrido en un país, alejada de nuestras fronteras pero muy parecido en cuanto a la realidad social y económica en su fuero interno; hizo sentir a Cristina y a su entorno como movidos por una energía renovada, que despierta la posibilidad de ver repetir aquí, un triunfo similar el año que viene, para que le dé la mayoría absoluta en el Parlamento y así le permita modificar la Constitución Nacional e ir por una tercera presidencia.
Pero ahora el problema se centra en las Fuerzas de Seguridad que siguen firmes en sus reclamos, por los recortes salariales y el blanqueo de sueldos
Los pases a disponibilidad no fueron vistos como una amenaza para torcer voluntades. Ellos continuaran en la lucha, son muchos años padeciendo injusticias, dicen . Y sienten que es hora que se los valoren. Sin embargo en vez de acercar soluciones para destrabar el conflicto solo se cruzan opiniones, frases que despiertan algunos grados de agresividad en vez de encender la razón.
"El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, dijo que "es imposible hablar de un básico de 7 mil pesos No hay ninguna área del Estado que tenga un básico de esa naturaleza", y señaló que ningún efectivo fue sancionado "por reclamar". Aunque aclaró " que los pases a disponibilidad se debieron a que algunos efectivos “han violado abiertamente” las normas de las fuerzas".
Como siempre dan vueltas las palabras para darle otra interpretación de algo que está muy claro.
Si bien la función principal de Estado es ocuparse de la seguridad, del orden, de la justicia, de la salud y de la educación. Su poder coactivo - compulsivo es el que le da ese marco de poder para que el Estado sea tal. Pero si el Estado fuese un ser humano, muchas veces se siente la necesidad de romperle la nariz por su propia ineficiencia, por su inutilidad y la astucia de rellenar con infantiles fundamentos sus errores u omisiones.
El problema con el Estado es que estan en huelga de iniciativas y hace tiempo que han colgado en el perchero del olvido, el sentido común. No pueden armar una estrategia a la hora de negociar soluciones y asumen por derecho propio la soberbia de manejan el comportamiento adecuado, aunque esto sea una ilusión frente a la injusticia que se padece en la calle.
Las instituciones han perdido su integridad, se han debilitado sus fuerzas, la República está parapléjica y el Estado está ciego. Ya no interpretan al pueblo, solo se escuchan a si mismos, a sus razonamientos, y aquello que se opongan a ellos serán vistos como los que buscan fomentar el odio, como los golpistas que atentan contra el modelo. De este modo manipulan los conceptos a su modo, mientras seguimos en huelga de derechos.
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