martes, 9 de octubre de 2012

Presupuesto K 0,0002

Por Maximiliano Pullaro - Diputado provincial (UCR)

Muchas veces los ciudadanos no prestamos la suficiente atención al tratamiento del presupuesto nacional. Lo vemos como algo lejano, ajeno a nuestras vidas, y nos generan mayor interés los debates de normas que aparentemente impactan de manera más inmediata en la realidad que nos rodea en forma cotidiana.
Sin embargo, no existe ley que genere mayores efectos concretos en la calidad de vida de la población que la citada; el presupuesto define cuánto van a cobrar durante el próximo año nuestros maestros y médicos, cuántas viviendas va a construir el Estado, cuánto se va a invertir en seguridad y cuánto en obras viales, cuál va a ser el costo del sistema público de transporte y cuál el de los servicios; la enunciación podría seguir por cientos de páginas, pero baste con dejar sentado que cuando hablamos de presupuesto no hablamos de economía abstracta, sino de salud, educación, empleo, seguridad y calidad de vida para todos los habitantes de este país.
Desde esa concepción, creo que es necesario advertir algunas cuestiones que se van a resolver en los próximos días en la el Congreso de la Nación ,debido a que el actual proyecto de presupuesto 2013, tal como está diseñado, vuelve a concretar un cúmulo de injusticias, mentiras y discriminaciones arbitrarias.
Hablamos de injusticia, porque una vez más se sigue ajustando la presión tributaria sobre los que menos tienen, mientras seguimos sin discutir una reforma de fondo que repare las injusticias históricas de un sistema que cada vez consolida de manera más notoria la matriz de desigualdad.

¿Cómo puede hablarse de proyecto popular cuando seguimos cargando el peso del sostenimiento del Estado sobre quienes pagan IVA (que son todos), y ganancias con un piso irrisorio que licúa cualquier intento de que el salario de los trabajadores pueda alcanzar a la inflación; mientras las mineras, la renta financiera, los pools sojeros y todos los demás "ganadores" del modelo siguen sin pagar impuestos, o pagando impuestos meramente simbólicos respecto de su volumen de ganancias?
Decimos también que el actual proyecto de presupuesto se funda sobre un cúmulo de mentiras, que tienen por único objeto concentrar mayor cantidad de recursos de libre disponibilidad, para que el poder ejecutivo pueda manejar a su antojo decenas de millones de pesos en un año electoral.
El sistema es relativamente sencillo, y este gobierno ya lo ha utilizado en reiteradas oportunidades; se subestiman los ingresos (apoyándose en las estadísticas falsas del Indec), se establecen gastos en función de estos recursos, y como se recauda muchísimo mas de lo previsto, todo ese dinero extra que (previa discusión en el Congreso) debería ser utilizado en beneficio de todos los argentinos, termina siendo una caja política discrecional del Poder Ejecutivo.-
Para terminar, decimos que el proyecto es profundamente discriminatorio, ya que además de repetir y profundizar la estrategia histórica del kirchnerismo de concentrar recursos y poder en el gobierno nacional en desmedro de las provincias (se coparticipa solamente el 24,7 por ciento del presupuesto nacional, cuando la ley exige un mínimo del 34 por ciento); castiga a las provincias no oficialistas en general (y a Santa Fe en particular), en un intento obsceno de disciplinar a los argentinos que en las últimas elecciones eligieron una opción política diferente de la que se nos intenta mostrar como "camino único" desde las usinas de Olivos y Puerto Madero.
En este sentido, es importante destacar que el gobierno nacional se va a seguir quedando ilegítimamente con un 15 por ciento de lo que le correspondería a Santa Fe por coparticipación, en función del "pacto fiscal de los 90 que desde hace años perdió vigencia (esta causa se encuentra actualmente ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación).
Uno de los fundamentos del gobierno para no girar dinero a las provincias es que lo reemplaza por "obra pública nacional" en el territorio; pues bien, además de todas las observaciones que desde una lógica republicana y federal se le puede hacer a esta metodología, también hay que decir que no es cierto que la obra pública reemplace a los fondos que debieran girarse a las provincias, y menos aún cuando se utilizan con criterios claramente discriminatorios de las provincias no administradas por el kirchnerismo, llegando al absurdo de que en el proyecto actual, por cada 10.000 pesos previstos como gastos, solamente se afectan 2 centavos de peso para obra pública en la provincia de Santa Fe. Con el 0,0002 se está condenando al estancamiento a obras estratégicas como el puente Reconquista-Goya, el puente Santa Fe-Santo Tomé, la autovía Rufino-Rosario o la Circunvalación de Rosario (en ninguno de los casos enunciados, los fondos previstos para el 2013 superan el 3,33 del costo total).
Esta situación no puede sostenerse en el tiempo sin grave daño no solamente para la imagen del gobierno, sino para la imagen del sistema democrático en su conjunto, que se deteriora cada vez que desde el Estado no se le brindan las respuestas básicas a la ciudadanía; razón por la cual hacemos un nuevo llamado a la racionalidad del gobierno nacional.
Creemos que Argentina tiene todo lo que necesita un país para crecer y desarrollarse, y que muchas veces el límite a ese crecimiento se lo ponemos nosotros mismos cuando priorizamos las diferencias, intereses y proyectos sectoriales, por sobre los consensos y el interés general.
Este "proyecto de presupuesto 2013" es una clara muestra de esta lógica que debemos superar de una vez por todas; y por lo tanto esperamos que el gobierno nacional recapacite, y lo modifique por uno que tenga por objeto ponernos definitivamente en la senda de la unidad, la solidaridad y la movilidad social ascendente a todos los habitantes de la República. Publicado en La Capital

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