Durante las últimas semanas los bancos centrales se han convertido en
los protagonistas absolutos de los mercados. Su contribución a hinchar
una burbuja de deuda que ya no pueden detener hace que Bill Bonner se
detenga para analizarlos.
Por Bill Bonner
La Bolsa sigue inmersa en una tendencia lateral. El oro apenas
registra cambios tras ser golpeado con dureza la semana pasada. Hoy nos
adentramos más en lo desconocido, más allá de lo probable y dejando
atrás el "tarde o temprano" de lo que
se aproxima.
Específicamente, no creemos que los bancos centrales
vayan a encarar el fin del mundo sin hacer nada y con discreción. No.
Tienen ases bajo las mangas, pero no son trucos nuevos. Los han
utilizado muchas veces antes y de muchas maneras diferentes. Pero nunca
los han utilizado a una escala como la vista hasta ahora.
Pero
antes de que empecemos a adivinar qué se traen entre manos, déjeme que
le cuente un poco sobre lo que realmente está ocurriendo aquí, en Finca
Gualfín,
Argentina.
Hace tres días, el gerente de la granja nos comentó un problema:
"Señor
Bonner, hemos encontrado dos terneros muertos. Parecían robustos y
saludables. Me temo que se trata de una enfermedad llamada 'la mancha'.
La vi hace muchos años. Jóvenes y saludables terneros de repente caen y
mueren. Esto casi destruye nuestro rebaño."
Aún no se sabe qué es
'la mancha', pero obviamente no se trata de algo con lo que bromear. Las
noticias de que habíamos tenido una emergencia
llegaron hasta la ciudad de Salta, a unas seis horas. Un veterinario nos
aconsejó vacunar a todo el rebaño. En cuestión de horas, la medicina ya
estaba de camino desde Molinos, a una hora y media aproximadamente del
rancho.
A la mañana siguiente todos nos pusimos manos a la obra,
incluido yo mismo. Nos pusimos en marcha hacia el 'campo', un inmenso
valle de unos mil acres. Nuestro trabajo fue sacar del valle a todas las
vacas y traerlas al corral, donde serían vacunadas.
La
operación nos llevó unos tres días. Me temo que durante ese tiempo fui
más una carga que una ayuda. Conducir el ganado no es tan fácil como
parece al ver a los gauchos. Ya le contaré cómo termina esta historia,
pero de momento alejémonos del rancho y volvamos a los mercados.
Resumiendo,
el fin del mundo llegará cuando la burbuja de deuda estalle. Pero antes
de que lleguemos a ese punto, veremos más intentos de los bancos
centrales de mantener la burbuja de deuda
expandiéndose.
Richard Duncan: "Dado que la Reserva Federal ha
estado dirigiendo la recuperación económica inflando los precios de las
acciones y de las propiedades inmobiliarias, es bastante improbable que
permita la caída en el precio de los activos que podrían arrastrar a la
economía en cualquier momento. Para evitar que esto ocurra, parece que
la Fed va a tener que extender el relajamiento cuantitativo (QE, Quantitative Easing) hasta 2015, y probablemente hasta más
allá."
De momento, todo esto parece impredecible, pero habrá un
"tarde o temprano" para el QE también. Llegará un momento cuando el
mundo no pueda asumir más deuda y cuando finalmente la burbuja de deuda
estalle. Entonces, tendremos una reacción equivalente y normal, pero en
la dirección opuesta. El precio de los activos que han sido inflados por
la deuda se verán desinflados por el desapalancamiento de la deuda y
una depresión económica es lo que probablemente ocurrirá
después.
Esto no es algo malo. Al contrario de lo que dice la
corriente de pensamiento popular, las crisis y las recesiones no
destruyen riqueza. Solamente te dicen que la riqueza que creías que
tenías realmente no existe.
Mientras el dinero procedente de la
deuda siga fluyendo alegremente, los errores permanecen invisibles, las
compañías inviables siguen vivas, especular sigue siendo rentable,
créditos que nunca podrán ser repagados siguen siendo concedidos y el
precio de los
activos sigue yendo al alza.
Entonces, cuando la burbuja explote,
los errores serán dolorosamente obvios. Las falsas ganancias vuelven de
donde vinieron y los activos son revalorados en su nivel justo (después
de haber alcanzado un nivel ridículamente bajo en el clímax de la
crisis). Sólo entonces, cuando la economía haya sido golpeada, podrá
levantarse, quitarse el polvo y volver al trabajo.
Pero el
Gobierno no va a dejar que esto ocurra fácilmente. Los altos
funcionarios han
construido sus carreras profesionales fingiendo que mejoran la economía.
Cuando la burbuja explote se pondrán manos a la obra, aplicando curas
que sin embargo incrementarán el daño.
Ése será el momento en el
que alcancemos la segunda fase de la deflación de la deuda que se
aproxima. Entonces desearemos haber comprado más oro, más propiedades
inmobiliarias, más coches usados y más alimentos.
Lo más probable,
aunque esto no está garantizado, es que los bancos centrales
encontrarán
nuevas y más astutas maneras de poner más dinero en manos de los
consumidores. A esto le seguirá una crisis diferente, con altos niveles
de inflación.
Abróchense sus cinturones, va a ser un viaje movido.
Saludos, Bill Bonner.
Bill
Bonner es fundador y presidente de Agora Inc., con sede en Baltimore,
Estados Unidos. Es el autor de los libros "FinancialReckoning Day" y
"Empire of Debt" que estuvieron en la lista del New York Times de libros
más vendidos.
FUENTE: Publicado en El Inversor Global-Newsletter semanal - Enviado por mail
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