Por Emilio J. Grande
Aspirar a ser Presidente de la República supone poseer cierta medida de
inteligencia, pero ateniéndonos a lo que diario escuchamos, leemos o
vemos por TV, llegamos con facilidad a la conclusión que se carece de
dotes en la personalidad de quienes se autodeclaran postulantes a ganar
el premio máximo de la política.
No evidencian contar con patriotismo y sentido común, el menos común de
los sentidos. La falta de entendimiento para formar frentes o alianzas,
demuestra claramente que a esos aspirantes a ocupar en 2015 la
presidencia de la Nación los motoriza un afán que se antepone y supera
un mínimo de amor a la patria. De lo contrario arribarían a cierto grado
de altruismo ineludible para poder armar consensos.
A esta altura, a sólo año y medio, más o menos, de la fecha a fijar para
las elecciones, los líderes políticos presidenciables deberían mostrar
firme predisposición para imitar el histórico Pacto de la Moncloa de
1977, cuando España estaba agobiada por sendas crisis, política y
económica, estas que padece hoy la Argentina. Pero un buen día aquellos
líderes patrióticos españoles dejaron de lado lo que en la actualidad
sus pares argentinos se resisten a desprenderse: mezquindad, falsas
ideologías, ambiciones desmedidas.
Si la meta es llegar a la presidencia para servir a la patria y no
servirse de ella, las dificultades para conformar un frente electoral
han de superarse, para lo cual cada uno de los integrantes debe aportar
una indispensable cuota de grandeza -que hasta ahora no aparece- para
acordar la realización de una elección interna y abierta y el aspirante
más votado sea el candidato a Presidente y los demás acuerden el resto.
De no ser así en el supuesto que esa lista triunfe el Presidente electo
tendrá destino de fracaso, que eso resultará si previamente no se
alcanzó incluir en la plataforma electoral un mínimo de políticas de
Estado. Sin el apoyo de la oposición las buenas intenciones y las
promesas que en la campaña electoral habían seducido a gran parte de la
ciudadanía resultarían un fiasco y esta Argentina tan necesitada de
encontrar ese rumbo de futuro que está resultando tan mezquino, seguirá
siendo la excepción de lo que lograron en la región el gran Brasil y -en
comparación- los modestos Bolivia, Perú, Paraguay, Uruguay y Chile, que
con sana envidia debemos reconocer que nos están superando, cuando
todos ellos suspiran por los extraordinarios bienes naturales que hacen
del territorio argentino uno de los más ricos de la tierra y que como
consecuencia de desgobiernos militares y civiles de todos los colores
políticos, de ocupar a principio del siglo pasado uno de los primeros
puestos está hundido en el ranking mundial; de ser el granero del mundo
hoy el 30% de la población sufre pobreza.
¿No les parece señores de esa oposición de aspirantes a ocupar la
Presidencia en 2015 que para intentar cambiar este negativo e incierto
rumbo de la República es indispensable que se unan despojándose de falso
orgullo, egoísmo y mezquindad, cambiando todo eso por un genuino
patriotismo?
FUENTE: Publicado en Diario La Opinión.com.ar - http://www.diariolaopinion.com.ar/Sitio/VerNoticia.aspx?s=0&i=117434 - (Enviado por mail)
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