lunes, 9 de enero de 2012

El dólar se hace fuerte en el mundo y mete más presión al bolsillo de los argentinos
Por Ruben Ramallo

Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que Estados Unidos sucumbió ante la crisis de hipotecas y las tasas de interés se derrumbaron a valores cercanos a cero.

Desde ese entonces, la Argentina pudo disfrutar y beneficiarse con el "dólar barato" a nivel global.

Tal proceso de debilitamiento se prolongó desde fines del 2008 y tuvo su punto máximo en agosto de 2011. 

Hoy, los tipos de interés en ese país siguen aún por el piso. Pero, producto de nuevos males que se sucedieron y se fueron profundizando -tales como la crisis de deuda de varias naciones de Europa- el billete verde comenzó a levantar cabeza y a hacerse más fuerte frente a otras divisas.

Más precisamente, este cambio de tendencia se dio a partir de principios de agosto de 2011, momento en el que todo comenzó a modificarse.

Sin ir más lejos, desde ese entonces, el dólar se fortaleció nada menos que un 15% frente a su rival, el euro, al pasar de casi 1,50 a 1,27.

También recobró su vigor frente al real. Ahora se requiere de 1,85 unidades de moneda brasileña para comprar un billete con la carita de Franklin, cuando se necesitaba de bastante menos (1,56), lo que marca una caída del 16%, desde agosto a hoy.

Lo mismo ha sucedido con otras monedas de la región, como por ejemplo el peso chileno, frente al que avanzó casi 13%, al pasar a cotizar a 520 desde un valor de 456 en ese mes.

"Desde mayo, el índice del dólar -que mide a esa moneda frente a las divisas de sus principales socios comerciales- se anotó un alza del 10%", afirmó el analista Nicolas Hasting a The Wall Street Journal.

Y añadió: "Si el dólar se veía atractivo para los inversionistas en 2011, en 2012 lo será aun más".

Algo cambia, todo cambia
¿Por qué el dólar comenzó a recobrar vitalidad frente al resto de los signos monetarios?

El economista Luis Palma Cané lo resume de la siguiente manera:

La economía mundial se desacelera.
Pero Europa va a una recesión.
En buen romance, el experto señala que el billete verde está recobrando protagonismo no tanto por sus virtudes, o por las fortalezas que exhiben las cuentas de su país sino, más bien, como consecuencia de los "males ajenos".

En su visión, en esta carrera de "lesionados", el país de Obama se recuperará primero que las economías del Viejo Continente.

Prueba de ello es el último dato sobre empleo en EE.UU. que se dio a conocer el viernes, según el cual el porcentaje de desocupados disminuyó levemente, a la vez que la creación de nuevos puestos de trabajo resulta ser la mayor desde el año 2006.

En cuanto a las naciones europeas, la situación de varias de éstas sigue generando profundos temores entre los inversores. Y todo indica que este panorama se mantendrá por un buen rato.

"La actual crisis es menos profunda que la de 2009 pero durará mucho más tiempo, quizá varios años", expresa el economista Eduardo Levy Yeyati:
Según su visión, "sin la ayuda de Alemania muchos países europeos ya estarían en la lona".

Ahora bien, ¿la recuperación del dólar en el mundo llegó para quedarse? Ante esa pregunta, el analista internacional Gabriel Holand señala que es "altamente probable que sí".

Y basa sus afirmaciones en "la debilidad que exhibe el sistema financiero europeo y su moneda", que obligó al Banco Central Europeo a "regalarles" la friolera de 500.000 millones de euros a unas 520 entidades -mediante préstamos a tasa fija del 1%- con el objetivo de reactivar el crédito a familias y a empresas.

El problema que observan desde hace rato los analistas es la propagación de la crisis de deuda en toda la zona y la lentitud de los mandatarios a la hora de tener que apagar el fuego.

Haciendo memoria, cabe recordar que todo se inició en Grecia -una economía menor- pero los problemas se fueron extendiendo a España, Portugal y terminó derrumbando al gobierno de Berlusconi, en Italia.

Todo esto, no hizo otra cosa que revitalizar al dólar como moneda de refugio. Más aun en épocas de turbulencias, que permanecerán por un largo tiempo.

¿Por qué se mueven las monedas?
Es sabido que los mercados financieros suelen anticiparse, en al menos un trimestre, a los problemas que luego terminan evidenciándose en la economía real.

Ante señales negativas de un país o bloque de naciones, los inversores se desprenden rápidamente de sus tenencias riesgosas y buscan refugiar su dinero en activos más seguros.

"Hoy es evidente que Estados Unidos está mejor parado que Europa. Y ello juega a favor de su moneda, pese a que las tasas de interés son menores", afirma el analista Agustín Cramo.

En su visión, el dólar incluso en la actualidad debería estar mucho más apreciado.

"La cotización actual, que ronda los 1,28 dólares por euro, debería estar en 1,15", considera el analista.

Sostiene que esto no sucede porque China, el gran árbitro de la contienda, no quiere que pase: "Tiene en sus arcas el 35% del total de reservas de euros del mundo y por eso está tratando de sostener su cotización".

Desde la firma Deloitte coinciden con Cramo: "Una caída de la moneda europea no le conviene al gigante asiático. Es por ello que el fortalecimiento del dólar es más lento del que en realidad debiera ser".

No obstante, pese a los esfuerzos del país oriental, la mayoría de los analistas prevé que Europa entrará en recesión este año y que no logrará superar la crisis de deuda, con el consecuente debilitamiento de la moneda común.

¿Cómo impacta en la Argentina?
El fortalecimiento del billete verde en el mundo no sólo ejerce su influencia en Estados Unidos o Europa.

También tiene un marcado impacto sobre la región. Y cuando se habla de región se habla de Brasil. Y cuando se habla de Brasil, se habla de Argentina.

A la hora de ver cómo evolucionó el real frente al dólar se encuentran dos etapas bien marcadas:

Diciembre 2008-Agosto 2011: se apreció más de 30%.
Agosto 2011 a hoy: se abarató un 16%.
Así las cosas, al debilitarse el real, se abaratan los insumos y salarios, en términos dolarizados en ese país.

En consecuencia, caen los precios de los bienes que fabrica Brasil y esto hace que les resulte más difícil a los empresarios locales vender sus productos en ese destino.

Del otro lado del mostrador, llegan desde ese territorio mercaderías a valores más ventajosos, lo que obliga al Gobierno argentino a tener que reforzar las restricciones.

No por nada, en la Aduana actualmente existen cientos de containers con mercadería frenada, provenientes de ese país (y de China).

Pero esto no es gratis, ya que Brasil suele aplicar la "Ley del Talión". Es decir, cuando el Gobierno local pone mayores trabas, también el de Dilma Rousseff hace lo propio con el ingreso de productos albicelestes.

Por otro lado, la actual crisis hace que su economía se desacelere.

"Europa es grande, demanda productos y su menor crecimiento hace que todos le vendan menos, incluido Brasil. Al colocarle una menor cantidad de bienes, entonces crece menos y esto lo siente la Argentina", afirma Yeyati.

El yuyito sufre, y la caja del Gobierno también
En esta "cadena de consecuencias", la mayor fortaleza del dólar en el mundo no sólo abarata al real y complica a los empresarios argentinos que exportan a ese país.

También ejerce una gran influencia sobre un actor clave, que es el que ha permitido financiar la fiesta de consumo de los argentinos durante años.

Es que el valor del billete verde tiene marcada influencia sobre el precio de la soja.

Así, desde los casi u$s600 que llegó a valer el yuyito, ahora cotiza a u$s440, pese al envión que tuvo en estas últimas semanas, producto de la sequía que afecta a las zonas agrícolas argentinas.

¿Qué significa esto? Menos ingresos para el Gobierno, una menor caja y la obligada necesidad de reforzar las arcas estatales, apelando al recorte de otras partidas o elevando la presión impositiva.

Una consecuencia bien visible de esto, por ejemplo, ha sido el tener que apurar los tiempos para avanzar en el quite de subsidios a las tarifas de servicios públicos que afectan en gran medida a la clase media.

"Es muy probable que si la soja se hubiese mantenido en u$s600 la medida se hubiese demorado, habiéndose manejado otros tiempos", señala off the record un empresario con buena llegada a la Casa Rosada.

A su vez, la caída en la cotización de esta materia prima "estrella" mete una mayor presión en el mercado de cambios.

"Si se mantiene en los niveles actuales, la merma de la recaudación fiscal obligará a darle una mayor velocidad a la suba del dólar frente al peso", afirma Cramo.

¿Y el peso argentino?
En el caso de la moneda local, se abre un serio interrogante acerca de la forma en que el Banco Central planteará su política cambiaria, de cara a los meses venideros.

La preocupación está instalada. Tal es así que ya hay empresarios en alerta habida cuenta que, tal como señalara iProfesional.com, el país ya volvió al "1 a 1" en la relación peso-dólar, descontada la inflación acumulada entre ambas economías desde 2001 a la fecha.

Y, peor aún, en 2012 caerá por debajo de esa paridad, lo que hará cada vez más cuesta arriba vender al mundo productos con sello argentino. (Ver nota: Y finalmente llegó el día: la Argentina volvió al "1 a 1" y hay fuerte preocupación de empresarios por el atraso cambiario).

De este modo, la tarea del Central tiene un condicionante extra frente a la de otros países, pues debe lidiar contra la inflación, que convierte la depreciación nominal en una apreciación real.

Así, además de la mencionada relación con el dólar, si se ajusta el tipo de cambio por el índice inflacionario, la moneda local muestra un camino similar al de otras divisas de países vecinos.

El problema que enfrenta la Argentina es que se podría estar ingresando en una guerra de divisas impulsada -al revés de lo sucedido hasta no hace mucho- por un dólar fortalecido frente a un peso argentino claramente sobrevaluado.

Ello impone una presión extra para el Banco Central, ya que si se mantiene el actual ritmo de suba de a "cuentagotas" del billete verde -en un entorno en el que la inflación lo supera ampliamente- su deterioro frente a otras monedas, en particular el real, puede convertirse en un severo condicionante en cuanto a competitividad cambiaria.

Es por ello que varios analistas insisten en que este año la depreciación del peso deberá ser, al menos, muy cercana a la suba general de precios.

¿Hay margen para que el billete verde se siga retrasando frente a la inflación? Los analistas sostienen que cada vez menos.

"Los costos de la Argentina, medidos en dólares, ya alcanzan a los de la convertibilidad, si bien en términos de tipo de cambio real multilateral estamos mejor parados que en aquél entonces", afirma Marina Dal Poggeto, del estudio Bein.

Y agrega: "Algo que es seguro es que lo que pasó en 2011 con el manejo del dólar no puede volver a suceder. De ahora en más, hacer acuerdos salariales superiores al 25% -con una alza de la divisa tres veces menor, del orden del 7%- va a ser muy complicado, dado que afectará seriamente al país y a su competitividad".

"De mantenerse estas presiones, una suba del billete verde del 15% en un año no debería sorprender a nadie", apunta el economista Miguel Kiguel, quien también coincide en señalar que "se vienen épocas de un dólar más fortalecido en el mundo".

"El Gobierno ha sido renuente a un tipo de cambio más flexible. Pero, a medida que la economía se enfríe, el movimiento de la moneda estadounidense se debería acelerar", advierte un reciente informe del banco JP Morgan.

Cabe apuntar que la entidad espera un crecimiento más lento de la actividad económica.

Y prevé una suba del billete verde frente al peso del orden del 20%. Es decir, proyecta una cotización cercana a los $5,16.

La foto no pinta buena. La crisis mundial acecha, Brasil crece menos, su moneda se debilita, a Estados Unidos se lo ve mejor parado que al Viejo Continente, el dólar se fortalece y la soja ya no empuja con sus altos precios como antes pese a la sequía.

¿Temas lejanos para el bolsillo de los argentinos? No tanto. Prueba de ello es que tendrán que pagar más por la luz, el agua, el gas y el transporte, producto de un contexto internacional más adverso y de una caja estatal que ya no luce tan gorda como antes.
FUENTE:Publicado en www.iprofesional.com

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