Por Opinión Calificada
Benedicto XVI fue el nombre que Joseph Ratzinger utilizó durante sus 8 años como cabeza de la Iglesia Católica. Durante estos años, el cristianismo enfrentó duros tiempos de cambios y avatares a la fe católica. Las filtraciones de documentos secretos del Vaticano suministradas por el mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, sumados a una sucesión de casos de pedofilia, marcaron la “Era Ratzinger”. “Una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia” fueron las palabras con las que el Papa definió su renuncia al cargo.
“En el mundo de hoy, sujeto a rápidas
transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida
de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio,
es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor
que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de
reconocer mi incapacidad para ejercer el ministerio que me fue
encomendado”. En estos términos, el pontífice anunció su falta de
fuerzas.
Repercusiones a nivel mundial
El Arzobispo de Buenos Aires y Cardenal
Primado de la Argentina, Jorge Bergoglio, sostuvo que la renuncia del
Papa Benedicto XVI fue un gesto revolucionario que cambió 600 años de
historia. "Creo que se trata de una decisión muy pensada delante de Dios
y muy responsable por parte de un hombre que no quiere equivocarse él o
dejar la decisión en manos de otros", subrayó Bergoglio en
declaraciones a ANSA. Las faltas de fuerzas parecieran haberse propagado
por la Iglesia en búsqueda de un sucesor.
Se habló de las señales de los tiempos
del Apocalipsis, de los símbolos del fin del mundo con la posibilidad de
un Papa negro y de crisis políticas en Italia tras la dimisión del
mandatario cristiano. Según analistas políticos, el anuncio de la
renuncia del Papa eclipsó la campaña de las elecciones legislativas en
Italia, previstas para el 24 y 25 febrero, cruciales para el futuro del
país y de la Unión Europea. Un ejemplo fueron los sondeos realizados por
el candidato Silvio Berlusconi quien alegó que a causa del Papa perdió
presencia mediática, una de sus principales armas electorales. Los
primeros días del nuevo parlamento italiano, a mediados de marzo,
coincidirán con el cónclave de cardenales que elegirán al nuevo Papa
encerrados en la capilla Sixtina, una ceremonia ancestral digna de
seguir de cerca.
Los logros de Ratzinger
El sucesor de Juan Pablo II representa
al sector más reaccionario y conservador de la Iglesia Católica. Antes
de ser Papa, Ratzinger lideró la cruzada contra los representantes de la
teología de la liberación. Esta ideología, surgida en Latinoamérica en
los años 60, era considerada demasiado “subversiva y próxima al
marxismo”.
De esta trayectoria fue que surgieron
los apodos como “el gran inquisidor”, “el rotweiler de Dios” o “el
Panzerkardinal” (en referencia a los tanques alemanes utilizados en la
II Guerra). El legado de Benedicto XVI fue vital para la Iglesia Católica
y sus relaciones con el mundo entero. Las primeras reacciones de
políticos rusos a la renuncia al pontificado fueron testimonio de las
facilidades políticas que mantenían con Italia. "Tengamos confianza en
que el diálogo entre la Iglesia Ortodoxa Rusa y la Iglesia Católica irá
por el buen camino", dijo el Diputado ultranacionalista Yaroslav Nílov,
Presidente del Comité para las Organizaciones Religiosas del Parlamento
ruso. Benedicto XVI fijó metas claras y ambiciosas durante su mandato.
Ascendió al cargo con la reputación de
ser un brillante teólogo y se propuso re-evangelizar un Occidente cada
vez más laico. Será recordado como un opositor al matrimonio entre
personas del mismo sexo, por argumentar que los géneros se han
convertido en algo que se elige en vez de ser un don otorgado por Dios,
por buscar restaurar las tradiciones católicas abandonadas durante los
cambios modernizadores del Concilio Vaticano II. El Papa relajó las
restricciones a la celebración de misas en latín. Agilizó el proceso
para los anglicanos tradicionales que, tras objetar la ordenación de
mujeres y homosexuales en su propia Iglesia, desearan convertirse al
catolicismo. Incluso utilizó sombreros y otras insignias papales que no
se habían empleado en décadas. Muchos jóvenes católicos respondieron
positivamente a su énfasis en la ortodoxia y en el fortalecimiento de la
identidad católica.
Benedicto fue una estrella en Twitter y
sus libros representan un legado para un mundo cambiante al cual la
Iglesia trató de adaptarse. La Iglesia enfrenta ahora una nueva era y el
mundo expectante espera para ver la respuesta del catolicismo a los
cambios que se avecinan.
Fuente: Opinion Calificada
No hay comentarios:
Publicar un comentario