Eduardo Amadeo, Diputado Nacional. Ex Embajador ante la Casa Blanca
Cronista- El fallecimiento de Hugo Chávez abre una incógnita acerca de quien intentará tomar el liderazgo regional del ALBA; un espacio que ha alterado la dinámica institucional y las relaciones internacionales de muchos países.
Ni Nicolás Maduro ni Diosdado Cabello parecen tener el empuje, ni el
respeto del que ha gozado Chávez, no sólo entre los líderes amigos, sino
también entre los adversarios. Les va a tomar mucho tiempo y trabajo
poder desenvolverse con la misma audacia y eco; sobre todo porque van a
tener que dedicar mucho tiempo a resolver al previsible crisis de poder
que se va a desatar en su propio país. Esto deja a dos personas en
condiciones de orientar los movimientos tácticos y estratégicos del
ALBA: Rafael Correa y Cristina Kirchner. Correa tiene la ventaja de la
cercanía cultural con los países caribeños y una situación política
mucho mas desahogada que la que va enfrentando nuestra Presidenta.
Pero para CFK, aparece una nueva dimensión: como definir su política exterior sin el liderazgo de Chávez, ya que hasta ahora ha sido el venezolano el que la ha orientado, mucho más que lo que se ve en la superficie. Los escandalosos apoyos a Kaddafi y Assad, el acercamiento innecesario a Irán y la destrucción de la Comisión Interamericana de Derechos son todas iniciativas de Chávez que Argentina ha seguido mansamente.
Porque la política exterior chavista ha sido un insumo mas de su discurso político crecientemente progre, es muy probable que CFK y Correa profundicen no sólo su diálogo, sino también su acción en Mercosur y Unasur, organismos que avanzarán más hacia la intrascendencia que ya es obvia en Mercosur y que asoma en UNASUR. Y que nuestra Presidenta endurezca aún más la política para obtener reconocimiento del ALBA.
Con este marco, deberemos seguir con atención el diálogo que ya se avizora entre Peña Nieto y Rousseff, y que podría concluir en la constitución de un nuevo frente regional que- liderado por Brasil y México- incluyese a Colombia, Perú y Chile, e ignorase a la Argentina. El reconocido pragmatismo brasileño lograría acercarse a la Alianza del Pacífico a través de los países económicamente más potentes y políticamente mas confiables. La imprevisibilidad de la política exterior argentina, ha convertido al kirchnerismo en un aliado poco deseable, en especial por el hartazgo que el Departamento de Estado tiene con Timmerman.
En síntesis, si CFK decide honrar a Chávez poniendo su reconocida energía al servicio del ALBA; si Brasil y México avanzan en un eje con los países del Pacífico y si ello genera nuevos espacios de diálogo regional, Argentina avanzará mas aún en el peor vicio de cualquier política exterior: ser intrascendente.
Fuente: Cronista.com
Pero para CFK, aparece una nueva dimensión: como definir su política exterior sin el liderazgo de Chávez, ya que hasta ahora ha sido el venezolano el que la ha orientado, mucho más que lo que se ve en la superficie. Los escandalosos apoyos a Kaddafi y Assad, el acercamiento innecesario a Irán y la destrucción de la Comisión Interamericana de Derechos son todas iniciativas de Chávez que Argentina ha seguido mansamente.
Porque la política exterior chavista ha sido un insumo mas de su discurso político crecientemente progre, es muy probable que CFK y Correa profundicen no sólo su diálogo, sino también su acción en Mercosur y Unasur, organismos que avanzarán más hacia la intrascendencia que ya es obvia en Mercosur y que asoma en UNASUR. Y que nuestra Presidenta endurezca aún más la política para obtener reconocimiento del ALBA.
Con este marco, deberemos seguir con atención el diálogo que ya se avizora entre Peña Nieto y Rousseff, y que podría concluir en la constitución de un nuevo frente regional que- liderado por Brasil y México- incluyese a Colombia, Perú y Chile, e ignorase a la Argentina. El reconocido pragmatismo brasileño lograría acercarse a la Alianza del Pacífico a través de los países económicamente más potentes y políticamente mas confiables. La imprevisibilidad de la política exterior argentina, ha convertido al kirchnerismo en un aliado poco deseable, en especial por el hartazgo que el Departamento de Estado tiene con Timmerman.
En síntesis, si CFK decide honrar a Chávez poniendo su reconocida energía al servicio del ALBA; si Brasil y México avanzan en un eje con los países del Pacífico y si ello genera nuevos espacios de diálogo regional, Argentina avanzará mas aún en el peor vicio de cualquier política exterior: ser intrascendente.
Fuente: Cronista.com
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