Más prevención, Más educación y Menos suicidio. Por Alejandro Osorio García

Nos causa sentimientos de impotencia, tristeza y frustración, leer casi que a diario como un niño, una madre, un padre, un abuelo se ha quitado la vida, sin una aparente explicación. “No entendemos porque lo hizo” Casi siempre es la misma respuesta.

Son muy pocos los casos en los cuales la familia supo interpretar las señales de alerta que deja un suicida antes de cometer el inexplicable hecho.

Para comenzar tenemos que entender porque una persona convierte su propia vida en una tragedia, al punto de tomar la fatal decisión de quitarse la vida.

El suicidio es una condición disfrazada por medio del estado de ánimo, que se genera por un posible trastorno mental que no logra ser identificado por terceros, los posibles factores de riesgo se conforman por un diagnóstico de enfermedad grave, antecedentes familiares, baja tolerancia a la frustración, violencia intrafamiliar, bullyng, factores emocionales, estrés, abuso y rechazo, generando alertas que identifican a una persona suicida, cambios repentinos de conducta, hábitos, dificultades para conciliar el sueño, aislamiento social, llanto permanente, irritabilidad, baja autoestima y comportamiento autodestructivo.

En el departamento del Quindío, en lo que va corrido del año se han presentado 43 suicidios y 329 intentos de suicidio, pareciera que las campañas que han realizado diferentes entidades en pro de disminuir el índice de tasa de mortalidad por suicidio no han generado los resultados esperados.

Sera acaso que estamos fallando en el cómo, cuándo y dónde transmitimos la información con la que se desea impactar al ciudadano?

Debemos cambiar el modo como abordamos los temas relacionados con el suicidio, darle menos protagonismo al suicidio como noticia, no es necesario llegar a describir los motivos y los métodos empleados que utiliza la persona para atentar contra su propia humanidad, este tipo de información tan detallada puede ser mal interpretada por una persona con tendencia suicida.

Educar a nuestros niños para que sepan enfrentar los problemas e inconvenientes ante lo que nos presenta diariamente la vida y buscar ayuda, que comprendan que la solución a su conflicto o problema la pueden tener de una mano amiga, familiar, un profesional de la salud esperando su llamada a la línea telefónica para escuchar y prevenir.

Como estrategias de información directa y contundente de fácil acceso se puede realizar ferias educativas adecuadas a todo tipo de población y nivel educativo, pintemos murales a gran escala, murales en lugares de nuestros pueblos y ciudades que sean visibles para la comunidad y de tal forma que sea imposible ignorar, murales llenos de vida, con mensajes esperanzadores para todo aquel que lo mire, murales en los que un posible suicida encuentre un sentimiento positivo e información de donde y como pedir ayuda, que comprenda que en un lugar cerca de él hay alguien dispuesto a acompañarlo en su lucha por la felicidad, talleres informativos para la comunidad en general para concientizarlos sobre los riesgos, posibles alertas y conocer detalladamente como los profesionales de la salud pueden brindar prevención, apoyo y escucha.

Todos podemos aportar en contra del suicidio, la familia debe ser la primera en alertar sobre comportamientos no adecuados de sus miembros que pueda desencadenar un suicidio.

Se hace necesario educar a la comunidad en temas como solidaridad y buena convivencia, no podemos hacernos los sordos, ciegos y mudos ante la calamidad de un vecino, amigo o familiar.

Es nuestra obligación como profesionales de la salud mental, instituciones del estado y demás que puedan aportar, llegar a la comunidad y dejarnos ver, que la población sepa, conozca y tenga información de cómo llegar a pedir apoyo en estos momentos que no encontramos la salida, en muchas ocasiones simplemente necesitan que alguien los escuche y les haga entender que existe una mano amiga , una familia o una institución que no permitirá que te conviertas en estadística más de los niveles del suicidio en nuestro departamento.

Alejandro Osorio García.
Psicólogo egresado de la Universidad Autónoma de Bucaramanga.
ENVIADO POR SU AUTOR DESDE COLOMBIA