Transcurría el año 2.002. Atrás habían quedado los 5 presidentes en una semana y la Convertibilidad. En medio de la corrida cambiaria, Mario Blejer (quien en ese momento presidía el BCRA) dispuso la creación de una nueva herramienta que le otorgara al BCRA poder de fuego para detener la suba de la divisa norteamericana.
Así fue como nacieron las Lebacs. El 13 de marzo de 2.002 se colocaron $38 millones a 7 días con una tasa de 35%. Sin embargo, esta tasa resultó ser muy baja y apenas unas semanas después la tasa subió al 140%.
Si uno habla con los funcionarios de aquel momento, sostienen que la creación de las Lebacs fue en medio de una emergencia dado que el Tesoro no podía emitir deuda porque se encontraba en default. Sin embargo, lo más sano y que hacen todos los países es que quién tome el endeudamiento sea el Tesoro. De esta manera, la herramienta utilizada por los Bancos Centrales para esterilizar la Base Monetaria son las Letras del Tesoro y no las del Banco Central. Hacia ese lugar estamos yendo.
Un instrumento que fue de mayor a menor.
Si uno mira la carrera profesional de un deportista exitoso, es normal ver que en sus comienzos tenga algunos destellos de su gran calidad. Luego, viene una etapa en la que se ve todo su esplendor y por último, cuando la edad ya empieza a pasarle factura, una etapa en la que ya no puede continuar haciendo las maravillas que hacía y se acerca el momento de su retiro.
Bueno, algo similar podría estar pasando con las Lebacs si las miramos desde la perspectiva de los inversores.
Luego de que durante los dos primeros años de gestión de Mauricio Macri y con Federico Sturzenegger al frente del BCRA fueran la inversión estrella y más mencionada por analistas y expertos en los medios, en este 2.018 ya casi no forma parte en la cartera de los inversores y en las que lo hace, es en una porción minoritaria.
¿Por qué se dio esto en el 2.018?
Bueno, de más está decir que con la fuertísima suba del precio del dólar, muchos inversores se fueron al dólar.
Sin embargo, el que antes haya sido considerado un gran instrumento de inversión quizás no haya sido lo más correcto sino que esto tuvo más que ver con la obsesión que tenemos los argentinos con el dólar.
Es que para evaluar una inversión muchas veces miramos si subió más que el dólar o no. Y, aunque a algunos los sorprenda lo que voy a afirmar (más aún en un año como éste), poner al dólar como referencia es quizás poner una vara demasiado baja.
¿Por qué te digo esto?
Si uno mira la evolución del dólar en períodos largos del tiempo, podrá observar que a pesar de las fuertes subas que de tanto en tanto tiene la misma no alcanza para que cubra la inflación.
Y la definición de manual de inversión es: “resignar un consumo hoy para tener un mayor consumo futuro”.
La Lebac no sirvió para obtener ganancias reales altas
Si bien en los medios durante todos estos años se hizo alusión a las elevadísimas tasas que pagaban las Lebacs, lo que en realidad ha sido elevadísimo durante toda la gestión de Mauricio Macri es la inflación.
Si miramos el año 2.016 por ejemplo, la tasa de las Lebacs promedio en el año fue del 36,90%. Los periodistas y analistas se llenaban la boca hablando de tasas únicas en el mundo, de que a esas tasas no había negocio que aguantara pero si miramos la inflación de ese año que terminó siendo del 40,30% según el IPC del Congreso (fue el año en que se normalizó el Indec en abril), en realidad quiénes invirtieron en Lebacs perdieron plata.
Claro, si lo miramos con la miopía argentina podemos decir que en dólares les dio una ganancia del 12,40%. Pero… ¿en qué moneda realizás mayoritariamente tus consumos? ¿Pesos o dólares?
Luego, en 2.017 la tasa promedio fue mucho más baja: 28,60%. Pero en ese año si sirvió para cubrirse de la inflación que fue de 24,80%. También arrojó el interesante retorno del 8,60% en dólares. Podríamos afirmar que el 2.017 fue el año dorado para las Lebacs.
Por último, en este 2.018 podríamos afirmar que se trató del peor año. No sirvió para ganarle a la inflación y perdió más del 27,33% en dólares.
Uno de los grandes errores que cometen muchos es mirar el retorno en términos anuales cuando en realidad el plazo de la inversión es más corto. La tasa puede parecer más alta pero no hay que comparar peras con manzanas.
Por ejemplo, en este momento muchos hablan de las siderales tasas que pagan las Leliqs. En el mes de septiembre llegaron a pagar el 73%. Muchos cometen el gravísimo error de comparar eso con una tasa de inflación de aproximadamente 42% y decir que la tasa que paga el BCRA es irracional y altísima en términos reales. Puras mentiras
La tasa del 73% de septiembre (en torno al 66% por estos días) era para plazos de 7 días. Como se mantuvo relativamente estable durante todo el mes, podemos asumir que esa tasa del 73% anual otorgó un retorno del 6,2% en el mes de septiembre.
¿Cuánto fue la inflación de septiembre del Indec? 6,5%. ¿De qué retorno real alto hablan cuando en realidad quienes invirtieron en Leliqs tienen un poder adquisitivo menor al de un mes atrás?
Buscando reemplazo de las Lebacs
Si hay algo positivo que puede rescatarse de las Lebacs, es que muchas personas se animaron por primera vez a salir de la inversión tradicional en plazo fijo (histórica inversión perdedora en la Argentina) para invertir en bolsa.
Estas personas, sienten un gran vacío por estos días ya que al vencer en diciembre las últimas Lebacs que podrán licitar la semana próxima, no saben a qué instrumento ir, por lo que muchos de ellos terminarán cayendo nuevamente en el plazo fijo. Es más, muchos ya lo vinieron haciendo en los últimos días.
Sin embargo, claramente esta no es la mejor opción y hoy el mercado de capitales continúa ofreciendo herramientas más que atractivas. Desde Contraeconomía tenemos un servicio que se encarga de guiar a aquellos inversores que están dando sus primeros pasos en el mercado y en el que hablamos de una gran cantidad de instrumentos que son mejores alternativas que las Lebacs y que pueden adaptarse a distintos perfiles de riesgo. Si querés conocer más de nuestro servicio Vacas Lecheras podés hacer clic aquí.
Saludos,
Matías Daghero
Para CONTRAECONOMÍA
No hay comentarios:
Publicar un comentario