A medida que se acerca el final del mandato de Mauricio Macri, nos empezamos a hacer algunas preguntas, del tipo “¿Qué hizo Macri durante estos años? ¿Qué nos deja? ¿Qué sigue?
La incertidumbre es notable, e incluso para los especialistas no queda para nada claro el rumbo económico e institucional.
Por ese motivo, decidí hacer algunas cuentas y estimaciones para esta nota, a fin de intentar construir un panorama de lo que nos dejaría la gestión de Mauricio Macri.
Empecemos...
Repaso breve de la herencia
¿Macri en su momento recibió una muy pesada herencia, que claramente fue subestimada, ya que nunca estuvo ni cerca de poder domesticarla. De hecho, en rigor, lo cierto es que la herencia lo ha domesticado a él. Recordemos que Macri tuvo que llevar a cabo medidas y hasta un giro del discurso por el progresivo acorralamiento que le propinó la dificultosa coyuntura del país.
Más allá de ello, Macri asumió una situación muy complicada que incluía:
• Cepo cambiario,
• Actividad económica estancada por 4 años acumulados,
• Reservas netas del BCRA en territorio negativo,
• Tarifas atrasadas,
• Presión tributaria récord,
• Tipo de cambio real atrasado, a niveles de fines de los 90s,
• Una bomba de futuros de dólar por el equivalente a alrededor de USD 25.000 millones,
• Inflación de dos dígitos,
• Déficit financiero de casi 7 puntos del PIB
• Etc.
Como se puede observar, la situación era complicadísima. La única buena, tal vez, era que Argentina tenía un ratio de “deuda pública/PIB” bastante razonable, lo que se podía pensar como una “bala de plata” útil como para financiar una transición hacia algo mejor.
Dimensionando el legado macrista
Si bien todavía falta mucho tiempo (sobre todo si lo ponderamos por el factor Peronia. 8 meses es un montón de tiempo por estas latitudes) para que Macri termine su mandato, lo cierto es que a mí siempre me gusta analizar la tendencia de las cosas; o sea, hacia donde se dirigen, infiriendo su trayectoria.
En este caso, ese patrón de comportamiento me lleva a analizar -manteniendo la tendencia actual- que es lo que va a dejar Macri cuando termine su mandato. Esto nos permitirá, en buena medida, tener noción de la situación que nos esperará hacia fines de 2019 y principios de 2020.
Habiendo dicho todo esto, voy a pasar a enumerar brevemente los puntos más críticos que está dejando la administración actual:
1. Elevadísima deuda pública + mercados cerrados: como te comenté en el apartado anterior. Tal vez el único elemento positivo del kirchnerismo había sido la deuda “controlada”. Bueno, Macri se ha encargado de dilapidarse la bala de plata que podíamos usar para ordenar las cuentas públicas y bajar los impuestos.
Concretamente, cuando Macri abandone la silla presidencial, el ratioDeuda/PIB habrá superado el 100%. O sea, Macri va a dejarnos una deuda que será mayor a todo lo que la economía argentina es capaz de producir durante un año. Un número crítico que nos deja al tope de la tabla de “endeudamiento” en LATAM, lo que evidencia la insostenibilidad y criticidad de dicha cifra.
Como consecuencia obvia de esto, los mercados se encuentran muy reticentes a prestarnos a tasas normales. O sea, dejando de lado al FMI, el mercado hoy solo nos presta a tasas de usura.
2. Economía en una recesión insoportable: Como ya sabemos, la economía argentina se encuentra en una franca recesión. En 2018 cayó 2,5%, y para 2019 se espera se contraiga otro 1,5%.
Con todo, al final del mandato de Mauricio Macri, tendremos un nivel de riqueza per cápita similar al de 2009, o sea, más de una década atrás, lo que implicará una caída del 10% desde 2011.
En este contexto recesivo, veremos como el desempleo sobrepasa el 10% y los salarios continúan perdiendo terreno frente a la inflación.
3. Inflación récord en casi 3 décadas y una pobreza por encima del 35%: Como si fuera poco, el gobierno que vino a bajar la inflación a 1 dígito en un par de años, se marchará con el promedio de inflación más alto en casi 3 décadas.
Como consecuencia de esto, y de la recesión previamente descripta, veremos a la pobreza continuar escalando durante 2019. La misma se ubicará en al menos 35%, e incluso pudiendo acercarse a un 38-40% si la inflación no cede y la corrida se recrudece a medida que nos acerquemos a octubre.
Un dato: la cantidad de indigentes que habitan suelo argentino ya es equivalente a la totalidad de la población de la provincia de Córdoba.
4. Presión tributaria récord histórico: Macri también había venido a bajar los impuestos, y había empezado en esa dirección durante el primer año y medio de su mandato...pero, de nuevo, acorralado por la coyuntura, volvió sobre sus pasos. Tal es así que en 2019 seremos víctimas de la presión tributaria más alta de la historia argentina, incluso por encima de 2015.
La subindexación de los mínimos no imponibles de los tributos está haciendo estragos. El IIGG a esta altura es un impuesto inflacionario con esteroides.
Este punto tal vez sea el más grave, ya que es el principal inhibidor de crecimiento económico. El epicentro del problema, y el más difícil de corregir, ya que para hacerlo se requiere una homérica baja del gasto público. Algo inviable, según la casta política colectivista que gobierna estas tierras desde hace décadas.
5. Déficit fiscal aún elevado: contrario al relato M (sí, Macri ya a esta altura se mimetizó con el kirchnerismo y tiene su propio relato), Macri entregará un déficit consolidado preocupante, agravado por la incapacidad de repagarlo, ya que la economía se encuentra, ya ni siquiera estancada, sino cayendo.
Así, en 2019 Macri nos dejará un déficit financiero en torno a 4 puntos del PIB, pero eso es un número algo engañoso, porque no tiene en cuenta la creciente y preocupante “bola de LELIQ” que asoma lentamente en el horizonte.
6. La insostenible “bola de LELIQ”: Para este punto, he renovado una cuenta que me gusta hacer que marca la sostenibilidad de los pasivos remunerados del BCRA. Concretamente, como se ve en el gráfico más abajo, cada vez que los pasivos remunerados medidos en dólares crecieron muy por encima de las reservas del BCRA, ocurrió una devaluación que volvió a acercar ambas líneas.
Te lo anticipé a fines de 2017 en esta nota, cuando te dije que en 2018 tenía que ocurrir una devaluación que incluso podría llevar al dólar a niveles de entre 35 y 40 a fines de 2018. El tipo de cambio terminó justo en el medio de ese rango. ¡Un americano diría “bullseye!”.
Con esto en mente, y con datos actualizados, te invito a repasar este gráfico:
Como se puede observar, hoy el BCRA todavía tiene aire en lo referido a pasivos remunerados. El asunto es que la tendencia es preocupante. La “bola de LELIQ” viene creciendo a un ritmo de 10% mensual. Así, esta bola de pasivos tiene fecha de vencimiento. Concretamente, según mi análisis, se podrá mantener como máximo hasta unos 12 meses más, así como está, cuando las LELIQ (de mantenerse el ritmo actual) podrían llegar a totalizar la friolera de 3 billones de pesos.
En otras palabras: Este experimento le servirá al gobierno para llegar a las elecciones sin una inflación y corrida mayor (en el mejor de los casos), pero no mucho más que eso.
Apenas asuma el gobierno próximo, algo se tendrá que hacer con esto. De lo contrario, nos esperaría una nueva y violenta corrida cambiaria, si es que para ese entonces no ocurrió por algún otro motivo.
El legado de Macri: el amplificador de la herencia
Como se puede observar, la herencia macrista es, por lo menos, altamente polémica.
Está claro Mauricio Macri ha fracasado en todo sentido, y, de hecho, si bien ha resuelto algunas cuestiones, como el cepo cambiario, lo cierto es que ha agravado los temas estructurales más críticos, como la presión tributaria, la pobreza y la deuda pública.
Con todo esto en mente, creo que este período presidencial de Mauricio Macri, cuando esté todo dicho y hecho, quedará como un período caracterizado por una supina falta de audacia, que llevó a un derrotero de decisiones tibias y faltas de timing que terminaron por amplificar los problemas más graves de la Argentina.
Otra oportunidad perdida, esta vez a manos de Mauricio Macri, “el amplificador de la herencia K”.
Hasta la semana próxima,
Juan I. Fernández
Para CONTRAECONOMÍA
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