¿Cómo evitar una década perdida de ahorro? Argentina es el país del reclamo. Es que, como ya lo decía el tango, “el que no llora, no mama y el que no afana es un gil”. En este marco cultural, lo normal es siempre pedirle a otro que se haga cargo de las consecuencias de nuestros actos. Y si combinamos eso con el estatismo dominante, ese “alguien” siempre es el estado.
El último ejemplo de la cultura del reclamo es el ruido que está generando un grupo de “autoconvocados” deudores de créditos UVA. Hace un tiempo que este grupo de personas (una población de aproximadamente 1.000 sobre un total de 100.000 créditos, o sea el 1% del total) sostiene que quienes sacaron un crédito atado a la inflación han sido estafados y que viven una situación de emergencia que debe ser atendida ya mismo por las autoridades.
Como no podía ser de otra forma, varios medios kirchneristas como C5N o El Destape le han dado curso al pedido, colaborando con la campaña en solidaridad con la supuesta emergencia. Recientemente, los autoconvocados también sumaron a sus filas al panelista de intratables y ultrakirchnerista Diego Brancatelli.
En un tuit de hace algunas horas, “Branca” sostuvo que los créditos UVA habían sido una “trampa letal”.
En sus palabras:“Más de 100.000 familias cayeron en la trampa letal de los CREDITOS UVA. Hoy muchos están perdiendo sus casas. Están desesperados intentado q alguien del Gobierno los atienda y NADIE lo hace. @eduardoamadeo es uno de ellos. Diputados, Senadores, hagan algo!!!!”La mecánica del pedido parece responder a un patrón bien establecido. En primer lugar, se describe a una situación como tremenda, imposible de afrontar, insostenible. En segundo lugar, se apela al sentimentalismo del “están desesperados”. Como tercer punto, se pide la activa intervención del estado, para tomar una medida que beneficie directamente al grupo.
Me gustaría a continuación poner algunas cosas en claro para que la gente no se confunda con estas maniobras.
Emergencias y trampas letales
¿De qué trampa letal estamos hablando? Para quien no está al tanto aún, un crédito UVA es un préstamo que se realiza en una unidad de cuenta que sigue a la inflación. Es decir, si a mí me prestan una UVA cuyo valor es $ 30 y tengo que devolver esa UVA dentro de un año, entonces tendré que devolver los $ 30, más la inflación del período y la tasa de interés.
Así, si la inflación fue del 50%, mi deuda seguirá siendo de una UVA, pero tendré que entregar $ 45 más la tasa para cancelarla. Es decir, el capital se indexa, y las cuotas del crédito se ajustan al ritmo de la inflación.
En este sentido, entonces, lo que interesa ver no es el aumento de la deuda en pesos (en una economía con inflación ésta siempre va a subir), sino la relación cuota-ingreso. Es decir, el peso que tiene la deuda (pagada en cuotas mensuales) sobre el ingreso que percibe el deudor.
Esos datos son los que aparecen en el cuadro de aquí abajo para una gran variedad de momentos en los cuales se puede haber ingresado en un crédito UVA.
En la primera columna del cuadro aparece el mes y el año en el cual un deudor puede haber tomado el crédito. En la segunda columna, la máxima relación cuota-ingreso sugerida para tomar uno de estos préstamos, de manera de tener margen de maniobra frente a la incertidumbre.
En las tercera y cuarta columna se ve el aumento (entre el mes de inicio del crédito y febrero de 2019) tanto de la UVA como del ingreso promedio de un asalariado del sector formal de la economía argentina. Por último, está la relación cuota-ingreso a febrero de 2019 y su variación en puntos porcentuales.
Como puede observarse, la situación “de emergencia” y la “trampa letal” que supuestamente implican los créditos UVA es que los deudores, producto de la inflación que superó al salario, ahora deban –como máximo- solo 3,2 puntos porcentuales más de su ingreso.
Es decir, el peso de la cuota sobre el ingreso subió porque cayó el salario real, pero 3,2 puntos porcentuales. Obviamente, son 3,2 puntos que no podrán gastarse en otros bienes y servicios, pero no es ninguna emergencia.Muchos menos habiendo partido de un 25% de relación cuota-ingreso.
A la contabilidad no le interesan tus sentimientos
La idea de que los créditos UVA son una trampa mortal también se derrumba cuando uno analiza el tema desde el punto de vista de la contabilidad. De acuerdo con ella, el patrimonio de una persona es el resultado de la diferencia entre su activo (aquello que posee) y su pasivo (aquello que debe).
Así que si miramos el movimiento patrimonial de un deudor hipotecario UVA tendríamos que en el lado del pasivo tiene una deuda en pesos que se ajusta con la inflación, pero por el lado del activo tiene un inmueble cuyo valor sigue al dólar. Y el año pasado, los precios subieron 50%, mientras el dólar subió 100%. La ganancia patrimonial del deudor UVA es innegable, incluso cuando se argumente que nadie compró una casa para “hacer un negocio” o que los precios en dólares algo han caído.
En relación a esto algunos suelen decir que vender la casa no es una opción, porque la familia deudora tendría que irse a vivir “debajo de un puente” o “a la calle”. ¿Pero a quién se le ocurre utilizar este argumento?
Previo a ingresar en el crédito, seguramente la familia deudora vivía alquilando, así que ¿qué es lo que la imposibilitaría, de tener que vender su recientemente comprada casa, volver a alquilar?
Es aquí donde surge la verdadera alternativa al crédito UVA. ¿Acaso los alquileres no suben con la inflación? De acuerdo con las estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, tanto la cuota UVA como el alquiler promedio han aumentado de manera similar en los últimos años.
¿Habrá que pedir una Ley de Emergencia para los inquilinos también? Bueno, en nuestra cultura del mangazo, ese pedido también existe.
Viveza Criolla
Si el lector va al Twitter de Diego Brancatelli que yo respondí, encontrará todo tipo de respuestas. Sin embargo, es interesante destacar la de algunos usuarios, como éste, que sostuvo que “para mí (el crédito UVA) fue lo mejor que hice en mi vida. Tengo un departamento hermoso que pago todo los meses no mucho más que un alquiler”.
Otro usuario de la red afirmó que está “pagando de acuerdo a lo convenido. La clave esté en el porcentaje del sueldo que afecta el crédito. En relación con lo que vale el alquiler de una casa como la que compré, estoy más que satisfecho.”
Se podrá pensar que estos comentarios no representan la realidad o que incluso son testimonios falsos. No obstante, están bastante en línea con los datos: solo el 0,25% de los deudores UVA presentan demoras en el pago de sus cuotas.
Así que si sumamos la baja ratio de mora, la ganancia patrimonial, y el deterioro real pero pequeño de la relación cuota-ingreso de los deudores UVA, el reclamo y la urgencia son cada vez más endebles. Me inclino a pensar que se trata una vez más de la viveza criolla.
Y dada la historia de nuestro país, no sería extraño que los que reclaman terminen obteniendo algún privilegio por parte de la Ley.
Saludos,
Iván Carrino
Para CONTRAECONOMÍA
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