
Margaret Canovan había observado que el populismo "constituye una forma de acción política polémica", donde todo el discurso se adorna sobre el pueblo para crear en este una reacción emocional de tal impulso que lo estremece. Por su parte, Shils piensa que el populismo " es una ideología que identifica la voluntad del pueblo con la justicia y la moral". Entonces los políticos se convierten en los Robín Hood que defenderán al pueblo, trabajarán por él y le darán todo lo que tengan por su bienestar y su felicidad.
Captan las necesidades de su gente y los seducen con promesas que quizás nunca sean realizables, y solo queden en palabras perdidas en los auditorios, pero que son rescatadas por esa muchedumbre hambrienta de necesidades que ven a ese líder que concretará sus sueños. Compran las esperanzas de la gente que víctimas de sus propias limitaciones y marcada por las desigualdades de un sistema que los arrinconó para ganar su confianza sobre una pila de promesas, que luego se olvidan entre afiches colgados en las calles de la ciudad.
El populismo crea un puente directo entre el líder y la masa, que busca la solución de sus problemas. Y esto es aprovechado por el político que se nutre de las carencias sociales para alimentar más espectativas, y así los subsidios, planes, tarjetas alimentarias, contratos basuras, etc, son las herramientas para incentivar y exacerbar ese oportunismo del ida y vuelta. Y la desigualdad es la que empuja a esclavizarse a la oferta por más flaca e injusta que esta sea. "Es lo que hay" dicen, porque no hay otra forma de lograr garantizar lo básico de sus derechos y deberes. Ya que la pobreza los ubica en un espacio distinto al resto, donde la desigualdad marca la diferencia, y entonces se hace factible someterse a la decisión de quienes a través de la política pueda abrirle la puerta a posibilidades que parecían lejanas.
A veces las necesidades individuales se emparentan con las colectivas, y entonces esa revolución interior del deseo se hace mas profundo, porque son más en busca de iguales intereses. Y así surgen los movimientos sociales que van detrás de quien en cabeza de una propuesta que se hace eco de las necesidades de muchos de sus pares, buscan ser escuchados por los gobernantes para reclamar lo que antes fue prometido en campaña. Si bien algunos gobernantes reconocen que la administración cambia a los funcionarios, quienes movidos - tal vez- por la prudencia, la burocracia, la lentitud del sistema y el presupuesto, van desligándose de lo que antes con fervorosa verborragia prometió a la gente. Pero otras veces, sueltan las riendas al despilfarro y dan a los que nada producen generando mayor pobreza. Es el caso de Progresar que deja al desnudo el fracaso de una década en educación y el poco interés que tuvo este gobierno en fomentar la creación de fuentes de trabajo genuino. Así, este Plan solo sera el cimiento de un puente fértil para generar más corrupción en un sistema tejido de arbitrariedades.
Publicado en el Informador Publico
Publicado en Cronica y Analisis
Publicado en La Misère Porc
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