REHABILITACIóN O CASTIGO- Noticias y Protagonistas
Qué hacer con las personas que cometen delitosSegún los especialistas, quienes violan la ley tienden a ser retenidos por más tiempo en prisión con la intención de rehabilitarlos. Pero la permanencia en las cárceles genera graves problemas de superpoblación y malas condiciones de vida en los centros de detención a nivel mundial.
Uno de los grandes problemas a resolver en todo el mundo es cómo tratar a quienes cometen delitos. En una entrevista con BBC Mundo, Gary Hill, director de Entrenamiento de Personal de la Asociación Internacional de Prisiones y Correccionales, dijo: "la forma en que una sociedad reestablece la justicia está ligada a la cultura de la que emanan las leyes. En algunas culturas, el individuo es supremo; en otras, lo es el Estado. Para otros, Dios está por encima de la ley. Y en otros casos se combinan todas las opciones anteriores".
"Los países, sin excepción, dicen que quieren rehabilitar más que castigar. Pero en la realidad, los tribunales usan la cárcel porque es lo más fácil, lo más rápido y también porque temen la mala publicidad", explica Hill.
Una vez que el convicto está por cumplir su pena existen varias opciones para hacerla efectiva. La llamada "justicia de reparación" es una de esas alternativas; busca atender las necesidades de las víctimas, de las personas que cometen el delito y de la comunidad en general. Esto incluye una disculpa del agresor y la posibilidad de efectuar servicio comunitario o pagar multas, entre otras cosas. "La prisión no hace que el individuo enfrente las consecuencias de sus actos", explica Andrea Huber, directora de políticas de la ONG Reforma Penal Internacional. "Eso no significa que, bajo esta premisa, habrá un mundo libre de prisiones, porque hay delitos que deben ser penalizados de esta manera. Pero trabajar en una justicia restaurativa podría ser lo mejor para la sociedad. Hay maneras de lograr justicia sin poner a la gente detrás de las rejas", agrega.
Sin embargo, esta estrategia no está dando buenos resultados. En lugar de bajar, las tasas de criminalidad siguen creciendo en todo el mundo. "Utilizar la ley criminal por defecto para tratar el comportamiento antisocial e indeseable es una respuesta política que sólo trae sobrepoblación en las cárceles", advierte Huber. Por su parte, Hill señala que "hay un vínculo directo entre empleo y crimen, pobreza y crimen, educación y crimen. Y la participación en programas de tratamiento tiene un impacto en la tasa de reincidencia".
En América Latina, las protestas por las condiciones de vida en las cárceles son frecuentes. Según Hill, algunos centros de detención tienen muy buenos programas de manejo de la agresividad, así como programas para madres y bebés en prisión. El problema es que las sentencias se están incrementando y los países no están preparados para ofrecer alternativas a la prisión. En el mismo sentido, Andrea Huber añade que las condiciones de vida en la prisión son clave para la futura liberación de quienes han cometido un delito: "la cárcel no va a la razón por la cual se cometió la falta. Si simplemente se encierra a la gente, no es sorprendente que luego no se adapte a la sociedad". Y agrega: "la idea es seguir tratando el crimen con dureza. Pero, ¿eso está haciendo a las sociedades más seguras o sólo es un sistema increíblemente caro?".
"Los países, sin excepción, dicen que quieren rehabilitar más que castigar. Pero en la realidad, los tribunales usan la cárcel porque es lo más fácil, lo más rápido y también porque temen la mala publicidad", explica Hill.
Una vez que el convicto está por cumplir su pena existen varias opciones para hacerla efectiva. La llamada "justicia de reparación" es una de esas alternativas; busca atender las necesidades de las víctimas, de las personas que cometen el delito y de la comunidad en general. Esto incluye una disculpa del agresor y la posibilidad de efectuar servicio comunitario o pagar multas, entre otras cosas. "La prisión no hace que el individuo enfrente las consecuencias de sus actos", explica Andrea Huber, directora de políticas de la ONG Reforma Penal Internacional. "Eso no significa que, bajo esta premisa, habrá un mundo libre de prisiones, porque hay delitos que deben ser penalizados de esta manera. Pero trabajar en una justicia restaurativa podría ser lo mejor para la sociedad. Hay maneras de lograr justicia sin poner a la gente detrás de las rejas", agrega.
Sin embargo, esta estrategia no está dando buenos resultados. En lugar de bajar, las tasas de criminalidad siguen creciendo en todo el mundo. "Utilizar la ley criminal por defecto para tratar el comportamiento antisocial e indeseable es una respuesta política que sólo trae sobrepoblación en las cárceles", advierte Huber. Por su parte, Hill señala que "hay un vínculo directo entre empleo y crimen, pobreza y crimen, educación y crimen. Y la participación en programas de tratamiento tiene un impacto en la tasa de reincidencia".
En América Latina, las protestas por las condiciones de vida en las cárceles son frecuentes. Según Hill, algunos centros de detención tienen muy buenos programas de manejo de la agresividad, así como programas para madres y bebés en prisión. El problema es que las sentencias se están incrementando y los países no están preparados para ofrecer alternativas a la prisión. En el mismo sentido, Andrea Huber añade que las condiciones de vida en la prisión son clave para la futura liberación de quienes han cometido un delito: "la cárcel no va a la razón por la cual se cometió la falta. Si simplemente se encierra a la gente, no es sorprendente que luego no se adapte a la sociedad". Y agrega: "la idea es seguir tratando el crimen con dureza. Pero, ¿eso está haciendo a las sociedades más seguras o sólo es un sistema increíblemente caro?".
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