
El informe que dio la Iglesia hace unos días, dice que " la Argentina está "enferma de violencia". Basta salir a la calle para encontrarnos cotidianamente con actitudes agresivas. El clima de tensión social es parte del diario vivir. Entre políticos, gremialistas, periodistas, en el fútbol, en la escuela, en el trabajo, en las familias, en la pareja.
También la televisión es el mejor escenario donde ser testigo obligado al des-trato entre los protagonistas de cualquier programa, sea de chimentos, sea de política, sea de actualidad. Nos insultamos, nos faltamos el respeto, desvalorizamos sin límites, criticamos desde el desconocimiento, pisoteamos trayectorias, menospreciamos inteligencia y genialidades, desdoramos valores, apedreamos talentos. Como dice el punto 8 del informe de la Iglesia "Nos estamos acostumbrando a la violencia verbal, a las calumnias y a la mentira, que "socava la confianza entre los hombres y rompe el tejido de las relaciones sociales" (Catecismo de la Iglesia Católica, 2486). Urge en la Argentina recuperar el compromiso con la verdad, en todas sus dimensiones. Sin ese paso estamos condenados al desencuentro y a una falsa apariencia de diálogo"
Llamamos díalogos en masa a las redes sociales, una gran cocina que diariamente envía deliverys de maltrato verbal. Allí el "todos contra todos" es la consigna. Desde la misma Presidente, pasando por funcionarios, políticos, artistas, periodistas, mediaticos y famosos que pululan en los medios.
Hemos formado una casta de violentos útiles, para alimentar la violencia verbal.
He escuchado decir a los profesionales del periodismo, que las redes sociales están para decir todo lo que uno piensa. Si, pero desde el respeto. Se puede usar los foros, facebook, twitter y YouTube, sin agredir al otro.Como bien dice la Iglesia que en el camino de la no violencia y en la búsqueda del "profundo anhelo de la paz" social "todos estamos involucrados en primera persona". No podemos pedir respeto para nosotros si no respetamos al otro.Porque el respeto es un valor recíproco que se alimenta del reconocimiento del otro, pero al mismo tiempo es un puente hacia el respeto mutuo. Que es necesario para la convivencia, tanto en la vida real como en la vida virtual. Si queremos que nos respeten debemos evitar las frases hirientes en internet, los comentarios que degradan, las palabras irrespetuosas, evitar los prejuicios, desvalorizar ideas , pensamientos y trabajo de aquellos que no piensan como nosotros. Algunos incluso se escudan en el anonimato o en falsos perfiles para agredir sin piedad.
Días atrás le decía a un amigo -a quien quiero y admiro-, que en toda comunicación debe priorizarse el enriquecimiento de las ideas y del pensamiento. Del mismo modo, deberíamos actuar en las redes sociales .
Me acuerdo que una vez tomando un café en la cafetería de una de las universidades más prestigiosa e importante del país, -con alguien muy especial para mi- discutíamos acerca de las malas palabras. Y el me decía que una mala palabra dicha en una discusión "de entre casa", es algo que marca dolorosamente. Yo le explicaba, desde mi parecer, que todo dependía de la situación, del contexto en que se utilizaba la mala palabra y quien te la decía.
Porque luego, debo pesarlo en la balanza del concepto que tengo de esa persona, donde se suma el respeto y/o la admiración que sienta por ella, para poder calificar de critica constructiva o destructiva, o directamente ser indiferente ante una palabra desafortunada que estalla contra mi.
Recuerdo que le dije a esta persona -a quien quería, respetaba y admiraba-, que para mi es como ir al Museo del Prado y encontrar una mancha en la puerta (lo entenderán solo aquellos que como yo conocen el Museo del Prado). Miraré la mancha con extrañeza, pero luego cuando traspase el umbral, camine por las galerías y pasillos y me encuentre con todas esas obras de arte, con las colecciones de los maestros de la pintura de todos los tiempos, me olvidaré para siempre de la mancha que vi en la puerta.
Es que "no se necesita maltratar a otros para sentirse importantes"
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