LaPrensaPopular
Por Nicolás Márquez
En efecto, el país semi-tribal de Angola padece una dictadura vitalicia de corte populista y corrupta, y la Argentina a su vez, sufre a su equivalente autóctono: el peronismo. Este último no es más que una variable del despotismo iletrado, que tiene por columna vertebral la intromisión del Estado por sobre las libertades individuales, la perpetuidad en el poder de la circunstancial familia gobernante, el irrespeto por la institucionalidad y el aislacionismo chauvinista respecto al mundo civilizado.
He ahí las “cosas en común” y el “complemento” señalado por Cristina, así como también la urgente necesidad de llevar adelante una “política de inclusión” a los muchos mendigos existentes en un país y otro. El problema que conlleva esto último, es que si Dos Santos llevase en serio una política para educar e incluir a los suyos y Cristina Kirchner hiciese lo propio en la Argentina, tanto un régimen como el otro correría grave riesgo de comenzar a perder adeptos y ver disminuido su mercado mendicante, cuya humillante dependencia de la dádiva estatal convierte a las masas clientelistas en el sostén por antonomasia de las autocracias “progresistas” que pululan en el Siglo XXI.
Fuente:Publicado en www.laprensapopular.com.ar
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