Un paso atrás, dos adelante
Frente a un panorama desfavorable, la reacción del cristinismo consistiría en repetir la exitosa estrategia seguida por la presidente entre mediados del 2009 y mayo del 2011. Luego de que la lista de candidatos a diputados nacionales que encabezara Néstor Kirchner en Buenos Aires fuera derrotada por Unión PRO el 28 de junio, Cristina empezó a plantear serias dudas acerca de si aceptaría ir por la reelección en el 2011. En un punto llegó a afirmar públicamente que aquél era su último mandato. De este modo se instaló la duda en la sociedad y ella se benefició, porque quedó fuera de la puja entre los precandidatos. Así fue que se mantuvo el suspenso hasta último momento, cuando a días de vencer los plazos legales para la presentación de las candidaturas para las primarias, CFK dio finalmente el sí. Y después de vencer el 23 de octubre se sinceró reconociendo que jamás había dudado sobre el rumbo a seguir. O sea que su paso al costado había sido una argucia muy bien llevada.
Con el nuevo supuesto paso al costado, ella apuntaría a mejorar su imagen, tomando distancia de la lucha por el poder y transfiriéndoles el desgaste que la misma produce a Scioli y Macri. Mientras tanto, hay indicios de que el cristinismo pondría en marcha un recurso clásico, el montaje de un nuevo “operativo clamor” para que haya reforma constitucional y se habilite la reelección. La opción a presentar sería Cristina o el caos, para lo cual sería necesario que Scioli continúe bajo fuego amigo y perdiendo gobernabilidad. De hecho, el gobernador está cada vez más encerrado por el fracaso de la sanción del proyecto de ley impositiva. El costo político de hacer los cambios por decreto no sería bajo y el próximo martes es el día clave al respecto. Mientras tanto, y más allá de lo que finalmente suceda con la mentada Ley Impositiva, la situación del bloque del Frente para la Victoria en la Cámara baja es muy complicada. El presidente de la bancada, Juan De Jesús, acusa a Gabriel Mariotto de empiojar la negociación de la ley. Ahora la respuesta serían furibundas operaciones que nacen en su propio bloque y que buscan desplazarlo de la presidencia del mismo para colocar a un legislador acordado entre La Cámpora, representada por el Vicepresidente Primero de la Cámara, José Ottavis, y el Movimiento Evita. Un dirigente de este sector, Fernando “Chino” Navarro, se anota para suceder a De Jesús. Esta pulseada tiene proyección porque, si cae De Jesús, se estaría cerrando el círculo sobre Scioli y su debilidad al perder totalmente el control de la Legislatura podría obligarlo a eludir cualquier movimiento que refuerce sus aspiraciones presidenciales. Por otra parte, la posibilidad de que el cristinismo convierta al ex motonauta en su candidato para el 2015 parece sencillamente inviable. Si algo tienen en claro en Olivos es que aquél jamás garantizaría la no revisión judicial de la larga lista de casos de corrupción de los últimos nueve años.
Por último, la nueva estrategia cristinista para conseguir la reforma, a partir del discurso de ayer, apuntaría a las elecciones del año que viene. Para entonces y según estos planes, se conjugaría un gran triunfo electoral del FpV junto con la amenaza del vacío de poder si Cristina no da nuevamente el paso al frente.
FUENTE:Publicado en http://site.informadorpublico.com/?p=11891
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