Restablecen la admisión temporaria de soja
La ecuación económica cierra pagando solamente los impuestos por el valor agregado en el proceso industrial dentro del país.
La producción de soja paraguaya que baja por la Hidrovía Paraguay-Paraná es de 4.5 millones de toneladas con destino a los mercados exteriores.
Al mismo tiempo, las proyecciones de producción de la soja paraguaya, boliviana y brasileña dan cuenta de un crecimiento sostenido para varios años.
Restablecer la admisión temporaria de soja y elaborarla en fábricas argentinas para reexportarla con valor agregado realizado en el país es una medida muy positiva para el complejo agroindustrial y el conjunto del país.
Mientras la capacidad de molienda de las fabricas argentinas está a 65% de su capacidad, por el menor volumen de producción y la mayor exportación de porotos a China, por la puertas de nuestras fábricas en el Río Paraná pasaba más de 4.5 millones de toneladas de soja que se producen en Paraguay para embarcar en puerto Palmira como poroto, sin ningún proceso de elaboración.
¨Por qué? Porque en la Argentina estuvo prohibida la importación -admisión temporaria -de soja del Paraguay.
Esta prohibición estaba dictada por un falso nacionalismo que profundiza el cierre de la economía y la pérdida de competitividad
de la industria nacional.
El crecimiento de la producción de grano en todas las zonas lindantes al afluente del Alto Paraná va a potenciar la necesidad de mejorar las condiciones de navegación de la Hidrovía hasta Corumbá.
Inclusive muchas producciones del NEA y el NOA van a poder abaratar su flete por medio del transporte fluvial.
Ello demandará una gran inversión en barcazas para hacer más ágil y más competitiva la salida de la producción agrícola de toda esa cuenca.
La situación actual del país no admite desaprovechar ninguna alternativa para aumentar la capacidad de transformación en nuestras fábricas, tanto de la materia prima producida en el país como de la producida en los países vecinos.
Con más razón, si dicha transformación se exporta totalmente con mano de obra argentina, lo que significa empleo local, y genera mayores recursos por exportaciones e impuestos.
Por esta razón es fundamental implementar la admisión temporaria de materias primas para elaborar en fábricas argentinas como mecanismos permanentes y complementarios de las actividades productivas tal como se realizaba hasta el 2002.
En ese año comenzaron a aplicarse derechos de exportación, que simplemente vinieron a distorsionar la liquidación de los impuestos en el caso de la soja, al importarse un producto (poroto de soja) y reexportarse dos o más subproductos (aceite y pellet).
La ecuación económica cierra pagando solamente los impuestos por el valor agregado en el proceso industrial dentro del país.
Las proyecciones de producciones de PEA (Plan Estratégico Agroindustrial y Agroalimentario) necesitan contar con un sistema de admisión temporaria ágil para abastecer la capacidad industrial porque es utópico pensar que el país produzca todos los insumos de nuestras industrias y además, en forma permanente, cuando depende de los ciclos biológicos y estacionales como son esta clase de cultivos agrícolas.
Hoy todos los países privilegian la importación de la materia prima para elaborarlas internamente.
El caso de la soja es fundamental en la política futura con China que hasta hace una década era el principal importador de aceite de soja argentina, pero achicó sus compras después de los problemas comerciales que surgieron con nosotros y terminó demandando un volumen mayor de poroto de soja para elaborarlo en sus fábricas en detrimento del aceite.
China desarrolla así una industria subsidiaria que carece de suficiente abastecimiento propio de poroto de soja.
El nuevo escenario mundial y la situación de nuestra economía exigían que más rápido que pronto necesitamos integrarnos al mundo en forma competitiva.
La importación temporaria, que viene a suplir el faltante de soja a comienzo de año para mantener el funcionamiento de las plantas industriales, es uno de los mecanismos imprescindibles para integrarnos, para darle previsibilidad y estabilidad a la industria local y para aquéllos que invierten porque creen en el país, por lo tanto corresponde celebrar dicha medida tomada por el gobierno.
Mientras la capacidad de molienda de las fabricas argentinas está a 65% de su capacidad, por el menor volumen de producción y la mayor exportación de porotos a China, por la puertas de nuestras fábricas en el Río Paraná pasaba más de 4.5 millones de toneladas de soja que se producen en Paraguay para embarcar en puerto Palmira como poroto, sin ningún proceso de elaboración.
¨Por qué? Porque en la Argentina estuvo prohibida la importación -admisión temporaria -de soja del Paraguay.
Esta prohibición estaba dictada por un falso nacionalismo que profundiza el cierre de la economía y la pérdida de competitividad
de la industria nacional.
El crecimiento de la producción de grano en todas las zonas lindantes al afluente del Alto Paraná va a potenciar la necesidad de mejorar las condiciones de navegación de la Hidrovía hasta Corumbá.
Inclusive muchas producciones del NEA y el NOA van a poder abaratar su flete por medio del transporte fluvial.
Ello demandará una gran inversión en barcazas para hacer más ágil y más competitiva la salida de la producción agrícola de toda esa cuenca.
La situación actual del país no admite desaprovechar ninguna alternativa para aumentar la capacidad de transformación en nuestras fábricas, tanto de la materia prima producida en el país como de la producida en los países vecinos.
Con más razón, si dicha transformación se exporta totalmente con mano de obra argentina, lo que significa empleo local, y genera mayores recursos por exportaciones e impuestos.
Por esta razón es fundamental implementar la admisión temporaria de materias primas para elaborar en fábricas argentinas como mecanismos permanentes y complementarios de las actividades productivas tal como se realizaba hasta el 2002.
En ese año comenzaron a aplicarse derechos de exportación, que simplemente vinieron a distorsionar la liquidación de los impuestos en el caso de la soja, al importarse un producto (poroto de soja) y reexportarse dos o más subproductos (aceite y pellet).
La ecuación económica cierra pagando solamente los impuestos por el valor agregado en el proceso industrial dentro del país.
Las proyecciones de producciones de PEA (Plan Estratégico Agroindustrial y Agroalimentario) necesitan contar con un sistema de admisión temporaria ágil para abastecer la capacidad industrial porque es utópico pensar que el país produzca todos los insumos de nuestras industrias y además, en forma permanente, cuando depende de los ciclos biológicos y estacionales como son esta clase de cultivos agrícolas.
Hoy todos los países privilegian la importación de la materia prima para elaborarlas internamente.
El caso de la soja es fundamental en la política futura con China que hasta hace una década era el principal importador de aceite de soja argentina, pero achicó sus compras después de los problemas comerciales que surgieron con nosotros y terminó demandando un volumen mayor de poroto de soja para elaborarlo en sus fábricas en detrimento del aceite.
China desarrolla así una industria subsidiaria que carece de suficiente abastecimiento propio de poroto de soja.
El nuevo escenario mundial y la situación de nuestra economía exigían que más rápido que pronto necesitamos integrarnos al mundo en forma competitiva.
La importación temporaria, que viene a suplir el faltante de soja a comienzo de año para mantener el funcionamiento de las plantas industriales, es uno de los mecanismos imprescindibles para integrarnos, para darle previsibilidad y estabilidad a la industria local y para aquéllos que invierten porque creen en el país, por lo tanto corresponde celebrar dicha medida tomada por el gobierno.
Enviado por e-mail por su autor
No hay comentarios:
Publicar un comentario