lunes, 10 de septiembre de 2012

IMG_20120828_105023.jpgEditorial
LA SALUD DE PARO 
Por María Celsa Rodríguez
Nuevamente  comienza un paro por 48 horas en el Hospital Perrando. Según explicó  el Secretario General de UPCP, José Niz, la medida  "es el resultado del desplazamiento, desfuncionalización y violación de la carrera administrativa perpetrado en dos áreas del Hospital: División de Recursos Humanos y Clínica Quirúrgica". Más allá de las razones justificables uno se plantea, por un lado el efecto lesivo que estos actos repercuten  sobre los intereses generales de los pacientes ante una huelga que los perjudican.
Y por el otro lado  si es adecuada la medida de los que deben prestar el servicio de salud y que  constituyen una mirada en balanceo  sobre la moral objetiva y la necesidad subjetiva, que afectan  los intereses de todos.

Muchas causales pesan sobre los agentes de salud cuando deciden ir a la huelga. Según Niz explicó que "sin instrumento legal alguno, se ha impedido a los agentes designados en legal forma prestar servicios normales en sus áreas asignadas como lugar de trabajo, al punto que se  ha obstaculizado la prestación normal del servicio, los que deben ser  cumplidos en virtud de resoluciones y  disposiciones internas que se encuentran plenamente vigentes".

Si bien el servicio de salud es esencial e imprescindible  y ante determinadas circunstancias  el tiempo juega en contra frente a  ciertas  patologías y urgencias que son prioritarias, en contra posición asimismo a  los reclamos laborales. Aunque luego se digan que se cubren las urgencias, el sufrimiento no entiende de paros.

Una huelga aquí afectan muchos intereses.
Observando desde el comportamiento ético en que se juzga el sentido del bien y del mal  nos dará otra lectura, dependiendo desde que óptica lo miremos.  Y así podremos ver  si la medida es justa o injusta.
Desde los agentes de salud dirán que es justa porque están reclamando un derecho que es el "desplazamiento, desfuncionalización y violación de la carrera administrativa". Los pacientes en cambio, dirán que es injusto porque están violando su  derecho a la salud, a ser atendidos, a mitigar su sufrimiento, a continuar con su tratamiento, a recibir un turno, etc.

Cuando una "crisis interna" los empujan a tomar una medida extrema,  la conciencia colectiva se oscurece de explicaciones ante el dolor y la emergencia

Porque quienes cuidan del bien mas valioso  que es  la vida y la salud de los demás, no pueden dar la espalda a todos  con los riesgos que esto conlleva por mas justificable que sean sus reclamos. Ya que en el orden de prioridades están pisando el  bien mas valorable frente a sus propios intereses.
Ellos no puede  decir a sus pacientes "lo siento estamos de paro" frente al dolor y al temor de morir  porque el enfermo no sabe que tiene y que complicaciones posteriores pueden agravar un cuadro.
 Es esta  la actitud criticable que se cuestiona en estos casos, pero  también está la necesidad de encontrar una respuesta a sus reclamos que de otro modo el gobierno parece no dar respuestas, y quedarse con los brazos cruzados y seguir como si nada pasara, tampoco es justo.
Por lo que la huelga se hace moralmente obligada aunque  los enfermos que reclaman ser atendidos y ven limitados sus derechos, son  meros espectadores de esta negociación de intereses entre gobierno y el personal del Perrando,  donde la salud es la protagonista mas maltratada.

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