Uno de los grandes problemas de Argentina, en términos económicos, es que los números no cierran. Hoy en día hay aproximadamente 8 millones de trabajadores en el sector privado que deben sostener a 20 millones de personas que reciben un cheque del Estado (entre empleo público, jubilados y planes sociales). Lo peor de todo, es que todos se quejan. Los 8 millones por los excesivos impuestos que tienen que pagar y los 20 millones, porque el dinero no les alcanza. Esto es necesario que cambie.
Para que esto suceda, debe haber personas incluidas en los 20 millones que migren al sector privado. En otras palabras, achicar el 20 y agrandar el 8. Tampoco debemos olvidar, que hay 6 millones de personas trabajando en negro, quienes también sería óptimo que puedan incorporarse al sector privado registrado. El problema es que, los incentivos no están dados para que esto suceda.
No es casualidad que Argentina se encuentre estancada hace 7 años sin lograr crecimiento de su PBI per cápita. Y más grave aún es que, al realizar un análisis histórico, el estancamiento es de carácter estructural. ¿Cuáles son los obstáculos que impiden que el sector privado pueda absorber personas del sector público y que recién planes sociales? Uno de los principales problemas es la elevada presión tributaria que tiene Argentina, que ya alcanza el 34% del PBI. Esta cifra es muy superior si se la compara con países vecinos como Colombia (24.9%), Chile (23.3%) o Perú (18.7%). ¿Por qué es alta la presión tributaria en Argentina? Esencialmente porque su gasto público también es récord, rondando el 46% del PBI. Nuevamente, muy superior al de los países vecinos mencionados, que en promedio tienen un gasto público consolidado de 25%.
Por otro lado, los costos laborales también son muy elevados, según el informe “Paying Taxes” elaborado por el Banco Mundial, Argentina paga en impuestos al trabajo en proporción a las ganancias una tasa de casi 30%, mientras que los países vecinos cobran menores impuestos al trabajo: Colombia (18.6%), Perú (11.2%) y Chile (4%).
Adicionalmente, Argentina posee problemas con la industria de los juicios laborales, los cuales no paran de incrementarse. Para tener una idea de esta tragedia, en el 2003 se iniciaban alrededor de 3.000 juicios al año. Esta cifra, se incrementó a 130.600 juicios laborales para el 2017; es decir, ¡se multiplicó por 43! En pocas palabras, si un inversor analiza poner dinero en Argentina lo primero que observará es que le cobrarán impuestos récords, si de todas maneras decide invertir, probablemente lo hará para recibir un juicio.
Por último, también vuelve menos competitivo a Argentina su baja apertura comercial. Solamente tenemos 5 acuerdos de libre comercio, mientras que Colombia tiene 10, Perú 16 y Chile 21. Siguiendo la regla, Argentina también le queda tarea en este aspecto. Su tasa de apertura comercial es de sólo el 21% del PBI frente a una tasa promedio de la región de 37% del PBI.
Argentina puede y debe comenzar a revertir la situación 8-20, pero para lograrlo es sumamente importante que comiencen a corregirse los problemas estructurales de fondo mencionados (entre otros). Las economías crecen cuando hay inversión, y todos los datos descritos anteriormente ahuyentan la inversión.
De todos los dólares que ingresaron al país desde que asumió Macri, sólo el 5% responde a la Inversión Extranjera Directa (IED). Sólo corrigiendo los problemas estructurales ingresará más IED a Argentina y ese es el camino para dejar de depender de la deuda internacional como mecanismo de financiamiento.
FUENTE: https://www.ambito.com/los-numeros-que-no-cierran-argentina-n5004358
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