Existe una inmensa mayoría de personas que ven a la inversión en bolsa como algo para los grandes millonarios. Piensan que sólo si tenés un gran capital podés realizar compra de acciones y de bonos. Un grupo al que sólo pueden acceder unos pocos y que ganan fortunas sin trabajar ni hacer nada.
Que sólo las personas más ricas de la sociedad podían realizar inversiones en el mercado de capitales quizás era cierto a comienzos del siglo pasado, pero gracias a avances tecnológicos y de la industria financiera (como la invención de los fondos comunes de inversión, los ETF y las Fintech), hoy se puede invertir desde capitales muy pequeños en carteras ampliamente diversificadas.
No, contra lo que muchos piensan, el mayor limitante para poder invertir en bolsa se encuentra en la cabeza de cada uno.
Perdé tranquilo con los dólares
En 2018, las personas que vendieron sus dólares para invertirlos en la bolsa ven que hoy tienen muchos menos dólares que antes de invertirlos.
¿Pero cómo puede ser? ¿Si compré todos bonos en dólares? ¿Acaso no era que las acciones le ganaban siempre al dólar? Son algunas de las preguntas que se hacen.
Los problemas y dificultades que están atravesando estas personas para encontrarle una explicación son muchos, y en la mayoría de los casos contribuye a cimentar prejuicios y alejarlos de la bolsa para siempre.
Es que el que se quema con leche…
Y terminan pensando que al final lo mejor es tener los dólares bajo el colchón y de esa manera estás seguro.
Grave error.
Acá hay que tener presente al menos dos cosas.
En primer lugar, cuando uno realiza una inversión, siempre existe un riesgo. Si hubiera una inversión 100% segura, nadie estaría dispuesto a pagarte un retorno por ella que le gane a la inflación.
Si pensás en poner una empresa, corrés el riesgo de irte a la quiebra. Si pensás en cambiar tu trabajo actual por uno nuevo, podés quedarte sin ambos. Si pensás en alquilar un inmueble, te puede pasar que el inquilino no te pague o tengas un problema edilicio.
La inversión en bolsa también conlleva sus riesgos.
El año pasado fue un año muy duro para los inversores, el peor desde el 2008 si miramos las caídas medidas en dólares de las acciones y bonos argentinos.
Y en segundo lugar, es un error juzgar a una inversión por sólo un año. El tener los dólares debajo del colchón habrá sido una buena inversión en 2018, pero que pasa si miramos un poco más allá. ¿Sirvió para cubrirse de la inflación?
Mirá la siguiente tabla en la que reproduzco los rendimientos año a año desde 2002 a la fecha de la inflación, el dólar y el Merval (índice de acciones argentinas):
Como podrás notar, son escasos los años en los que el dólar le ganó a la inflación (ni hablemos de ganarle al Merval).
Más allá de ver estos números, difícilmente puedas convencer a alguien que siempre invirtió en dólares de que en realidad perdió dinero y que empiece a invertir en bolsa.
Los ladrillos están ahí y nadie te los va a sacar
El segundo gran grupo de personas que no están preparados para invertir en bolsa son aquéllos que ven al inmueble como la única inversión posible.
La bolsa es una timba. Los ladrillos son tuyos y nadie te los va a sacar. Son algunas de las frases de cabecera de estas personas.
Si bien los inmuebles son una inversión mucho más rentable que sólo comprar dólares (es que comprar dólares solamente no sería considerado en el mundo como una inversión), basar tu estrategia de inversión en sólo ellos es circunscribirte a un solo sector.
Sería el equivalente a una persona que sólo comprara acciones de empresas tecnológicas o sólo bonos argentinos. Claramente si a ese sector le va mal, a vos también te va a ir mal.
Y para aquellos que fueron golpeados invirtiendo en bolsa que hoy tienen menos dólares y pensaban en pasarse al mercado inmobiliario, miren este titular del diario Clarín en base a un informe del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires:
Una fuerte caída del precio. Y muchos te dirán: bueno, pero si no los vendés en realidad no perdiste. ¡Es que lo mismo sucede con tus inversiones en bolsa! No salgas corriendo a venderlas en el peor momento.
Más allá del mal año que tuvieron los inmuebles en 2018 y del bajo retorno que actualmente tienen (los alquileres rinden aproximadamente entre un 2,5 y 3% en dólares según los estudios del sector), no quiero que malinterpretes lo que estoy queriendo decir. Nuevamente juzgar a una inversión por un solo año es un error.
Contar con una porción de tu portafolio en inmuebles puede ser aconsejable. Pero como la mayoría de las cosas en la vida, todo en su justa proporción.
Los únicos 3 requisitos para invertir en bolsa
Al principio te mencioné que la bolsa no es para todo el mundo y después te hablé de dos tipos de argentinos que difícilmente estén preparados para invertir en bolsa: los que sólo compran dólares y los que sólo invierten en inmuebles.
Sin embargo, cuando uno mira cuáles son los requisitos más importantes para invertir en bolsa podemos reducirlos a solamente dos:
• Tener capacidad de ahorro: lo cual no significa que sea una fortuna. Si podés ahorrar $1.000 por mes ya podés invertir en la bolsa.
• Tener paciencia: los árboles no crecen de la noche a la mañana, las inversiones toman su tiempo en madurar.
• Tener voluntad de aprender: no es necesario volverse un experto en finanzas, pero tenés que tomar el recaudo de entender el funcionamiento de lo que estás comprando o lo que tu asesor te está recomendado (esto es como cuando vas al médico y te indica la enfermedad que tenés, no tenés que volverte experto en esa enfermedad pero al menos poder seguir las indicaciones para su tratamiento).
Desde Contraeconomía trabajamos día a día para que cada vez más personas puedan invertir en bolsa y, al estar leyendo esta nota, seguramente seas una de esas personas de este selecto grupo que cumplen los 3 requisitos para poder invertir en bolsa.
Si cumplís estos requisitos pero aún no te animaste a empezar a invertir en bolsa, te invito a unirte a nuestro servicio Vacas Lecheras en donde ayudamos a personas que buscan dar sus primeros pasos en el mundo de las inversiones. Podés encontrar más información haciendo clic aquí.
Saludos,
Matías Daghero
Para CONTRAECONOMÍA
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