Estamos acostumbrados a asociar el arbitraje con un medio de resolución de disputas entre particulares, normalmente empresas privadas, pero como dijimos en un artículo que ya empieza a ser lejano, también puede ser un mecanismo útil para reclamaciones contra el Estado (véanse por ejemplo los arbitrajes de inversión) e incluso para reclamaciones entre estados.
Habitualmente, las disputas entre estados se resuelven por medios diplomáticos y, cuando no se puede alcanzar una solución por medios diplomáticos, se suele acudir a la solución más drástica, la guerra. Pero hay un medio intermedio, cuando se ha fracasado en la vía diplomática pero no se quiere o no se puede acudir a la guerra, y es someter la disputa a la decisión de un tercero.
Ya contamos algunos casos como el llamado laudo Alfonso XIII, pero tiene más interés actual ver que esta figura del arbitraje se sigue utilizando para resolver estos litigios entre estados, como puede ser la actual disputa entre China y Filipinas en relación con el mar de China o el mar de Filipinas, llamado de una u otra forma según quien lo llame (es curioso esto de las denominaciones: a la guerra de Vietnam, por ejemplo, en Vietnam se la conoce como la guerra de América).
En enero de 2013, la República de Filipinas registró una solicitud de arbitraje ante la Corte Permanente de Arbitraje con respecto a la disputa con China, al amparo del anexo siete de la convención de Naciones Unidas sobre Derecho del Mar.
La Corte Permanente de Arbitraje es un organismo internacional con sede en La Haya, Países Bajos, cuya finalidad consiste en la resolución de controversias internacionales mediante una jurisdicción arbitral que facilite a los estados un acceso al arbitraje.
Y China rechazó la solicitud de arbitraje por entender que esa disputa debía entenderse por medios diplomáticos y no por arbitraje. Pekín rechaza reconocer la autoridad de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya, sobre la base de que no ha aceptado nunca participar en un arbitraje empezado unilateralmente por Filipinas.
Se ha formado un tribunal arbitral en la Corte Permanente de Arbitraje para resolver esta disputa. Lo primero que ha hecho este tribunal ha sido resolver sobre su propia jurisdicción, entendiendo que China ha aceptado la jurisdicción del tribunal por medio de la convención de Naciones Unidas de Derecho del Mar.
China sostiene que le corresponde el 90% del mar de China, incluyendo el archipiélago, arrecifes y atolones conocido como Spratlys. En mayo, oficiales norteamericanos sostenían que China había construido unas 800 hectáreas adicionales, en los últimos 18 meses. Y por si faltaba algo para subir la tensión en la zona, Estados Unidos ha hecho presencia militar a través de sus barcos en la zona.
La República Popular China, Taiwán y Vietnam reivindican la totalidad del archipiélago, mientras que Malasia y Filipinas reclaman una parte. Estas cinco naciones han ocupado militarmente diversas islas como testimonio de su soberanía en la zona. Brunéi también ha ocupado algunos arrecifes del sur del archipiélago, pero no ha hecho una reclamación formal de estos.
Podría pensarse que esta reclamación está fundada en interés meramente histórico o testimonial, para hacer valer una presencia histórica que no se corresponde con el presente. Pero no, como en todos los conflictos a escala mundial, hay un interés económico detrás. Se ha publicado en 'El Mundo' que "a pesar de que no están habitadas, estas islas tienen un alto valor geoestratégico y económico, y se cree que la zona almacena una gran cantidad de recursos naturales, especialmente petróleo y gas. Sin embargo, hasta la fecha no se han podido realizar exploraciones detalladas de lo que contiene, por lo que los cálculos se han hecho en base a estimaciones extrapoladas de las riquezas minerales que poseen zonas aledañas a la del conflicto. Además de esto, sus aguas acogen un tercio del tráfico mundial marítimo y contienen importantes reservas pesqueras que proveen de alimento a poblaciones de toda la región". No es 'cherchez la femme' , es 'cherchez l'argent', y no te equivocarás. Todavía nos acordamos de la guerra de Irak, y su predecesora invasión de Kuwait.
Y ahora, la Corte Permanente de Arbitraje, que decida. Sin presión. Pero no está la zona para añadir más conflictos a los que ya existen. Y si no, que miren a Corea del Norte.
FUENTE: http://blogs.elconfidencial.com/economia/arbitrando-que-es-gerundio/2016-02-10/arbitraje-china-vs-filipinas_1149517/?utm_source=www.elconfidencial.com&utm_medium=email&utm_campaign=Boletines+ElConfi
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