miércoles, 13 de enero de 2016

Muchachos...basta de plaza de mayo, mejor trabajen por la gente que los necesita...

Por Ricardo Bustos 
Este párrafo no es nuevo, pero lamentablemente tiene vigencia: Mientras en el mundo entero la mitad de la población se "ocupa" cada día en preparar el menú de alimentos que llevarán a su mesa, la otra mitad está "preocupada" intentando conseguir esa misma comida, aunque sea en menor dosis, para paliar el hambre que los persigue, llevándolos en muchos casos a condiciones de "hambruna", horror reconocido por las propias instituciones internacionales que se deberían ocupar para que ello no ocurra, ya que todo indica que los genios de las estadísticas, sólo están para sacar cuentas de cuántos somos, qué comemos, dónde vivimos, cuántos nacemos, pero ninguno nos dice... "cómo solucionamos el problema inmediato que es el hambre... nada menos".
Está tan alejado de la realidad cotidiana de los gobernantes este fenómeno que pone en tela de juicio las estructuras y los mecanismos financieros, monetarios, productivos y comerciales, en su gran mayoría cómplices de la política encargada de fabricar bolsones de desnutrición y pobreza, para seguir sometiendo a la gente pobre por un mísero voto. Nos mienten cuando dicen que no hay alimentos para todo el mundo y por ello al racionar los mismos, se produce el "desbalance" entre pobres y ricos, cuando la realidad es que, no dejan producir para que los precios se mantengan elevados y las potencias económicas puedan continuar llenando sus arcas con las necesidades de los pueblos.
Es cierto que los beneficios del progreso están llegando para solucionar muchos de los problemas, generalmente vinculados a la salud con la nueva tecnología, pero de nada sirve si una vez que lo curan, después no lo alimentan y sólo beneficia a un sector de los humanos, aunque aún así todos los días y por causas ligadas a la pobreza, continúan muriendo miles de personas por no ser atendidas en tiempo y forma, a pesar de contar con los medios para hacerlo.
Lamentablemente el último informe presentado por la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación) no muestra ninguna mejora en los últimos años.
Quizá haya llegado la hora de imitar a los países asiáticos como China, que ha logrado la disminución en 45 millones de pobres y desnutridos del sistema, alejándolos del riesgo, aunque lamentablemente esa misma cantidad aumentó en países del Africa, al sur del Sahara, elevándose de 69 a 206 millones de hambrientos, en apenas diez años... Estamos hablando de seres humanos. Con ironía, pero todo indica que van sacándose de encima la pobreza unos para enviárselas a otros.
La verdad es que cuando vemos que los gobernantes de turno se reúnen en la ONU, OEA, OTAN, MERCOSUR, ALCA, ALBA, UNASUR, todas organizaciones vacías de contenido, con semejante gasto en infraestructura, embajadores, representantes, traslados, agasajos y cuanta estupidez humana que los hace alejar de la realidad, nos produce cierta sensación de bronca e impotencia, pues sabemos que eso... no sirve para nada si no se aplican las medidas correctas a la hora de salvar a la humanidad del flagelo del hambre... hambre que también viene acompañado del analfabetismo, cuyo crecimiento se ha duplicado en la última década. Párrafo aparte para los descendientes de niñas embarazadas que no tienen el grado de nutrición y control suficiente durante la gestación.
Es también una cuestión de género y ha llegado la hora de que los hombres nos pongamos los pantalones, aceptando la realidad tal cual se presenta, pues comprobado está que son las mujeres quienes en cualquier lugar del planeta, ante la necesidad de alimentar a sus hijos, salen en la búsqueda de comida a trabajar o, en el peor de los casos, «mendigar», para que sus retoños al menos tengan algo para subsistir. Me llama mucho la atención que ante el crecimiento vertiginoso de las mujeres al frente de Poderes Ejecutivos o Legislativos no hagan hincapié en este triste detalle.
Nuestra Argentina no está fuera del mundo y por más que intenten hacernos creer que estamos mejor que otras naciones, la verdad está muy distante y no podemos aceptar ese mensaje, pues a un país que le va como «la mona» en la mayoría de sus actos institucionales y políticos, es muy difícil que le vaya bien a su pueblo. Quizá ahora que los aplaudidores obsecuentes van desapareciendo o se borran lentamente se tome en serio el informe lapidario de la organizaciones internacionales encargadas de medir los índices que nos ubican en este lugar:... "con un 0,65 % de la población mundial, Argentina produce el 1,61% de la carne y 1,51% de los cereales que se consumen en el mundo, sin embargo en esta misma Argentina, hay NUEVE MILLONES DE NIÑOS y ABUELOS QUE PASAN HAMBRE y de nada sirven los plazos fijos de millones de dólares en manos de corruptos políticos porque a este paso no van a poder caminar por ningún lado sin ser escrachados y en el mejor de los casos humillados por la voz del mismo pueblo que una vez votó por ellos.
En un país cuyas calles están cada vez más pobladas de niños pidiendo día y noche "una moneda o algo para comer", de carros tirados con caballos, cartoneros, colectas para comprar medicamentos, Kioscos que venden "lo que no deben vender" porque el Estado se encuentra ausente y para no extendernos tanto, un país que tiene más "comedores comunitarios y escolares" que Escuelas y Hospitales o salas de primeros auxilios, no pueden sus dirigentes darse el gusto de opinar sobre las condiciones de vida de sus habitantes, aunque ahora han encontrado una cruel manera de sacarse el problema de encima, acusando a los que se encuentran en una situación económica un poco mejor, por tener un trabajo estable y permanecer dentro del circuito , de no ser solidarios con los más pobres, enfrentando de esa manera al pueblo en una lucha inútil de clases que en nada contribuyen a solucionar los problemas de fondo provocados por la misma clase política, egoísta y soberbia, que no tiene la más mínima intención de aplicar medidas conducentes para solucionar y borrar el flagelo del HAMBRE en grandes y chicos, a quienes no pueden ver de cerca porque desde los aviones, helicópteros o vehículos con vidrios polarizados, les resulta difícil reconocer que existen.
Muchos son los "Carlitos" que trabajaban en la bicicletería de Rolando y hoy llevan el "auto de alta gama" para hacer el service en la Concesionaria, pero ignoran que la vida es como el agua de lluvia...sube por el vapor y cae con mucha mas fuerza.
Sabíamos que el corazón es un músculo, pero ahora nos estamos enterando que también los hay de piedra.
Hoy la gente no quiere pensar tanto en el pasado, pero tampoco se conforma con "chicha o limonada", oficialismo y oposición se enfrentan todos los días y Argentina necesita calmar las aguas, bajar un cambio y tratar por todos los medios de buscar el camino que nos saque de esta angustiosa situación, aunque lamentablemente eso no está ocurriendo.
"Un hombre de estado es el que pasa la mitad de su vida haciendo leyes, y la otra mitad ayudando a sus amigos a no cumplirlas". Noel Clarasó.
Ricardo Bustos - Locutor Nacional - Comunicador  - Capioví - Misiones
ENVIADO POR SU AUTOR

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