sábado, 27 de agosto de 2016

Mi enfoque para elegir bancos, en acción

No hay nada dicho a la hora de elegir los mejores activos. Hay varios métodos que, según el analista, resultan los indicados.
En mi caso, el enfoque que va desde lo general a lo particular —top-down— es mi favorito cuando busco inversiones. Para esto, miro cómo las cuestiones de la macroeconomía impactan en la realidad de los distintos sectores.
Así, si un rubro de empresas tiene el viento a favor de la macro, esto ya es un indicio para indagar más en profundidad dentro del puñado de acciones que el sector en cuestión tenga en la bolsa.

Esta metodología top-down es la que desarrollo en Revancha Argentina, el servicio de recomendaciones locales de inversión que tengo a cargo —y con el que los suscriptores ganaron hasta 160% en 10 meses—.
Hoy, concretamente, quisiera mostrarte este enfoque aplicado a un sector clave de la economía y del mercado bursátil: los bancos.
Una oportunidad desde la macro
El panorama macro lo podemos ver claramente en el siguiente gráfico, que pone en perspectiva la realidad del sector bancario argentino frente a otros países del mundo.

El gráfico, correspondiente al último Informe de Estabilidad Financiera publicado por el Banco Central (BCRA), retrata una situación crítica: nuestro país tiene muy baja penetración del crédito al sector privado sobre el PIB.
En términos más simples, Argentina tiene un pobre nivel de préstamos en relación con lo que produce anualmente.
Los bancos locales prestan a empresas y familias una cifra equivalente al 12% del PIB. Este dato está debajo de la “línea del mar” de la región. En América Latina, la relación es de 51,6%.
La posición de Argentina queda más rezagada si vemos el peso del crédito privado en otras economías emergentes (promedio de 89,6%). Y la diferencia se vuelve abismal si la comparación la efectuamos con los países desarrollados, donde la penetración crediticia promedia el 141,9% del producto.
Con estos números, parecería que los bancos argentinos están condenados al ostracismo…
Sin embargo, donde muchos ven calamidad, desde Inversor Global, vemos una oportunidad para la expansión del crédito desde lo macroeconómico. Específicamente, la inflación está en baja y se vislumbran señales de crecimiento.
Lo que el gráfico anterior muestra es una foto producida por muchos años de inflación. Como este flagelo acorta los horizontes temporales, los ahorristas hacen depósitos a muy corto plazo. En consecuencia, los bancos, al no efectuar un correcto “calce de plazos”, no tienen la posibilidad de prestar a largo plazo.
A diferencia del pasado, hoy el Banco Central tiene una activa política antiinflacionaria. A través del esquema de metas de inflación, el BCRA hace una sintonía fina con la tasa de interés para cumplir con sus cometidos. Esto es lo que vimos desde diciembre pasado con los cambios de rendimientos de las Letras del Banco Central (Lebac).
Después de saltos discretos de los precios (originados por la salida del cepo cambiario y el reacomodamiento tarifario), la inflación de julio fue la más baja en 3 meses y muestra signos de estabilidad. El reflejo de esto ya se está viendo en expectativas de inflación de 25% para los próximos 12 meses.
Por otra parte, hay bastante consenso de que lo peor de la recesión ya lo vemos por el espejo retrovisor. Por mencionar un ejemplo, el Índice Construya —que aglutina la actividad de las empresas líderes de la construcción— ya lleva 3 meses de alza con una recuperación del 13,4% desde el piso de abril.
Asimismo, aparecen otros “drivers” que van a mover la rueda de la actividad. Uno de ellos es la marcha atrás del aumento tarifario, la cual va a traer una mejora en el poder de compra del consumo en el corto plazo. El otro factor dinamizador es la obra pública y el derrame hacia otros rubros.
Así, la macroeconomía muestra señales beneficiosas para los bancos por el lado de una menor inflación (favorece la intermediación financiera) y de una recuperación hacia el último trimestre del año (apuntala el consumo y los préstamos).
Entonces hay potencial en bancos. Pero, ¿cómo elegir los mejores?
Dos indicadores fundamentales para elegir acciones bancarias
Antes de profundizar en los fundamentos, nos vamos a detener en los balances. Tras la presentación de resultados del segundo trimestre (y del primer semestre) el sector bancario fue el que se mostró más sólido.
Este logro estuvo cimentado en la capacidad de adaptación de las entidades bancarias. Lo que no pudieron ganar con expansión de líneas de financiación, lo obtuvieron con resultados positivos en inversiones en títulos públicos y Lebac. Esto trajo mejoras en el margen financiero (ingresos menos egresos) y en el resultado neto.
No obstante, la realidad es bastante heterogénea dentro del grupo de bancos. Por eso, los inversores que ven con buenos ojos este tipo de entidades tienen que considerar alguna medida depuradora. Es decir, tienen que hacer, como mínimo, un análisis de valuación y rentabilidad de las acciones bancarias.
Para filtrar las mejores acciones, existen dos medidas útiles que combinan información de los balances y del mercado: Precio-Ganancias por acción (Price-Earnings o P/E) y la Rentabilidad sobre Patrimonio Neto (Return-On-Equity o ROE).
Por un lado, el P/E indica cuántos años de ganancias hacen falta para recuperar el precio actual de una acción. Supone que el nivel de ganancias de los últimos 12 meses se mantiene contante y que los resultados se distribuyen 100% en dividendos. Cuanto menor sea el P/E, más “barato” es un papel frente a acciones similares.
En cuanto a la rentabilidad, el ROE es simplemente la división entre la ganancia neta y el capital propio de una compañía. Es decir, se trata de un porcentaje que dice cuánto generó cada peso invertido por los accionistas. A mayor ROE, más rentable y atractiva es la empresa.
De esta manera, las mejores acciones bancarias deben tener, preferentemente, bajo P/E y alto ROE.
El siguiente gráfico resume la situación de los bancos de hoy según P/E y ROE.

El cuadrante inferior derecho es el que tiene los ROE más elevados y los P/E más bajos. Con esta línea de análisis, Banco Macro (BMA), Banco Patagonia (BPAT) y Grupo Galicia (GGAL) muestran las mejores configuraciones de rentabilidad y valuación. En cambio, acciones como Banco Hipotecario (BHIP) y Grupo Supervielle (SUPV) tienen combinaciones que las hacen caras y/o poco rentables.
En suma, con señales macroeconómicas favorables las acciones bancarias son ese tipo de activos que no pueden faltar en tu portafolio. Para elegir lo mejor del sector, te recomiendo que incorpores en el análisis medidas de valuación y rentabilidad que, aunque toman como insumo información pasada, te dan un buen pantallazo actual.
Por una nueva inversión exitosa,
Nery Persichini.  Desde Inversor Global

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