Director Ejecutivo, Fundación Atlas para una Sociedad Libre
Es llamativa la pérdida de valor del peso, la moneda argentina, durante los dos mandatos de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015). En los ocho años del llamado “cristinismo”, el “dólar convertibilidad” (relación entre la base monetaria y las reservas internacionales) pasó de 2,08 pesos a 21,68. Estos datos se concluyen a partir de los “optimistas” datos oficiales del Banco Central de la República Argentina, que –según diversos estudios- sobreaprecian los volumenes de las reservas internacionales de la Argentina.
Los mencionados números muestran una multiplicación por más de 10 veces del valor del “dólar convertibilidad” respecto del peso en la era CFK, consecuencia de las políticas económicas y monetarias implementadas, así como de la falta de autonomía del Banco Central. Llamativamente, los datos muestran una mayor calma en materia inflacionaria durante el mandato de Néstor Kirchner. El análisis de los números señala que el gran “disparo” del valor del “dólar convertibilidad” se produce específicamente tras el fallecimiento de Néstor Kirchner (octubre 2011).Hasta ese momento (10/2011, apenas CUATRO años atrás), este “dólar convertibilidad” se encontraba en 2,69 pesos. A partir de allí, se produjo una gran pérdida de valor del peso respecto del dólar que coincide claramente con el descontrol de la política monetaria y cambiaria del segundo mandato de Cristina Fernández: vemos que CFK inicia su segundo mandato (12/2011) con un “dólar convertibilidad” de 4,40 pesos por dólar y se encuentra finalizando este ciclo en un nivel de 21,68 pesos por dólar, como hemos señalado.
Parece muy claro el desmanejo y la falta de autonomía del Banco Central respecto del Poder Ejecutivo. Los conflictos entre Cristina Kirchner -quien impuso su cuestionable política monetaria sobre el Central- y quien fuera presidente de la autoridad monetaria, Martín Redrado, resultaron el prólogo de la gestión de Mercedes Marcó del Pont. Como señalamos en la columna “Las reservas perdidas por Marcó del Pont” (Infobae, 20 de noviembre, 2013) durante los menos de tres años de su administración (iniciados en febrero del 2010), las reservas internacionales del “Central” cayeron de 47.959 millones de dólares a 33.232 en octubre 2013, lo cual equivale a una pérdida de 14.727 millones.
Para finalizar, debemos repetir que el análisis realizado se ha basado en números muy optimistas, ya que tomamos en cuenta las cuestionadas reservas internacionales mostradas en los números oficiales.
El Banco Central ha sido manejado como un ministerio más durante la “era CFK”. La evidencia y los números así lo acreditan. Son los ciudadanos quienes, a partir de la pérdida de valor de la moneda, pagan las consecuencias de tan nefasto comportamiento. Nos encontramos ante la oportunidad de respetar la autarquía del BCRA como un instrumento fundamental en la defensa del poder de compra de los ciudadanos.
Los mencionados números muestran una multiplicación por más de 10 veces del valor del “dólar convertibilidad” respecto del peso en la era CFK, consecuencia de las políticas económicas y monetarias implementadas, así como de la falta de autonomía del Banco Central. Llamativamente, los datos muestran una mayor calma en materia inflacionaria durante el mandato de Néstor Kirchner. El análisis de los números señala que el gran “disparo” del valor del “dólar convertibilidad” se produce específicamente tras el fallecimiento de Néstor Kirchner (octubre 2011).Hasta ese momento (10/2011, apenas CUATRO años atrás), este “dólar convertibilidad” se encontraba en 2,69 pesos. A partir de allí, se produjo una gran pérdida de valor del peso respecto del dólar que coincide claramente con el descontrol de la política monetaria y cambiaria del segundo mandato de Cristina Fernández: vemos que CFK inicia su segundo mandato (12/2011) con un “dólar convertibilidad” de 4,40 pesos por dólar y se encuentra finalizando este ciclo en un nivel de 21,68 pesos por dólar, como hemos señalado.
El contraste entre la contención forzada del tipo de cambio oficial en niveles cercanos a 9,70 pesos por dólar, y la negada inflación –que en los últimos años osciló entre 35 y 25 por ciento- genera un efecto asfixia sobre los sectores productivos, especialmente en aquellos vinculados al comercio exterior. Lo sucedido con el sector sojero (representativo de uno de cada cuatro dólares que el país exporta) es una ejemplo de esta situación: en el caso de concretarse una exportación de soja, el exportador recibe un dólar oficial cercano a 9,70 pesos al cual debe restarle un 35 por ciento en concepto de retenciones (impuestos a las exportaciones), con lo cual recibe un monto cercano 6,3 pesos por dólar. Y si quisiera hacerse de moneda extranjera recurriendo al mercado informal (o “blue”), debería pagar cerca de 15 pesos. Es evidente el efecto que esta situación genera sobre las economías regionales del país, así como en la nación entera. En este contexto, la caída de las exportaciones y las importaciones desde el 2011 ha sido superior al 25% por ciento. El “corralito cambiario” generó una distancia superior al cien por ciento entre el “dólar convertibilidad” e inaccesible “dólar oficial”.
El “dólar convertibilidad” en la era K
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Fecha
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Base monetaria
(en millones de pesos)
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Reservas internacionales "oficiales" del BCRA (millones de dólares)
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"Dólar convertibilidad"
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Asunción Néstor Kirchner
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25/05/2003
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33749
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11048
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3,05
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Fin de mandato de N. Kirchner / Asunción Cristina Fernández de Kirchner (CFK)
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10/12/2007
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94797
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45566
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2,08
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Fallecimiento de N. Kirchner
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26/10/2011
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139953
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51863
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2,69
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Inicio de segundo mandato de CFK
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12/12/2011
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204297
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46443
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4,40
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Fin del segundo mandato de CFK
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26/11/2015
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558481
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25761
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21,68
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Fuente: Elaboración propia y Fundación Atlas para una Sociedad Libre en base a datos del BCRA.
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Para finalizar, debemos repetir que el análisis realizado se ha basado en números muy optimistas, ya que tomamos en cuenta las cuestionadas reservas internacionales mostradas en los números oficiales.
El Banco Central ha sido manejado como un ministerio más durante la “era CFK”. La evidencia y los números así lo acreditan. Son los ciudadanos quienes, a partir de la pérdida de valor de la moneda, pagan las consecuencias de tan nefasto comportamiento. Nos encontramos ante la oportunidad de respetar la autarquía del BCRA como un instrumento fundamental en la defensa del poder de compra de los ciudadanos.
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