Brasil es la sexta potencia económica global por tamaño de su Producto Bruto Interno (PBI). Durante la primera década de este siglo, ha sido el alumno ejemplar a imitar y seguir. Un sostenido crecimiento económico, con tasas que llegaron hasta el 7% anual, generó un proceso social ascendente muy importante.
Muchas personas que se encontraban en el estrato económico más bajo pudieron dar el salto hacia la clase media, permitiéndose nuevos patrones de consumo que retroalimentaban el crecimiento.
Sin embargo, hace un par de años, todo comenzó a cambiar. Los desequilibrios fiscales hicieron tambalear la credibilidad y confianza del consumidor, al tiempo que la caída de los precios de los commodities agrícolas fue una de las peores noticias para la administración de Dilma Rousseff.
La actividad industrial comenzó a caer, las exportaciones perdieron dinámica expansiva y, para colmo de males, la inflación comenzó a ser un problema nuevamente. Esto llevó al Banco Central a subir bruscamente la tasa de interés, generando mayores problemas para el consumo.
Los inversores comenzaron a huir de los activos financieros brasileños, presionando sobre el valor de la moneda doméstica, la cual pasó de BR$ 2,20 a BR$ 3,80 por dólar en los últimos 24 meses.
Hoy, las expectativas con Brasil son extremadamente negativas en términos económicos, pero también en el plano político.
Durante esta semana, estuvimos con parte del equipo de Inversor Global en San Pablo para intercambiar ideas de inversión con nuestros pares brasileños y socios estadounidenses.
Precisamente, durante nuestra estadía, se conoció que la Cámara de Diputados de ese país dio vía libre para iniciar unimpeachment (juicio político) a la presidenta Dilma por mal manejo de los fondos públicos.
Esto fue tomado positivo por el mercado, donde las acciones y los bonos brasileños reflejaron importantes subas.
“Esto puede ser un punto de inflexión para las acciones”, me comentó uno de los analistas de ese país. “Hay un alta chance de que Dilma será expulsada de su cargo en un período menor a 1 año”, puntualizó.
Sin dudas que se trata de una noticia fuerte, no solo para nuestro país vecino, sino para la región en general. La magnitud de la noticia es tan importante como la que aconteció el 22 de noviembre último con la victoria de Mauricio Macri en las elecciones presidenciales de nuestro país.
Pero, ¿cómo sigue la película? ¿Es un buen momento o no para invertir en el Bovespa…?
Analicemos…
Por qué me gusta Brasil…
Cualquier plana principal de los diarios brasileños muestra una cantidad sinfín de noticias negativas en torno al estado actual de la economía actual.
También hay una marcada preocupación en la población en general. El desánimo es fuerte y muchos ven con incertidumbre el futuro inmediato.
El cocktail de alta inflación, recesión económica, devaluación y debilidad política me hace acordar mucho a la Argentina de comienzos de 2013. Allí pudimos presenciar el comienzo del fin del kirchnerismo, sobre todo luego de la derrota en las elecciones legislativas de ese año.
Por ese entonces no se vislumbraba esperanzas. El mercado bursátil estaba en una situación terminal y los inversores no querían saber nada sobre activos locales. Sin embargo, desde ahí hasta la fecha, el índice bursátil argentino, Merval, subió un 329%. Nada mal, ¿no?
La pregunta a continuación que hay que hacerse es acerca de si el Bovespa puede repetir el mismo recorrido que su par argentino. No es una relación lineal, pero hay grandes chances de que esto suceda.
Muchas de las malas noticias de la economía brasileña se encuentran incorporadas en los precios de los activos. Mientras que la bolsa argentina voló, literalmente, en los últimos tres años, el Bovespa brasileño retrocedió un 23%.
La devaluación que tuvo lugar en Brasil en los últimos 24 meses lo está volviendo extremadamente competitivo. No solo en lo relativo a sus exportaciones, sino también en la capacidad de recepción de turismo internacional que ese país puede lograr.
Por ejemplo, comer un delicioso plato de carne en uno de los lugares más ostentosos de San Pablo cuesta tan solo unos US$ 25. Y no me lo han contado, sino que lo he comprobado en vivo y en directo. El restaurante en cuestión se llama Figueira Rubaiyat, y es mundialmente conocido por su aparición en un capítulo de Los Simpsons
Más allá de esta particularidad, lo que podemos ver es que mucho trabajo sucio para sembrar las bases de la recuperación económica se está llevando a cabo en estos turbulentos tiempos.
Sé que cuando todo luce tan negativo, los miedos a invertir se apoderan y llevan a paralizar al inversor. Pero si usted tiene el temple necesario de soportar la volatilidad que está por venir, entonces puede estar comprando acciones brasileñas a un precio realmente muy atractivo.
Publicado en Inversor Global - newsletter semanal - enviado por mail
Muchas personas que se encontraban en el estrato económico más bajo pudieron dar el salto hacia la clase media, permitiéndose nuevos patrones de consumo que retroalimentaban el crecimiento.
Sin embargo, hace un par de años, todo comenzó a cambiar. Los desequilibrios fiscales hicieron tambalear la credibilidad y confianza del consumidor, al tiempo que la caída de los precios de los commodities agrícolas fue una de las peores noticias para la administración de Dilma Rousseff.
La actividad industrial comenzó a caer, las exportaciones perdieron dinámica expansiva y, para colmo de males, la inflación comenzó a ser un problema nuevamente. Esto llevó al Banco Central a subir bruscamente la tasa de interés, generando mayores problemas para el consumo.
Los inversores comenzaron a huir de los activos financieros brasileños, presionando sobre el valor de la moneda doméstica, la cual pasó de BR$ 2,20 a BR$ 3,80 por dólar en los últimos 24 meses.
Hoy, las expectativas con Brasil son extremadamente negativas en términos económicos, pero también en el plano político.
Durante esta semana, estuvimos con parte del equipo de Inversor Global en San Pablo para intercambiar ideas de inversión con nuestros pares brasileños y socios estadounidenses.
Precisamente, durante nuestra estadía, se conoció que la Cámara de Diputados de ese país dio vía libre para iniciar unimpeachment (juicio político) a la presidenta Dilma por mal manejo de los fondos públicos.
Esto fue tomado positivo por el mercado, donde las acciones y los bonos brasileños reflejaron importantes subas.
“Esto puede ser un punto de inflexión para las acciones”, me comentó uno de los analistas de ese país. “Hay un alta chance de que Dilma será expulsada de su cargo en un período menor a 1 año”, puntualizó.
Sin dudas que se trata de una noticia fuerte, no solo para nuestro país vecino, sino para la región en general. La magnitud de la noticia es tan importante como la que aconteció el 22 de noviembre último con la victoria de Mauricio Macri en las elecciones presidenciales de nuestro país.
Pero, ¿cómo sigue la película? ¿Es un buen momento o no para invertir en el Bovespa…?
Analicemos…
Por qué me gusta Brasil…
Cualquier plana principal de los diarios brasileños muestra una cantidad sinfín de noticias negativas en torno al estado actual de la economía actual.
También hay una marcada preocupación en la población en general. El desánimo es fuerte y muchos ven con incertidumbre el futuro inmediato.
El cocktail de alta inflación, recesión económica, devaluación y debilidad política me hace acordar mucho a la Argentina de comienzos de 2013. Allí pudimos presenciar el comienzo del fin del kirchnerismo, sobre todo luego de la derrota en las elecciones legislativas de ese año.
Por ese entonces no se vislumbraba esperanzas. El mercado bursátil estaba en una situación terminal y los inversores no querían saber nada sobre activos locales. Sin embargo, desde ahí hasta la fecha, el índice bursátil argentino, Merval, subió un 329%. Nada mal, ¿no?
La pregunta a continuación que hay que hacerse es acerca de si el Bovespa puede repetir el mismo recorrido que su par argentino. No es una relación lineal, pero hay grandes chances de que esto suceda.
Muchas de las malas noticias de la economía brasileña se encuentran incorporadas en los precios de los activos. Mientras que la bolsa argentina voló, literalmente, en los últimos tres años, el Bovespa brasileño retrocedió un 23%.
La devaluación que tuvo lugar en Brasil en los últimos 24 meses lo está volviendo extremadamente competitivo. No solo en lo relativo a sus exportaciones, sino también en la capacidad de recepción de turismo internacional que ese país puede lograr.
Por ejemplo, comer un delicioso plato de carne en uno de los lugares más ostentosos de San Pablo cuesta tan solo unos US$ 25. Y no me lo han contado, sino que lo he comprobado en vivo y en directo. El restaurante en cuestión se llama Figueira Rubaiyat, y es mundialmente conocido por su aparición en un capítulo de Los Simpsons
Más allá de esta particularidad, lo que podemos ver es que mucho trabajo sucio para sembrar las bases de la recuperación económica se está llevando a cabo en estos turbulentos tiempos.
Sé que cuando todo luce tan negativo, los miedos a invertir se apoderan y llevan a paralizar al inversor. Pero si usted tiene el temple necesario de soportar la volatilidad que está por venir, entonces puede estar comprando acciones brasileñas a un precio realmente muy atractivo.
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