Las criptomonedas fueron golpeadas después de que Jamie Dimon -CEO de JPMorgan Chase, un banco que genera miles de millones del sistema de dinero falso de hoy- dijo que Bitcoin era un “fraude”.
Bitcoin - la principal criptomoneda por valor de mercado – se desplomó a USD 3.143, cerca de 36% más bajo que su máximo histórico de USD 4.911, el 1 de septiembre de este año. Luego recuperó algo de la pérdida.
Por otro lado, el presidente Trump les clavó otro cuchillo a los republicanos. De acuerdo con informes de prensa, no solo accedió a darles refugio a los “soñadores”, sino también a olvidarse de la construcción de “El Muro”.
Y la deuda pública de Estados Unidos superó los USD 20 billones... gracias a la suspensión del techo de deuda de la semana pasada.
Prosperidad Aparente
Nuestra hipótesis es simple: el dinero real representa recursos reales.
El dinero falso - como el crédito creado por la Fed – es un papel falsificado; no hay nada detrás de él.
Si inundar de dinero falso la economía generara prosperidad, Zimbabue sería el país más rico de la tierra.
El país africano imprimió millones de dólares de Zimbabue para estimular la economía. Entonces, cuando no quedaba nadie con dinero real... y no quedaba nada para comprar con él... los gobernantes del país se rindieron. Trajeron dólares de los Estados Unidos.
Cuando Gideon Gono, gobernador del banco central de Zimbabue, fue criticado por economistas extranjeros por su papel en este desastre, tuvo una buena respuesta: “Oigan, yo no hice nada que no estén haciendo ustedes”.
Tenía razón. Pero lo que Gono hizo rápido, Janet Yellen, Mario Draghi, y otros lo están haciendo ahora en cámara lenta.
Cualquier auge -rápido o lento, grande o pequeño- financiado con dinero falso debe eventualmente pincharse. Y cada dólar de aparente “prosperidad” forjada por el dinero falsificado, debe volver al lugar de donde vino.
Los economistas clásicos de los siglos XVIII y XIX demostraron por qué esto era así. La demostración tiende a ser más larga y más tediosa de lo que podemos extendernos aquí.
Así que mejor recurrimos a una prueba intuitiva. Pretendes ser rico; una modelo rusa se casa contigo. Luego descubre que no tienes dinero; ¿cómo es probable que funcione?
Un pequeño 2008
Este año, la deuda total de los hogares en los EE.UU. se elevó a USD 12,7 billones - superando su máximo de 2008.
Esa es la cantidad de cosas consumidas, tarjetas de crédito llevadas al límite, y vacaciones disfrutadas a un crédito por encima de los ahorros totales.
Usted puede decir, “Bueno, ¿y qué? Somos capaces de llevar la deuda. Estamos bien hasta ahora”.
Nuestro abuelo, que vivió durante la Gran Depresión, solía bromear al respecto. Dijo que estaba en el piso 11 del primer edificio del National Bank de Baltimore, en 1931, cuando vio a alguien a través de la ventana que acababa de saltar del techo.
“Estoy bien hasta ahora”, gritó el hombre.
Y sí... estamos bien por ahora. Podemos tolerar la deuda.
Pero mira lo que sucede: los salarios de hoy y los precios de los activos, de los que dependemos para cargar con esa deuda, dependen ellos mismos del aumento de la deuda.
Es decir, como vimos ayer, el consumidor típico tiene que seguir prestando. Si se detiene, las ventas bajarán... las ganancias bajarán... los salarios bajarán...
Y llegará un momento en que será imposible pagar los intereses sobre el nivel actual de la deuda.
En otras palabras, no hay tal cosa como un crecimiento estable alimentado por deuda. En cambio, es el auge y luego la recesión. No hay estabilidad. Usted está tomando más deuda para mantener la burbuja de la deuda inflada...
Y el globo está comenzando a perder impulso.
Y lo que hace que el mundo financiero de hoy sea tan emocionante es todo el impulso que se puede perder - USD 13 billones solo en Estados Unidos.
Entonces... ¿qué va a suceder?
El Índice Catástrofe
Nos dirigimos al departamento de investigación de Bonner & Partners, dirigido por Joe Withrow, para que nos diga cómo viene nuestro indicador más relevante:
El índice Catástrofe –que mide la posibilidad de una catástrofe financiera- está todavía en una lectura de 7 - nuestro nivel de “advertencia extrema” - al entrar en el último mes del tercer trimestre.
El crecimiento del crédito está justo por encima de negativo... pero menos del 1%. Las rebajas de los bonos corporativos continúan superando a las mejoras. La valoración de las acciones sigue creciendo. La deuda apalancada continúa creciendo.
Sin embargo, el Índice de Manufactura ISM - un indicador clave de la salud del sector manufacturero - sigue manteniéndose fuerte. Y los bonos basura se niegan a romper.
Pero recuerde, nuestras pruebas se basan en datos trimestrales. Cualquier oscilación importante este mes podría empujar el Índice Catástrofe a un nivel de 8 - señalando un retorno de la vieja bandera de Alerta de Choque. Hasta entonces, seguimos siendo extremadamente cautelosos...
Solemos usar nuestra Alerta de Choque por instinto. Después de tantos años de ver el mercado de valores, pensamos que habíamos desarrollado un sexto sentido para cuando se estaba preparando para colapsar.
¡Y a veces tuvimos razón! A finales de la década de 1990, por ejemplo. Y otra vez en 2008.
Pero a veces también estuvimos equivocados.
Desde 2009, vimos una Alerta de Choque en numerosas ocasiones... ¡Y aún no pasó nada!
Así que dejamos abandonado el indicador. Quedó fuera en el jardín, blanqueándose por el sol y mojándose con la lluvia.
Pero ahora, nuestro índice Catástrofe está a una fracción de puntos de su nivel crítico...
Estamos listos, Joe. Cuéntanos cuándo levantar la bandera.
Saludos,
Bill Bonner
Para CONTRAECONOMÍA
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