Pese a que los correos del mundo tienden a sistematizar y tercerizar sus actividades para ganar en eficiencia, el Correo Argentino ha hecho todo lo contrario. Desde que está bajo la órbita del Estado Nacional, su planta de personal creció exponencialmente hasta llegar a los 17 mil empleados. Sin embargo, esta cifra no es definitiva. Según documentos a los que accedieron los autores de este informe, desde el desembarco de La Cámpora en el Correo en el 2012 y hasta la fecha, se gastaron $623 millones en contratación de personal eventual adicional, una categoría que los excluye de los beneficios de estabilidad laboral y prestaciones que gozan los empleados de planta.
Lugalu SA, la empresa del filósofo empresario Páez Canosa |
No existen documentos públicos que permitan saber con exactitud la cantidad de empleados eventuales que trabajan en el Correo. Desde la empresa informan, por ejemplo, que Bayton recibió 385 millones de pesos desde el 2010 hasta octubre del 2014. “Los negocios de personal eventual se renuevan año tras año. Habría que preguntarle a los muchachos del sindicato, que son tan puntillosos con algunas cosas, qué tareas están haciendo estas personas y, fundamentalmente, saber para qué las contratan”, indicó un trabajador de la empresa. No es un dato menor que Carlos Rossi, anteriormente secretario general adjunto del gremio telepostal Foecop, dejó su cargo en el sindicato para ser nombrado Vicepresidente Segundo cuando la empresa pasó a ser estatal.
El Correo mantiene jugosos contratos con empresas sin ningún tipo de antecedentes en su rubro. Es el caso de Lugalu SA, que fue elegida en julio de 2013, un año después de su constitución, para atender problemas informáticos en la “mesa de entradas”. La firma dirigida por Rodrigo Páez Canosa y por el español Diego Pérez cobró 62 millones de pesos por sus servicios y todo indica que el Correo pagará mucho más ya que faltando un año para terminar el contrato, la empresa gastó el 90 por ciento del dinero.
Páez Canosa, uno de los socios de Lugalu, se desempeña como docente en la facultad de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires y formó parte del Instituto Nacional de la Administración Pública de la Jefatura de Gabinete, además de figurar en el cuerpo de investigadores del Conicet. Su extenso currículum no hace mención alguna de su millonaria actividad comercial con el estado. El filósofo empresario es monotributista categoría E -con un máximo de 144 mil pesos de ingresos brutos- bajo actividad denominada “n.c.p”, que incluye desempeños en el rubro de la astrología y espiritismo, entre otros.
Desde que el gobierno decidió instalar al centro de culto Néstor Kirchner en el histórico Palacio de Correos, el trabajo operativo debió mudarse a varios edificios. En el área metropolitana existen sedes administrativas y depósitos en Retiro, Barracas y en la localidad de Monte Grande. En otros casos, la empresa debió alquilar depósitos en Benavidez, en Pablo Podestá y hasta en Ezeiza.
Cuando Claudio Tristán, un amigo de Amado Boudou, asumió la presidencia del Correo comenzó el raid de mudanzas. Las oficinas principales, la administración y el sector comercial se trasladaron a un edificio en Barracas, que hasta ese entonces funcionaba como sede de los servicios electorales que presta la compañía. Lo mismo ocurrió con otro sector de la empresa que antes ocupaba varios pisos alquilados en el edificio Columbus, en la calle Paseo Colón al 700. En su momento se anunció que la situación era temporaria mientras se licitaba un nuevo “edificio corporativo” para el Correo. También, que se buscaba reducir gastos, aunque ninguna de las promesas fue cumplida y la sede de los carteros sigue funcionando en el antiguo edificio electoral.
I-Flow SA; Guarda los archivos del CENSO 2010 |
Sobreprecios al INDEC
El 07 de diciembre del 2012, Alejandro González Arias, Gerente de Negocios Logísticos del Correo Argentino, le envió una comunicación oficial a Gustavo Varela, el Director General de Administración y Operaciones del INDEC, recordándole que el 31 de diciembre de ese año vencía “el plazo previsto para la guarda del material censal e insumos”, y solicitando al INDEC que informara el nuevo destino del material.
En la misma comunicación, González Arias informaba que el costo adicional de resguardo ascendía a $587 mil por mes y se estipularon seis meses más de depósito. Sin embargo, quien guardaba el material censal del año 2010 no era el Correo Argentino –tal como se sugería en los contratos- sino un proveedor tercerizado, llamado I-Flow SA.
Esta empresa cobró $1.75 millones por sus servicios. Es decir, solo la mitad de lo que facturó el Correo al INDEC por ese periodo. ¿Dónde quedó la millonaria diferencia?
Un jugoso contrato con la Universidad de La Matanza
Las universidades nacionales alineadas al kirchnerismo fueron utilizadas para tercerizar gastos millonarios, como la construcción de instalaciones en Tecnópolis o el pago de acciones de propaganda por parte de artistas oficialistas, en más de una oportunidad. En este caso, la Universidad de La Matanza (UNLAM) logró un cuantioso contrato con el Correo para elaborar un diagnóstico estratégico de comunicación.
Parte del plan de RR.PP elaborado por la UNLAM |
Al llamado a licitación se presentaron la UNLAM, la Universidad Nacional de Quilmes y la de San Martín. La compulsa fue ganada por la primera que presentó el presupuesto más bajo por 1.32 millones de pesos.
Ninguna de las empresas privadas con dedicación exclusiva y experta en el tema que trabajan desde hace décadas en la Argentina, fueron convocadas. Se trató de una competencia entre universidades que no acreditan experiencia en el rubro.
¿En qué consiste la comunicación corporativa solicitada a la Universidad Nacional de La Matanza? Entre otros puntos, gestión en Facebook y en Twitter, contacto telefónico con periodistas radiales y televisivos, confección de mailing, entre otros.
El contrato con la UNLAM se prorrogó hasta este año y ya se desembolsaron más de 6 millones de pesos en comunicación corporativa. Fuentes del mercado de las relaciones públicas informaron que no existe en la Argentina ningún cliente privado que pague semejante cantidad. Un cliente privado de primer nivel puede pagar entre 70 y 100 mil pesos, mientras que el Correo asignó un promedio de 280 mil pesos mensuales a dichas tareas.
Las autoridades del Correo Argentino han logrado convertir a la empresa en la cuenta más tentadora dentro del mercado de las relaciones públicas de la Argentina. Fue una apuesta riesgosa y en cierto modo exitosa, habida cuenta de la habilidad que han mostrado para mantener fuera de los medios la situación interna de la empresa y los negocios que se realizan con los fondos que manejan.
(Continuará)
FUENTE. PUBLICADO EN (ELIMINANDO VARIABLES) - http://www.eliminandovariables.com/2014/11/correos-que-entra-la-campora-2da-parte_13.html
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